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Indefinitud. Julio Cortázar


UNIVERSIDAD DE ALMERÍA

Indefinitud

Aparece en la novela expresado como el no poder prever a dónde se puede llegar, más allá de los propios límites, con precisión; pero con una especie de intuición innata que permite sospechar, y aún separar en un más allá ("plus ultra"), de lo que espontáneamente percibimos en un contacto cotidiano con la realidad.

                "¿Qué es en el fondo esa historia de encontrar un reino milenario, un orden, un otro mundo? Todo lo que se escribe en éstos tiempos y que vale la pena leer está orientado hacia la nostalgia. Complejo de la Arcadia, retorno al gran útero, back to Adam, la bon sauvage (y van...), paraíso perdido, perdido por buscarte, yo, sin luz para siempre...

                Detrás de todo eso (siempre es detrás, hay que convencerse de que es la idea clave del pensamiento moderno) el Paraíso, el otro mundo, la inocencia hollada que oscuramente se busca llorando la tierra de Hurqalya.. De una manera u otra la buscan, todos quieren abrir la puerta para ir a jugar". cfr.: cap. 71 pág. 432


Es tan indefinido como real. Se experimenta no se formula. "Se puede matar todo, menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña."  cfr.: cap.  71, pág. 436

Esta nostalgia por un reino más puro, se encuentra en la imposibilidad de ser captado desde la situación y con las categorías del pensamiento que tenemos.

           "..Toda tentativa de explicarlo fracasa por una razón que cualquiera comprende, y es que para definir y entender habría que estar fuera de lo definido y lo entendible." cfr.: cap. 28, pág. 190

La intuición del reino va acompañada con la imagen del absoluto. Son como aspectos complementarios.

                   "Sigo tan sediento de absoluto como cuando tenía veinte años, pero la delicada crispación, la delicia ácida y mordiente del acto creador, o de la simple contemplación de la belleza, no me parecen ya un premio un acceso a una realidad absoluta y satisfactoria.." cfr.:; cap. 112, pág. 538


Es asombroso el uso de imágenes del autor para narrar con toda vivacidad, ese otro reino del que habla, más valiéndose  de signos, que del razonamiento lógico. Podríamos decir que en cierta forma, su estilo es paralelo al que usa el libro del Apocalipsis.


                        "No podré renunciar jamás al sentimiento de que ahí, pegado a mi cara, entrelazado en mis dedos hay como una deslumbrante explosión hacia la luz, irrupción de mí hacia lo otro o de lo otro en mí, algo infinitamente cristalino que podría cuajar y resolver en la luz total sin tiempo ni espacio. Como una puerta de ópalo y diamante desde el cual se empieza a ser eso que verdaderamente se es y que no se quiere y no se sabe y no se puede ser".   cfr.: cap. 61, pág. 413

En un tono profético, Oliveira, vislumbra un nuevo umbral de la vida, que expresa con la imagen de un kibutz donde se da una traspolación de categorías humanas sin salirse de la realidad del mundo “la Inmensa Burrada”.

“…Kibbutz; colonia, settlemment, asentamiento, rincón elegido donde alzar la tienda final, donde salir al aire de la noche con la cara lavada por el tiempo, y unirse al mundo, a la Gran Locura, a la Inmensa Burrada, abrirse a la cristalización del deseo, al encuentro…” cfr.: cap. 36, pág. 239


Conclusión


Tal vez éstas tres dimensiones humanas: desfondamiento, frontera, indefinitud; que son la clave de otras muchas, son las que están sosteniendo el mensaje central de la novela: todo el cosmos es ambiguo, lo percibimos y lo aprehendemos de una forma determinada. Nuestra civilización, cultura, ética, lenguaje, ciencias, …etc. por la misma naturaleza ambigua que le es característica, podría ser concebido y consecuentemente vivido de otra forma diferente.

Con la creación de otra civilización, rompiendo los actuales moldes, se puede esperar el nacimiento de un hombre más auténtico y seriamente sincero. Pero para conseguirlo es necesario un trastoque del sistema desde la raíz.

“..una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego centro olvidado, torpe y mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizá habría otros caminos y que el que tomaron no era al único y no era el mejor, o que quizá habría otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron a medias…” cfr.: cap. 17, pág. 88

En realidad se trata de llegar a la : “… unidad en plena pluralidad, que la unidad fuera como el vértice de un torbellino y no la sedimentación del matecito lavado y frío” cfr.: cap. 19, pág. 98

Un capítulo copiado del libro:


- No me gusta hablar de él por hablar –dijo la Maga.

- Está bien –dijo Gregorovius-. Yo solamente preguntaba.

- Puedo hablar de otra cosa, si lo que quiere es oír hablar.

- No sea mala.

- Horacio es como el dulce de Guayaba –dijo la Maga.

- ¿Qué es el dulce de guayaba?

- Horacio es como un vaso de agua en la tormenta.

- Ah –dijo Gregorovius

- Él tendría que haber nacido en esa época de que habla madame Léonie cuando está un poco bebida. Un tiempo en que nadie estaba intranquilo, los tranvías eran a caballo y las guerras ocurrían en el campo. No había remedios contra el insomnio, dice madame Léonie.

- La bella edad de oro –dijo Gregorovius. En Odessa también me han hablado de tiempos así. Mi madre, tan romántica, con su pelo suelto… Criaban los ananás en los balcones, de noche no había necesidad de escupideras, era algo extraordinario. Pero yo no lo veo a Horacio metido en esa jalea real.

- Yo tampoco, pero estaría menos triste. Aquí todo le duele, hasta las aspirinas le duelen. De verdad, anoche le hice tomar una aspirina porque tenía dolor de muelas. La agarró y se puso a mirarla, le costaba muchísimo decidirse a tragarla. Me dijo unas cosas muy raras, que era infecto usar cosas que en realidad uno no conoce, cosas que han inventado otros para calmar otras cosas, cosas que tampoco se conocen… Usted sabe cómo es cuando empieza a darle vueltas.

- Usted ha repetido varias veces la palabra “cosa” –dijo Gregorovius-. No es elegante, pero en cambio muestra muy bien lo que le pasa a Horacio. Una víctima de la cosidad, es evidente.

- ¿Qué es la cosidad? –dijo la Maga

- La cosidad es ese desagradable sentimiento de que allí donde termina nuestra presunción empieza nuestro castigo. Lamento usar un lenguaje abstracto y casi alegórico, pero quiero decir que Oliveira es patológicamente sensible a la imposición de lo que lo rodea, del mundo en que se vive, de lo que le ha tocado en suerte, para decirlo amablemente. En una palabra, le revienta la circunstancia. Más brevemente, le duele el mundo. Usted lo ha sospechado, Lucía, y con una inocencia deliciosa imagina que Oliveira sería más feliz en cualquiera de las Arcadias de bolsillo que fabrican las madame Léonie de este mundo, sin hablar de mi madre la de Odessa. Porque usted no se habrá creído lo de los ananás, supongo.

