Indefinitud. Maribel Cerezuela

Indefinitud

Aparece en la novela expresado como el no poder prever a dónde se puede llegar, más allá de los propios límites, con precisión; pero con una especie de intuición innata que permite sospechar, y aún separar en un más allá ("plus ultra"), de lo que espontáneamente percibimos en un contacto cotidiano con la realidad.

                "¿Qué es en el fondo esa historia de encontrar un reino milenario, un orden, un otro mundo? Todo lo que se escribe en éstos tiempos y que vale la pena leer está orientado hacia la nostalgia. Complejo de la Arcadia, retorno al gran útero, back to Adam, la bon sauvage (y van...), paraíso perdido, perdido por buscarte, yo, sin luz para siempre...

                Detrás de todo eso (siempre es detrás, hay que convencerse de que es la idea clave del pensamiento moderno) el Paraíso, el otro mundo, la inocencia hollada que oscuramente se busca llorando la tierra de Hurqalya.. De una manera u otra la buscan, todos quieren abrir la puerta para ir a jugar". cfr.: cap. 71 pág. 432


Es tan indefinido como real. Se experimenta no se formula. "Se puede matar todo, menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña."  cfr.: cap.  71, pág. 436

Esta nostalgia por un reino más puro, se encuentra en la imposibilidad de ser captado desde la situación y con las categorías del pensamiento que tenemos.

           "..Toda tentativa de explicarlo fracasa por una razón que cualquiera comprende, y es que para definir y entender habría que estar fuera de lo definido y lo entendible." cfr.: cap. 28, pág. 190

La intuición del reino va acompañada con la imagen del absoluto. Son como aspectos complementarios.

                   "Sigo tan sediento de absoluto como cuando tenía veinte años, pero la delicada crispación, la delicia ácida y mordiente del acto creador, o de la simple contemplación de la belleza, no me parecen ya un premio un acceso a una realidad absoluta y satisfactoria.." cfr.:; cap. 112, pág. 538


Es asombroso el uso de imágenes del autor para narrar con toda vivacidad, ese otro reino del que habla, más valiéndose  de signos, que del razonamiento lógico. Podríamos decir que en cierta forma, su estilo es paralelo al que usa el libro del Apocalipsis.


                        "No podré renunciar jamás al sentimiento de que ahí, pegado a mi cara, entrelazado en mis dedos hay como una deslumbrante explosión hacia la luz, irrupción de mí hacia lo otro o de lo otro en mí, algo infinitamente cristalino que podría cuajar y resolver en la luz total sin tiempo ni espacio. Como una puerta de ópalo y diamante desde el cual se empieza a ser eso que verdaderamente se es y que no se quiere y no se sabe y no se puede ser".   cfr.: cap. 61, pág. 413

En un tono profético, Oliveira, vislumbra un nuevo umbral de la vida, que expresa con la imagen de un kibutz donde se da una traspolación de categorías humanas sin salirse de la realidad del mundo “la Inmensa Burrada”.

“…Kibbutz; colonia, settlemment, asentamiento, rincón elegido donde alzar la tienda final, donde salir al aire de la noche con la cara lavada por el tiempo, y unirse al mundo, a la Gran Locura, a la Inmensa Burrada, abrirse a la cristalización del deseo, al encuentro…” cfr.: cap. 36, pág. 239


Conclusión


Tal vez éstas tres dimensiones humanas: desfondamiento, frontera, indefinitud; que son la clave de otras muchas, son las que están sosteniendo el mensaje central de la novela: todo el cosmos es ambiguo, lo percibimos y lo aprehendemos de una forma determinada. Nuestra civilización, cultura, ética, lenguaje, ciencias, …etc. por la misma naturaleza ambigua que le es característica, podría ser concebido y consecuentemente vivido de otra forma diferente.

Con la creación de otra civilización, rompiendo los actuales moldes, se puede esperar el nacimiento de un hombre más auténtico y seriamente sincero. Pero para conseguirlo es necesario un trastoque del sistema desde la raíz.

“..una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego centro olvidado, torpe y mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizá habría otros caminos y que el que tomaron no era al único y no era el mejor, o que quizá habría otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron a medias…” cfr.: cap. 17, pág. 88

En realidad se trata de llegar a la : “… unidad en plena pluralidad, que la unidad fuera como el vértice de un torbellino y no la sedimentación del matecito lavado y frío” cfr.: cap. 19, pág. 98