- Ni lo de las escupideras –dijo la Maga. Es difícil de creer.
  
    A Guy Monod se le había ocurrido despertarse cuando Ronald y Etienne se ponían de acuerdo para escuchar a Jelly Roll Morton aunque era divertido oír la lluvia en la claraboya y que Jelly Roll cantara: Stood in a corner, with her feet soaked and wet… , seguramente Wong hubiera fabricado en seguida una teoría sobre el tiempo real y el poético, ¿pero sería cierto que Wong había hablado de hacer café? Gaby dándole migas a las palomas y Wong, la voz de Wong metiéndose entre las piernas de Gaby desnuda en un jardín con flores violentas, diciendo: “Un secreto aprendido en el casino de Menton.” Muy posible que Wong, después de todo, apareciera con una cafetera llena.

    Jelly Roll estaba en el piano marcando suavemente el compás con el zapato a falta de mejor percusión, Jelly Roll podía cantar Mamie’s Blues hamacándose un poco, los ojos fijos en una moldura del cielo raso, o era una mosca que iba y venía o una mancha que iba y venía en los ojos de Jelly Roll. Two-nineteen done took my baby away … La vida había sido eso, trenes que se iban llevándose y trayéndose a la gente mientras uno se quedaba en la esquina con los pies mojados, oyendo un piano mecánico y carcajadas manoseando las vitrinas amarillentas de la sala donde no siempre se tenía dinero para entrar. Two-nineteen done took my baby away … Babs había tomado tantos trenes en la vida, le gustaba viajar en tren si al final había algún amigo esperándola, si Ronald le pasaba la mano por la cadera, dulcemente como ahora, dibujándole la música en la piel, Two-seventeen’ll bring her back some day , por supuesto algún día otro tren la traería de vuelta, pero quien sabe si Jelly Roll iba a estar en ese andén, en ese piano, en esa hora en que había cantado los blues de Marie Desdume, la lluvia sobre una claraboya de París a la una de la madrugada, los pies mojados y la puta que murmura If you can´t give dollar, gimme a lousy dime , Babs se hacía una idea muy especial de las camas de los reyes pero de todos modos alguna mujer habría dicho una cosa así, If you can´t give a million, gimme a lousy ground , cuestión de proporciones, y por qué el piano de Jelly Roll era tan triste, tan esa lluvia que había despertado a Guy, que estaba haciendo llorar a la Maga, y Wong que no venía con el café.

- Es demasiado –dijo Etienne, suspirando-. Yo no sé cómo puedo aguantar esa basura. Es emocionante pero es una basura.

- Por supuesto no es una medalla de Pisanello –dijo Oliveira.

- Ni un opus cualquier cosa de Schoenberg –dijo Ronald-.¿Por qué me lo pediste? Aparte de inteligencia te falta caridad. ¿Alguna vez tuviste los zapatos metidos en el agua a medianoche? Jelly Roll si, se ve cuando canta, es algo que se sabe, viejo.

- Yo pinto mejor con los pies secos –dijo Etienne-. Y no me vengas con argumentos de la Salvation Army. Mejor harías en poner algo inteligente, como esos solos de Sonny Rollins. Por lo menos los tipos de la West Coast hacen pensar en Jackson Pollock o en Tobey, se ve que ya han salido de la edad de la pianola y la caja de acuarelas.

- Es capaz de creer en el progreso del arte –dijo Oliveira, bostezando-. No le hagás caso, Ronald, con la mano libre que te queda sacá el disquito del Stack O’Lee Blues , al fin y al cabo tiene un solo de piano que me parece meritorio.

- Lo del progreso en el arte son tonterías archisabidas –dijo Etienne -. Pero en el jazz como en cualquier arte hay siempre un montón de chantajistas. Una cosa es la música que puede traducirse en emoción y otra la emoción que pretende pasar por música. Dolor paterno en fa sostenido, carcajada sarcástica en amarillo, violeta y negro. No, hijo, el arte empieza más acá o más allá, pero no es nunca eso.

    Nadie parecía dispuesto a contradecirlo porque Wong esmeradamente aparecía con el café y Ronald, encogiéndose de hombros, había soltado a los Warring’s Pennsylvanians y desde un chirriar terrible llegaba el tema que encantaba a Oliveira, una trompeta anónima y después el piano, todo entre un humo de fonógrafo viejo y pésima grabación, de orquesta barata y como anterior al jazz, al fin y al cabo de esos viejos discos, de los show boats y de las noches de Storyville había nacido la única música universal del siglo, algo que acercaba a los hombres más y mejor que el esperanto, la Unesco o las aerolíneas, una música bastante primitiva para alcanzar universalidad y bastante buena para hacer su propia historia, con cismas, renuncias y herejías, su charleston, su black bottom, su shimmy, su foxtrot, su stomp, sus blues, para admitir las clasificaciones y las etiquetas, el estilo esto y aquello, el swing, el bebop, el cool, ir y volver del romanticismo y el clasicismo, hot y jazz cerebral, una música-hombre, una música con historia a diferencia de la estúpida música animal de baile, la polka, el vals, la zamba, una música que permitía reconocerse y estimarse en Copenhague como en Mendoza o en Ciudad del Cabo, que acercaba a los adolescentes con sus discos bajo el brazo, que les daba nombres y melodías como cifras para reconocerse y adentrarse y sentirse menos solos rodeados de jefes de oficina, familias y amores infinitamente amargos, una música que permitía todas las imaginaciones y los gustos, la colección de afónicos 78 con Freddie Keppard o Bunk Johnson, la exclusividad reaccionaria del Dixieland, la especialización académica en Bix Beiderbecke o el salto a la gran aventura de Thelonius Monk, Horace Silver o Thad Jones, la cursilería de Erroll Garner o Art Tatum, los arrepentimientos o las abjuraciones, la predilección por los pequeños conjuntos, las misteriosas grabaciones con seudónimos y denominaciones impuestas por marcas de discos o caprichos del momento y toda esa francmasonería de sábado por la noche en la pieza del estudiante o en el sótano de la peña, con muchachas que prefieren bailar mientas escuchan Star Dust o When your man is going to put you down , y huelen despacio y dulcemente a perfume y a piel y a calor, se dejan besar cuando es tarde y alguien ha puesto The blues with a feeling y casi no se baila, solamente se está de pie, balanceándose, y todo es turbio y sucio y canalla y cada hombre quisiera arrancar esos corpiños tibios mientras las manos acarician una espalda y las muchachas tienen la boca entreabierta y se van dando al miedo delicioso y a la noche, entonces sube una trompeta poseyéndolas por todos los hombres, tomándolas con una sola frase caliente que las deja caer como una planta cortada entre los brazos de los compañeros, y hay una inmóvil carrera, un salto al aire de la noche, sobre la ciudad, hasta que un piano minucioso las devuelve a sí misma, exhaustas y reconciliadas y todavía vírgenes hasta el sábado siguiente, todo eso en una música que espanta a los cogotes de platea, a los que creen que nada es de verdad si no hay programas impresos y acomodadores, y así va el mundo y el jazz es como un pájaro que migra o emigra o inmigra o transmigra, saltabarreras, burlaaduanas, algo que corre y se difunde y esta noche en Viena está cantando Ella Fitzgerald mientras en París Kenny Clarke inaugura una cave y en Perpignan brincan los dedos de Oscar Peterson, y Satchmo por todas partes con el don de ubicuidad que le ha prestado el Señor, en Birmingham, en Varsovia, en Milán, en Buenos Aires, en Ginebra, en el mundo entero, es inevitable, es la lluvia y el pan y la sal, algo absolutamente indiferente a los ritos nacionales, a las tradiciones inviolables, al idioma y al folklore: una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego central olvidado, torpe y mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizás había otros caminos y que el que tomaron no era el único y no era el mejor, o que quizá había otros caminos y que el que tomaron era el mejor, pero que quizá había otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron a medias, y que un hombre es siempre más que un hombre y siempre menos que un hombre, más que un hombres porque encierra eso que el jazz alude y soslaya y hasta anticipa, y menos que un hombre porque de esa libertad ha hecho un juego estético o moral, un tablero de ajedrez donde se reserva ser el alfil o el caballo, una definición de libertad que se enseña en las escuelas, precisamente en las escuelas donde jamás se ha enseñado y jamás se enseñará a los niños el primer compás de un ragtime y la primera frase de un blues, etcétera, etcétera.



Una cerveza. Por favor. Maribel Cerezuela

Maribel Cerezuela




Página 258. Se acaba el libro. Son las 11 de la mañana y siento una imperiosa necesidad de un "chupito", un "cuarto" de cerveza, un "mojito"... hummm, un dulce licor. La culpa tengo que trasladarla a Rafael Reig que me ha inducido.

Estoy sentada en la terraza de un bar, cerveza en mano, rodeada de "no amigos" que considero míos. Esto es... ¿os imagináis una tertulia cervecera con Almudena Grandes, Rafael Reig, Millás, - resucito a Cortázar porque tiene que participar, es único para hablar de cuento si cuento no-, a Quim Monzó, Fernando Rebollo, Manu Muñoz, Antonio Orejudo,....? sentaría a muchísimos más, tampoco demasiados que se forma gallinero.. Y bla, bla, bla....

Aggggggggghhh, impotencia. No tengo más que Intranet, así que no puedo leer nada de ellos en la Web. De pronto los añoro. Releer novelas que te gustaron con todo lo que se publica a diario no debe de ser bueno, ¿verdad?, pero si te gustan está justificado. ¿O no?

Almudena me conquistó con "Atlas de geografía", ni siquiera con "Las edades de Lulú" o "Malena tiene nombre de tango". A partir de aquella experiencia lectora le dejo que me drogue y me domine. Me llega. Es más, quiero recordar que de los libros que he "liberado" voluntariamente, (dejados en cualquier lugar público para que otro se lo quede y lea) uno de mis preferidos fue precisamente ésta autora. No se por dónde estará. Desearía que hubiese pasado de mano en mano y no se encuentre en el vertedero de la ciudad. Haría mucho bien.

28/05/2008

Trabajo de Antropología y literatura. Maribel Cerezuela


Desde un punto de vista antropológico hemos estudiado al hombre contemporáneo con unas características que le son inherentes de una forma especial.

          En Rayuela, de Julio Cortázar, éstas notas típicas son analizadas y expresadas a través de distintos personajes de la novela.

           En el presente trabajo, a modo de "muestra", quedan seleccionados unos textos de Rayuela, en los que se pone de manifiesto el pensamiento del autor, en relación con la forma de ser del hombre de hoy, y más concretamente analizando su:
  1. -Desfondamiento
  2. -Frontería
  3. -Indefinitud
El concepto de “La praxis” aunque queda de alguna manera reflejada en la novela de una forma teórica, no es precisamente el núcleo central de la misma.

       El autor plantea un problema anterior a la acción: “¿Qué entendemos por bueno o verdadero? Para él son nociones puramente históricas, que se fundan en una ética heredada, pero la historia y la ética me parecen a mí altamente dudosas". Dice el autor en boca de Olveira que es el personaje central de "Rayuela" cfr. cap. 16. pág. 544

        La profunda ambigüedad de que gozan los personajes aparece en toda la novela en un intento desconcertante, por crear algo completamente distinto a lo ya conocido. Cortázar piensa que la ambigüedad de la vida, da pié incluso para formular otro tipo de concepción literaria.

       La novela que nos interesa, no es la que va colocando los personajes, en la situación, sino la que instala la situación en los personajes. Con los cuales éstos dejan de ser personajes para volverse personas. Hay como una extrapolación mediante la cual ellos saltan hacia nosotros, o nosotros hacia ellos...” cfr. cap. 115 pág. 543

         En esta misma línea de ambigüedad, se percibe en la novela un aspecto de rebeldía con todo lo relacionado a la cultura establecida, definiéndose el personaje central, Oliveira, como el hombre que busca: “Ya para entonces me había dado cuenta de que buscar era mi signo, emblema de los que salen de noche sin propósito fijo, razón de los matadores de brujas” cfr. cap.1, pág. 20


Desfondamiento del hombre

        Si el autor de Rayuela plantea el problema de la ambigüedad del hombre es porque ha experimentado en sí mismo la sensación del "solo sé que no sé nada", cap. 3, pág. 33, de ahí el saber desenmascarar las verdaderas y profundas intenciones que se esconden ante algunos comportamientos, que erróneamente tratamos de justificar: "Si algo había elegido desde joven era no defenderse mediante la rápida y ansiosa acumulación de una "cultura", truco por excelencia de la clase media argentina para hurgar el cuerpo a la realidad nacional y a cualquier otra, y creerse a salvo del vacío que le rodeaba" cfr. cap.3, pág. 31

        El desfondamiento más radical afecta al ser del hombre en el desconocimiento de su propia identidad: ".. sé lo que soy porque estoy exactamente sabiendo lo que no soy (eso que ignoraré luego astutamente). Pero no hay palabras para una materia entre palabra y visión pura, como un bloque de evidencia. Imposible objetivar, precisar esa efectividad que aprendí en el instante y que era clara ausencia o claro error insuficiencia, pero sin saber de qué, qué"  cfr.cap.84, pág. 462


Apuntes: Antropología y literatura. Rayuela. Maribel Cerezuela


Desde un punto de vista antropológico hemos estudiado al hombre contemporáneo con unas características que le son inherentes de una forma especial.
En Rayuela, de Julio Cortázar, éstas notas típicas son analizadas y expresadas a través de distintos personajes de la novela.
En el presente trabajo, a modo de muestra, quedan seleccionados unos textos de Rayuela, en los que se ponen de manifiesto el pensamiento del autor, en relación con la forma de ser del hombre de hoy, y más concretamente analizando su:
-Desfondamiento
-Frontería
-Indefinitud
El concepto de “La praxis” aunque queda de alguna manera reflejada en la novela de una forma teórica, no es precisamente el núcleo central de la misma.

El autor plantea un problema anterior a la acción: “¿Qué entendemos por bueno o verdadero?” Para él son nociones puramente históricas, se fundan en una ética heredada, "pero la historia y la ética me parecen a mí altamente dudosas". Dice el autor en boca de Olveira que es el personaje central de "Rayuela" cfr. cap. 16. pág. 544
La profunda ambigüedad de que gozan los personajes aparece en toda la novela en un intento desconcertante, por crear algo completamente distinto a lo ya conocido. Cortázar piensa que la ambigüedad de la vida, da pié incluso para formular otro tipo de concepción literaria.
“La novela que nos interesa, no es la que va colocando los personajes, en la situación, sino la que instala la situación en los personajes. Con los cuales éstos dejan de ser personajes para volverse personas. Hay como una extrapolación mediante la cual ellos saltan hacia nosotros, o nosotros hacia ellos...” cfr. cap. 115 pág. 543
En esta misma línea de ambigüedad, se percibe en la novela un aspecto de rebeldía con todo lo relacionado a la cultura establecida, definiéndose el personaje central, Oliveira, como el hombre que busca:
“Ya para entonces me había dado cuenta de que buscar era mi signo, emblema de los que salen de noche sin propósito fijo, razón de los matadores de brujas” cfr. cap. 1, pág. 20

Indefinitud. Maribel Cerezuela

Indefinitud

Aparece en la novela expresado como el no poder prever a dónde se puede llegar, más allá de los propios límites, con precisión; pero con una especie de intuición innata que permite sospechar, y aún separar en un más allá ("plus ultra"), de lo que espontáneamente percibimos en un contacto cotidiano con la realidad.

                "¿Qué es en el fondo esa historia de encontrar un reino milenario, un orden, un otro mundo? Todo lo que se escribe en éstos tiempos y que vale la pena leer está orientado hacia la nostalgia. Complejo de la Arcadia, retorno al gran útero, back to Adam, la bon sauvage (y van...), paraíso perdido, perdido por buscarte, yo, sin luz para siempre...

                Detrás de todo eso (siempre es detrás, hay que convencerse de que es la idea clave del pensamiento moderno) el Paraíso, el otro mundo, la inocencia hollada que oscuramente se busca llorando la tierra de Hurqalya.. De una manera u otra la buscan, todos quieren abrir la puerta para ir a jugar". cfr.: cap. 71 pág. 432


Es tan indefinido como real. Se experimenta no se formula. "Se puede matar todo, menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña."  cfr.: cap.  71, pág. 436

Esta nostalgia por un reino más puro, se encuentra en la imposibilidad de ser captado desde la situación y con las categorías del pensamiento que tenemos.

           "..Toda tentativa de explicarlo fracasa por una razón que cualquiera comprende, y es que para definir y entender habría que estar fuera de lo definido y lo entendible." cfr.: cap. 28, pág. 190

La intuición del reino va acompañada con la imagen del absoluto. Son como aspectos complementarios.

                   "Sigo tan sediento de absoluto como cuando tenía veinte años, pero la delicada crispación, la delicia ácida y mordiente del acto creador, o de la simple contemplación de la belleza, no me parecen ya un premio un acceso a una realidad absoluta y satisfactoria.." cfr.:; cap. 112, pág. 538


Es asombroso el uso de imágenes del autor para narrar con toda vivacidad, ese otro reino del que habla, más valiéndose  de signos, que del razonamiento lógico. Podríamos decir que en cierta forma, su estilo es paralelo al que usa el libro del Apocalipsis.


                        "No podré renunciar jamás al sentimiento de que ahí, pegado a mi cara, entrelazado en mis dedos hay como una deslumbrante explosión hacia la luz, irrupción de mí hacia lo otro o de lo otro en mí, algo infinitamente cristalino que podría cuajar y resolver en la luz total sin tiempo ni espacio. Como una puerta de ópalo y diamante desde el cual se empieza a ser eso que verdaderamente se es y que no se quiere y no se sabe y no se puede ser".   cfr.: cap. 61, pág. 413

En un tono profético, Oliveira, vislumbra un nuevo umbral de la vida, que expresa con la imagen de un kibutz donde se da una traspolación de categorías humanas sin salirse de la realidad del mundo “la Inmensa Burrada”.

“…Kibbutz; colonia, settlemment, asentamiento, rincón elegido donde alzar la tienda final, donde salir al aire de la noche con la cara lavada por el tiempo, y unirse al mundo, a la Gran Locura, a la Inmensa Burrada, abrirse a la cristalización del deseo, al encuentro…” cfr.: cap. 36, pág. 239


Conclusión


Tal vez éstas tres dimensiones humanas: desfondamiento, frontera, indefinitud; que son la clave de otras muchas, son las que están sosteniendo el mensaje central de la novela: todo el cosmos es ambiguo, lo percibimos y lo aprehendemos de una forma determinada. Nuestra civilización, cultura, ética, lenguaje, ciencias, …etc. por la misma naturaleza ambigua que le es característica, podría ser concebido y consecuentemente vivido de otra forma diferente.

Con la creación de otra civilización, rompiendo los actuales moldes, se puede esperar el nacimiento de un hombre más auténtico y seriamente sincero. Pero para conseguirlo es necesario un trastoque del sistema desde la raíz.

“..una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego centro olvidado, torpe y mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizá habría otros caminos y que el que tomaron no era al único y no era el mejor, o que quizá habría otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron a medias…” cfr.: cap. 17, pág. 88

En realidad se trata de llegar a la : “… unidad en plena pluralidad, que la unidad fuera como el vértice de un torbellino y no la sedimentación del matecito lavado y frío” cfr.: cap. 19, pág. 98

Indefinitud. Maribel Cerezuela

Indefinitud

Aparece en la novela expresado como el no poder prever a dónde se puede llegar, más allá de los propios límites, con precisión; pero con una especie de intuición innata que permite sospechar, y aún separar en un más allá ("plus ultra"), de lo que espontáneamente percibimos en un contacto cotidiano con la realidad.

                "¿Qué es en el fondo esa historia de encontrar un reino milenario, un orden, un otro mundo? Todo lo que se escribe en éstos tiempos y que vale la pena leer está orientado hacia la nostalgia. Complejo de la Arcadia, retorno al gran útero, back to Adam, la bon sauvage (y van...), paraíso perdido, perdido por buscarte, yo, sin luz para siempre...

                Detrás de todo eso (siempre es detrás, hay que convencerse de que es la idea clave del pensamiento moderno) el Paraíso, el otro mundo, la inocencia hollada que oscuramente se busca llorando la tierra de Hurqalya.. De una manera u otra la buscan, todos quieren abrir la puerta para ir a jugar". cfr.: cap. 71 pág. 432


Es tan indefinido como real. Se experimenta no se formula. "Se puede matar todo, menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña."  cfr.: cap.  71, pág. 436

Esta nostalgia por un reino más puro, se encuentra en la imposibilidad de ser captado desde la situación y con las categorías del pensamiento que tenemos.

           "..Toda tentativa de explicarlo fracasa por una razón que cualquiera comprende, y es que para definir y entender habría que estar fuera de lo definido y lo entendible." cfr.: cap. 28, pág. 190

La intuición del reino va acompañada con la imagen del absoluto. Son como aspectos complementarios.

                   "Sigo tan sediento de absoluto como cuando tenía veinte años, pero la delicada crispación, la delicia ácida y mordiente del acto creador, o de la simple contemplación de la belleza, no me parecen ya un premio un acceso a una realidad absoluta y satisfactoria.." cfr.:; cap. 112, pág. 538


Es asombroso el uso de imágenes del autor para narrar con toda vivacidad, ese otro reino del que habla, más valiéndose  de signos, que del razonamiento lógico. Podríamos decir que en cierta forma, su estilo es paralelo al que usa el libro del Apocalipsis.


                        "No podré renunciar jamás al sentimiento de que ahí, pegado a mi cara, entrelazado en mis dedos hay como una deslumbrante explosión hacia la luz, irrupción de mí hacia lo otro o de lo otro en mí, algo infinitamente cristalino que podría cuajar y resolver en la luz total sin tiempo ni espacio. Como una puerta de ópalo y diamante desde el cual se empieza a ser eso que verdaderamente se es y que no se quiere y no se sabe y no se puede ser".   cfr.: cap. 61, pág. 413

En un tono profético, Oliveira, vislumbra un nuevo umbral de la vida, que expresa con la imagen de un kibutz donde se da una traspolación de categorías humanas sin salirse de la realidad del mundo “la Inmensa Burrada”.

“…Kibbutz; colonia, settlemment, asentamiento, rincón elegido donde alzar la tienda final, donde salir al aire de la noche con la cara lavada por el tiempo, y unirse al mundo, a la Gran Locura, a la Inmensa Burrada, abrirse a la cristalización del deseo, al encuentro…” cfr.: cap. 36, pág. 239


Conclusión


Tal vez éstas tres dimensiones humanas: desfondamiento, frontera, indefinitud; que son la clave de otras muchas, son las que están sosteniendo el mensaje central de la novela: todo el cosmos es ambiguo, lo percibimos y lo aprehendemos de una forma determinada. Nuestra civilización, cultura, ética, lenguaje, ciencias, …etc. por la misma naturaleza ambigua que le es característica, podría ser concebido y consecuentemente vivido de otra forma diferente.

Con la creación de otra civilización, rompiendo los actuales moldes, se puede esperar el nacimiento de un hombre más auténtico y seriamente sincero. Pero para conseguirlo es necesario un trastoque del sistema desde la raíz.

“..una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego centro olvidado, torpe y mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizá habría otros caminos y que el que tomaron no era al único y no era el mejor, o que quizá habría otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron a medias…” cfr.: cap. 17, pág. 88

En realidad se trata de llegar a la : “… unidad en plena pluralidad, que la unidad fuera como el vértice de un torbellino y no la sedimentación del matecito lavado y frío” cfr.: cap. 19, pág. 98

Indefinitud. Maribel Cerezuela

Indefinitud

Aparece en la novela expresado como el no poder prever a dónde se puede llegar, más allá de los propios límites, con precisión; pero con una especie de intuición innata que permite sospechar, y aún separar en un más allá ("plus ultra"), de lo que espontáneamente percibimos en un contacto cotidiano con la realidad.

                "¿Qué es en el fondo esa historia de encontrar un reino milenario, un orden, un otro mundo? Todo lo que se escribe en éstos tiempos y que vale la pena leer está orientado hacia la nostalgia. Complejo de la Arcadia, retorno al gran útero, back to Adam, la bon sauvage (y van...), paraíso perdido, perdido por buscarte, yo, sin luz para siempre...

                Detrás de todo eso (siempre es detrás, hay que convencerse de que es la idea clave del pensamiento moderno) el Paraíso, el otro mundo, la inocencia hollada que oscuramente se busca llorando la tierra de Hurqalya.. De una manera u otra la buscan, todos quieren abrir la puerta para ir a jugar". cfr.: cap. 71 pág. 432


Es tan indefinido como real. Se experimenta no se formula. "Se puede matar todo, menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña."  cfr.: cap.  71, pág. 436

Esta nostalgia por un reino más puro, se encuentra en la imposibilidad de ser captado desde la situación y con las categorías del pensamiento que tenemos.

           "..Toda tentativa de explicarlo fracasa por una razón que cualquiera comprende, y es que para definir y entender habría que estar fuera de lo definido y lo entendible." cfr.: cap. 28, pág. 190

La intuición del reino va acompañada con la imagen del absoluto. Son como aspectos complementarios.

                   "Sigo tan sediento de absoluto como cuando tenía veinte años, pero la delicada crispación, la delicia ácida y mordiente del acto creador, o de la simple contemplación de la belleza, no me parecen ya un premio un acceso a una realidad absoluta y satisfactoria.." cfr.:; cap. 112, pág. 538


Es asombroso el uso de imágenes del autor para narrar con toda vivacidad, ese otro reino del que habla, más valiéndose  de signos, que del razonamiento lógico. Podríamos decir que en cierta forma, su estilo es paralelo al que usa el libro del Apocalipsis.


                        "No podré renunciar jamás al sentimiento de que ahí, pegado a mi cara, entrelazado en mis dedos hay como una deslumbrante explosión hacia la luz, irrupción de mí hacia lo otro o de lo otro en mí, algo infinitamente cristalino que podría cuajar y resolver en la luz total sin tiempo ni espacio. Como una puerta de ópalo y diamante desde el cual se empieza a ser eso que verdaderamente se es y que no se quiere y no se sabe y no se puede ser".   cfr.: cap. 61, pág. 413

En un tono profético, Oliveira, vislumbra un nuevo umbral de la vida, que expresa con la imagen de un kibutz donde se da una traspolación de categorías humanas sin salirse de la realidad del mundo “la Inmensa Burrada”.

“…Kibbutz; colonia, settlemment, asentamiento, rincón elegido donde alzar la tienda final, donde salir al aire de la noche con la cara lavada por el tiempo, y unirse al mundo, a la Gran Locura, a la Inmensa Burrada, abrirse a la cristalización del deseo, al encuentro…” cfr.: cap. 36, pág. 239


Conclusión


Tal vez éstas tres dimensiones humanas: desfondamiento, frontera, indefinitud; que son la clave de otras muchas, son las que están sosteniendo el mensaje central de la novela: todo el cosmos es ambiguo, lo percibimos y lo aprehendemos de una forma determinada. Nuestra civilización, cultura, ética, lenguaje, ciencias, …etc. por la misma naturaleza ambigua que le es característica, podría ser concebido y consecuentemente vivido de otra forma diferente.

Con la creación de otra civilización, rompiendo los actuales moldes, se puede esperar el nacimiento de un hombre más auténtico y seriamente sincero. Pero para conseguirlo es necesario un trastoque del sistema desde la raíz.

“..una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego centro olvidado, torpe y mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizá habría otros caminos y que el que tomaron no era al único y no era el mejor, o que quizá habría otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron a medias…” cfr.: cap. 17, pág. 88

En realidad se trata de llegar a la : “… unidad en plena pluralidad, que la unidad fuera como el vértice de un torbellino y no la sedimentación del matecito lavado y frío” cfr.: cap. 19, pág. 98

Indefinitud. Maribel Cerezuela

Indefinitud

Aparece en la novela expresado como el no poder prever a dónde se puede llegar, más allá de los propios límites, con precisión; pero con una especie de intuición innata que permite sospechar, y aún separar en un más allá ("plus ultra"), de lo que espontáneamente percibimos en un contacto cotidiano con la realidad.

                "¿Qué es en el fondo esa historia de encontrar un reino milenario, un orden, un otro mundo? Todo lo que se escribe en éstos tiempos y que vale la pena leer está orientado hacia la nostalgia. Complejo de la Arcadia, retorno al gran útero, back to Adam, la bon sauvage (y van...), paraíso perdido, perdido por buscarte, yo, sin luz para siempre...

                Detrás de todo eso (siempre es detrás, hay que convencerse de que es la idea clave del pensamiento moderno) el Paraíso, el otro mundo, la inocencia hollada que oscuramente se busca llorando la tierra de Hurqalya.. De una manera u otra la buscan, todos quieren abrir la puerta para ir a jugar". cfr.: cap. 71 pág. 432


Es tan indefinido como real. Se experimenta no se formula. "Se puede matar todo, menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña."  cfr.: cap.  71, pág. 436

Esta nostalgia por un reino más puro, se encuentra en la imposibilidad de ser captado desde la situación y con las categorías del pensamiento que tenemos.

           "..Toda tentativa de explicarlo fracasa por una razón que cualquiera comprende, y es que para definir y entender habría que estar fuera de lo definido y lo entendible." cfr.: cap. 28, pág. 190

La intuición del reino va acompañada con la imagen del absoluto. Son como aspectos complementarios.

                   "Sigo tan sediento de absoluto como cuando tenía veinte años, pero la delicada crispación, la delicia ácida y mordiente del acto creador, o de la simple contemplación de la belleza, no me parecen ya un premio un acceso a una realidad absoluta y satisfactoria.." cfr.:; cap. 112, pág. 538


Es asombroso el uso de imágenes del autor para narrar con toda vivacidad, ese otro reino del que habla, más valiéndose  de signos, que del razonamiento lógico. Podríamos decir que en cierta forma, su estilo es paralelo al que usa el libro del Apocalipsis.


                        "No podré renunciar jamás al sentimiento de que ahí, pegado a mi cara, entrelazado en mis dedos hay como una deslumbrante explosión hacia la luz, irrupción de mí hacia lo otro o de lo otro en mí, algo infinitamente cristalino que podría cuajar y resolver en la luz total sin tiempo ni espacio. Como una puerta de ópalo y diamante desde el cual se empieza a ser eso que verdaderamente se es y que no se quiere y no se sabe y no se puede ser".   cfr.: cap. 61, pág. 413

En un tono profético, Oliveira, vislumbra un nuevo umbral de la vida, que expresa con la imagen de un kibutz donde se da una traspolación de categorías humanas sin salirse de la realidad del mundo “la Inmensa Burrada”.

“…Kibbutz; colonia, settlemment, asentamiento, rincón elegido donde alzar la tienda final, donde salir al aire de la noche con la cara lavada por el tiempo, y unirse al mundo, a la Gran Locura, a la Inmensa Burrada, abrirse a la cristalización del deseo, al encuentro…” cfr.: cap. 36, pág. 239


Conclusión


Tal vez éstas tres dimensiones humanas: desfondamiento, frontera, indefinitud; que son la clave de otras muchas, son las que están sosteniendo el mensaje central de la novela: todo el cosmos es ambiguo, lo percibimos y lo aprehendemos de una forma determinada. Nuestra civilización, cultura, ética, lenguaje, ciencias, …etc. por la misma naturaleza ambigua que le es característica, podría ser concebido y consecuentemente vivido de otra forma diferente.

Con la creación de otra civilización, rompiendo los actuales moldes, se puede esperar el nacimiento de un hombre más auténtico y seriamente sincero. Pero para conseguirlo es necesario un trastoque del sistema desde la raíz.

“..una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego centro olvidado, torpe y mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizá habría otros caminos y que el que tomaron no era al único y no era el mejor, o que quizá habría otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron a medias…” cfr.: cap. 17, pág. 88

En realidad se trata de llegar a la : “… unidad en plena pluralidad, que la unidad fuera como el vértice de un torbellino y no la sedimentación del matecito lavado y frío” cfr.: cap. 19, pág. 98

Cronología de Cortázar. Maribel Cerezuela

nota: Aunque mi amigo "Miguel Álvarez" me recrimina que en este blogs no hago otra cosa que copiar, sigo en el empeño de trasladar unos folios en papel amarillento, demasiado estropeados por el tiempo y escritos a máquina - supongo que con una Olivetti- pertenecientes a un trabajo que hice allá por el año 1979, sobre Cortázar y su obra y que no deseo en absoluto perder.




          Para iniciarnos en un conocimiento más completo de Cortázar tenemos que tener en cuenta una especie de triángulo. En 1914 en Bruselas, cuatro años más tarde en Buenos Aires, y en 1951 en París, nos sitúan en lo que habrá de resultar origen, efecto y causa o viceversa del autor.


        Julio Cortázar, aunque de nacionalidad argentina, nació en Bruselas en 1914, donde se padre debió cumplir funciones públicas como técnico en economía dentro de la delegación comercial de la Embajada Argentina. La familia se traslada a Suiza por causa de la Primera Guerra Mundial, luego pasa a España desde donde se dirigen a Argentina, llegando a Buenos Aires en 1918.


          Empezó firmando sus obras con el pseudónimo de Julio Denis, para más tarde consagrarse con su verdadero nombre. A los seis años fue abandonado por su padre, del que ya no supo nada hasta enterarse de su muerte, en la provincia de Córdoba- Argentina-


         A los nueve años escribió una novela que nunca publicó, poemas escritos a compañeros del colegio, hasta el punto de que un médico amigo de la familia aconsejó a la madre que dejara de leer libros o éstos acabarían dañándole la mente. Por suerte esto no llegó a ser verdad. Su temprano descubrimiento de la muerte y la ausencia de su padre hacen que recuerde una niñez atormentada. Ya adolescente, inicia sus estudios de bachillerato y los de Magisterio, terminando a los 18 años como Maestro de Letras. Poco después se inscribe en la facultad de Filosofía y Letras pero no obtuvo ningún título Universitario. Su oficio como traductor comienza con la obra de Edgar Allan Poe, y en la Unesco.


      Su primer libro editado fue "La vuelta al día en ochenta mundos", donde refleja un personaje que acostumbra a llevar su caballo pintado de color verde. Es la época de cuando fue maestro en el pueblecito de Bolívar. A Cortázar le gusta hablar de la tristeza, la agonía del blues, por todo lo que expresa dentro de un mundo marginado. Este le llevará a escribir su poema dramático "Los reyes", su primer libro fantástico y real "Bestiario", y dentro de las "Armas Secretas", está incluido "El perseguidor", cuyo protagonista era el Jazmín Charlie Parker, el famoso payaso.




Su obra.-


       Su literatura es imposible de encasillar ya que se evade continuamente del esquema en que podemos encerrarlo. "Las Armas Secretas" fue publicada por primera vez en 1959. Con todos los cuentos reunidos en este volumen se instala dentro de un marco de coordenadas realistas pero con una incursión de situaciones que se podrían denominar absurdas.


“Cartas de mamá”: Podemos establecer una semejante carga de lo absurdo, en estas cartas, al igual que en las armas secretas. Ambas se desarrollan en París, pero el primero tiene todavía mucho que ver con Buenos Aires, donde Luis, un obscuro diseñador que busca la evasión se marcha con el ánimo de reordenar su vida. Donde Luis y Laura se ven inmersos en un sentimiento de culpa por la muerte de su hermano, antiguo novio de Laura que murió cuando éstos pasaban su luna de miel.

Indefinitud. parte III. Maribel Cerezuela


Indefinitud

Aparece en la novela expresado como el no poder prever a dónde se puede llegar, más allá de los propios límites, con precisión; pero con una especie de intuición innata que permite sospechar, y aún separar en un más allá ("plus ultra"), de lo que espontáneamente percibimos en un contacto cotidiano con la realidad.

                "¿Qué es en el fondo esa historia de encontrar un reino milenario, un orden, un otro mundo? Todo lo que se escribe en éstos tiempos y que vale la pena leer está orientado hacia la nostalgia. Complejo de la Arcadia, retorno al gran útero, back to Adam, la bon sauvage (y van...), paraíso perdido, perdido por buscarte, yo, sin luz para siempre...

                Detrás de todo eso (siempre es detrás, hay que convencerse de que es la idea clave del pensamiento moderno) el Paraíso, el otro mundo, la inocencia hollada que oscuramente se busca llorando la tierra de Hurqalya.. De una manera u otra la buscan, todos quieren abrir la puerta para ir a jugar". cfr.: cap. 71 pág. 432


Es tan indefinido como real. Se experimenta no se formula. "Se puede matar todo, menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña."  cfr.: cap.  71, pág. 436

Esta nostalgia por un reino más puro, se encuentra en la imposibilidad de ser captado desde la situación y con las categorías del pensamiento que tenemos.

           "..Toda tentativa de explicarlo fracasa por una razón que cualquiera comprende, y es que para definir y entender habría que estar fuera de lo definido y lo entendible." cfr.: cap. 28, pág. 190

La intuición del reino va acompañada con la imagen del absoluto. Son como aspectos complementarios.

                   "Sigo tan sediento de absoluto como cuando tenía veinte años, pero la delicada crispación, la delicia ácida y mordiente del acto creador, o de la simple contemplación de la belleza, no me parecen ya un premio un acceso a una realidad absoluta y satisfactoria.." cfr.:; cap. 112, pág. 538


Es asombroso el uso de imágenes del autor para narrar con toda vivacidad, ese otro reino del que habla, más valiéndose  de signos, que del razonamiento lógico. Podríamos decir que en cierta forma, su estilo es paralelo al que usa el libro del Apocalipsis.


                        "No podré renunciar jamás al sentimiento de que ahí, pegado a mi cara, entrelazado en mis dedos hay como una deslumbrante explosión hacia la luz, irrupción de mí hacia lo otro o de lo otro en mí, algo infinitamente cristalino que podría cuajar y resolver en la luz total sin tiempo ni espacio. Como una puerta de ópalo y diamante desde el cual se empieza a ser eso que verdaderamente se es y que no se quiere y no se sabe y no se puede ser".   cfr.: cap. 61, pág. 413

En un tono profético, Oliveira, vislumbra un nuevo umbral de la vida, que expresa con la imagen de un kibutz donde se da una traspolación de categorías humanas sin salirse de la realidad del mundo “la Inmensa Burrada”.

“…Kibbutz; colonia, settlemment, asentamiento, rincón elegido donde alzar la tienda final, donde salir al aire de la noche con la cara lavada por el tiempo, y unirse al mundo, a la Gran Locura, a la Inmensa Burrada, abrirse a la cristalización del deseo, al encuentro…” cfr.: cap. 36, pág. 239


Conclusión


Tal vez éstas tres dimensiones humanas: desfondamiento, frontera, indefinitud; que son la clave de otras muchas, son las que están sosteniendo el mensaje central de la novela: todo el cosmos es ambiguo, lo percibimos y lo aprehendemos de una forma determinada. Nuestra civilización, cultura, ética, lenguaje, ciencias, …etc. por la misma naturaleza ambigua que le es característica, podría ser concebido y consecuentemente vivido de otra forma diferente.

Con la creación de otra civilización, rompiendo los actuales moldes, se puede esperar el nacimiento de un hombre más auténtico y seriamente sincero. Pero para conseguirlo es necesario un trastoque del sistema desde la raíz.

“..una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego centro olvidado, torpe y mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizá habría otros caminos y que el que tomaron no era al único y no era el mejor, o que quizá habría otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron a medias…” cfr.: cap. 17, pág. 88

En realidad se trata de llegar a la : “… unidad en plena pluralidad, que la unidad fuera como el vértice de un torbellino y no la sedimentación del matecito lavado y frío” cfr.: cap. 19, pág. 98

Antropología y Literatura .. parte II. Maribel Cerezuela

 continuación... sobre Antropología y Literatura de Julio Cortázar


         
   “… Sé lo que soy porque estoy exactamente sabiendo lo que no soy(eso que ignoraré luego astutamente). Pero no hay palabras para una materia entre palabra y visión pura, como un bloque de evidencia. Imposible objetivar, precisar esa defectividad que aprendí en el instante y que era clara ausencia o claro error insuficiencia, pero sin saber de qué, qué...” cfr.: cap. 84, pág. 452

Todo carece de consistencia. Nada es estable y por lo tanto definitivo, de ahí el derecho al rechazo sistemático de todo lo recibido y que le resulta falso: 

“En un plano de hechos cotidianos, la actitud de mi inconformista se traduce por un rechazo de todo lo que huele a idea recibida, a traición a estructura gregaria basadas en el miedo y en las ventajas falsamente recíprocas…” cfr.: cap. 74, pág. 442

El trastoque de valores es una consecuencia lógica de la lucha por encontrar algo mejor. Desde ésta situación, Oliveira, se encuentra extraño ante los intereses que suelen ser normales para una inmensa mayoría.

“Allí donde cierto tipo humano podía realizarse como héroe, Oliveira se había condenado a la peor de las comedias…” cfr.: cap. 90, pág. 475

Llega a sentirse, el mismo Oliveira, situado en una órbita distinta. Se da cuenta que sus mismas experiencias pertenecen a otra forma de sentir el mundo. 

“La Maga no sabía que mis besos eran como ojos que empezaban a abrirse más allá de ella, y que yo andaba como salido, volcado en otra figura del mundo, piloto vertiginoso en una proa negra que cortaba el agua del tiempo y la anegaba” cfr. cap. 2, pág. 27

Hasta tal punto es necesario que absolutamente todo cambio, que prácticamente cuando todo está roto y perdido es precisamente cuando existe la posibilidad de un mundo distinto.

“… El Bardo nos devuelve a la vida, a la necesidad de una vida pura, precisamente cuando ya no hay escapatoria y estamos clavados en una cama, con un cáncer por almohada.”

Frontería

No podemos abarcarlo todo. Cada individuo tenemos nuestros propios límites, que pueden ser expresados en la forma de llegar o también en la capacidad por abarcar un más amplio horizonte de experiencias.

“Lo defectivo se siente más como una pobreza intuitiva, que como una mera falta de experiencia… La falta de experiencia es inevitable, si leo a Joyce estoy sacrificando automáticamente a otro libro y viceversa… etc. Es un poco así: hay líneas de aire a los lados de tu cabeza, de tu mirada, zonas de detención de tus ojos, tu olfato, tu gusto, es decir, que andás con tu límite por fuera y más allá de ese límite no podés llegar cuando creas que has aprehendido plenamente cualquier cosa, la cosa lo mismo que un iceberg tiene un pedacito por fuera y te lo muestra, y el resto enorme está más allá de tu límite…” cfr.: cap. 84, pág. 463


Se da un contraste entre el deseo de traspasar los propios límites y una especie de inercia a seguir viviendo sin intentar, al menos, traspasarlos. 

“Entonces hacer el amor era eso, un pez negro pasando y pasando obstinadamente. Una imagen como cualquier otra, bastante cierta por lo demás. La repetición al infinito de un ansia de fuga, de atravesar el cristal y entrar en otra cosa. – Quién sabe, dijo la Maga- A mí me parece que los peces ya no quieren salir de la pecera, casi nunca tocan el vidrio con la nariz…” cfr.: cap. 25 pág. 157

El lenguaje mismo establece unos límites definidos, que condicionan tanto a la realidad tangible como al pensamiento: “Lenguaje quiere decir residencia en una realidad, vivencia en una realidad, aunque sea cierto que el lenguaje que usamos nos traiciona (y Morelli no es el único en gritarlo a todos los vientos) no basta con querer liberarlo de sus tabúes. Hay que re-vivirlo, no re-animarlo…” cfr.: cap. 99 pág. 503


La misma novelística ha quedado tan enmarcada en su propio estilo que es necesario liberarla: “…Para lo cual hay que escribirla como anti-novela porque todo orden cerrado dejará sistemáticamente afuera esos anuncios que puedan volvernos mensajeros, acercarnos a nuestros propios límites de los que tan lejos estamos cara a cara” cfr.: cap. 79 pág. 453

Límite y costumbre viene a significar una misma realidad, en cuanto la costumbre recorta e impide salir del círculo que nos hemos trazado. “Del tornillo a un ojo, de un ojo a una estrella… ¿Por qué entregarse a la Gran Costumbre? Se puede elegir la fuga, la invención…” cfr.: cap. 73 pág. 439




Dudo del mismo pensamiento, de los conceptos de fondo y forma y de ésta manera se sienta tan limitado que: “Al dudar de sus herramientas, descalificaba en el mismo acto los trabajos realizados con ellas. Lo que el libro contaba no servía de nada, no era nada, porque estaba mal contado, porque simplemente estaba contado, era literatura”. cfr.: cap. 141 pág. 603

La misma inteligencia ¿es un límite, que impide nuevas proyecciones? 


-        “… Yo no sé, che, habría que intentar otro camino.
-         ¿Renunciando a la inteligencia? Dijo Gregorovius, desconfiado.
-         No sé, tal vez. Empleándola de otra manera…” cfr.: cap. 28 pág. 197


El tiempo es inventado por nosotros mismos, como una necesidad para poder seguir reconociéndonos el mismo ayer como hoy.


“… El soma en el tiempo. Cree en el tiempo en el antes y en el después. el pobre no ha encontrado en ningún cajón una carta suya escrita hace veinte años, no la ha releído no se ha dado cuenta de que nada se sostiene si no lo apuntalamos con miga de tiempo, si no inventamos el tiempo para no volvernos locos. cfr.: cap. 99 pág. 505