Ana J. Egea Hervás

 

 


ANA J. EGEA HERVÁS

ANA J. EGEA HERVÁS. Calasparra (Murcia) 06/06/1953 - Tíjola (Almería) 26/12/2022

Nacida en Calasparra (Murcia), en una familia muy humilde, estudió con trabajo y sacrificio, gracias a una beca, la carrera de Magisterio, en su pueblo, Cieza y Murcia, donde vivió una de las etapas más dulces de su vida con amistades inocentes y tiernas que aún perduran al día de hoy. Haciendo ya Magisterio en Murcia, entabló amistad con Paquita, su cuñada, que le presentó a su marido Antonio, vecino de Tíjola. Desde ese punto, dejó su pueblo Calasparra para unirse en cuerpo y corazón a nuestro pueblo, para siempre.

Ana J. Egea Hervás


Como maestra trabajó en su primer destino en el pueblo vecino de Serón, recién casada y ubicada en una sencilla casa de maestros en el mismo recinto que el Colegio Miguel Zubeldia. Ella siempre destacó la familiaridad de un pueblo que siempre estuvo presente en sus recuerdos. Vecinos y compañeros en Serón dejaron en ella una huella imborrable de cariño y afecto.

Al trasladarse a vivir a nuestro pueblo, encontró otra familia en el Colegio Sagrado Corazón. En este colegio acabó siendo jefa de estudios, en la difícil etapa experimental de la LOGSE (el centro fue seleccionado entre pocos pueblos de Andalucía) y junto a otros compañeros, sacaron exitosamente el proyecto adelante. En Tíjola pronto se integró en lo que luego sería su pandilla de amigos en su etapa adulta, amigos para siempre, como cantan Los Manolos.

Ana J. Egea Hervás


Sus constantes inquietudes y su inculcado espíritu de superación, fruto de una infancia de pobreza y sacrificio, hicieron que siguiera estudiando hasta licenciarse en Psicopedagogía, ya en edad adulta. Y dando un paso más en su aventura educativa, consiguió una meritoria plaza en una dificilísima convocatoria, siendo destinada a Olula del Rio, municipio vecino, donde trabajó como Orientadora varios años. El reto más difícil de la época no fue su trabajo, porque estaba más que cualificada profesionalmente… fue coger el coche cada día desde Tíjola e ir y volver de su trabajo.

Por eso cuando recibió el destino del Instituto Alto Almanzora, al lado de casa, fue un descanso para su familia. Allí hasta su jubilación dejó esfuerzos, dedicación y cariño por todo aquel que pasó por su despacho de Orientación. Amigos para toda la vida quedaron de esta etapa, que recordaba con añoranza. Hay que destacar que participó activamente en el Primer Encuentro de Mediación de Andalucía en esta época, celebrado en el instituto y con la participación de varias provincias.


Ana J. Egea Hervás

Paralelamente, se desató su pasión por escribir. Tal y como ella reseñaba en una pequeña autobiografía:

Cuando era joven soñaba con escribir. La vida me trajo de la mano amor, hijos, trabajo, estudios, oposiciones y mi sueño dormía. A finales de 1.999 participé en un certamen de poesía. Después en novela corta y, al ganarlos, se despertó en mí, de nuevo, la ilusión por escribir

Un giro del destino en forma de décimo de lotería permitió cumplir el sueño de publicar libros. Escribió y publicó relatos, novela corta, poesía para adultos…, pero lo que realmente le gustaba era escribir poesía para niños.

Ana J. Egea Hervás

 

Premios:

II y V Premios Exaltación Virgen del Socorro Tíjola 1999 y 2002. Nacional

II Certamen literario Narrativa “Ciudad de Tíjola” 2000. Obra: Contigo. Nacional

II Premio del VIII Certamen literario de relato corto “Mujer y Literatura” de Vícar. 2005. Provincial

Premio Poesía X Pedro Iglesias Caballero. Cabra (Córdoba) 2001. Internacional

 Colaboraciones:

“Entornos de amor” Revista El Paseo Cultural. nº 9 Septiembre 2.001. Ayuntamiento de Cabra. Diputación de Córdoba. Poesía.

“Contigo”. Certamen Literario “Ciudad de Tíjola” ISBN 84-8108-239-2. Instituto de Estudios Almerienses. 2.001. Narrativa. (Con otros ganadores del certamen)

Pinceladas en el tiempo I y II “Boletín Informativo Cultural” junio 2.004 y junio 2005. Ayuntamiento de Tíjola. Narrativa.

V Jornadas de Historia Local de Tíjola. Literatura en Tíjola. ISBN978-84-615-9658-4.  2.012 ayuntamiento de Tíjola. (En colaboración con otros escritores). Poesía.

VI Pregón Semana Santa de Tijola. Iglesia Parroquial. 2018

 

Ana J. Egea Hervás

Libros publicados:

Viaje por leyendas de Al- Ándalus.  Editorial Círculo Rojo. 2016. Romances.

Entornos de amor. Editorial Círculo Rojo. 2017. Poesía de adultos

El explorador Buscatesoros. Editorial Círculo Rojo 2019. Poesía infantil

La magia de doña Polisemia. Editorial Círculo Rojo 2020. Poesía infantil

El prado de Justina. Ayuntamiento de Tíjola. 2022. Poesía infantil

La Condesita Fea. Editorial Círculo Rojo 2024. Poesía infantil

 



Ana J. Egea Hervás

Pendientes de publicación

Tíjola en la mirada (Donado a cofradías Tíjola)

Blancaluna y sus amigos

Chambilí

 

IMPORTANTE:

Nunca se consideró extranjera en este pueblo. TÍJOLA la recibió con los brazos abiertos, como una más y el amor y el cariño que procesó por esta villa, sus vecinos y amigos ESTABA Y ESTARÁ siempre en su corazón.

 

Ana J. Egea Hervás

EN LA SOLAPA DE LA CONDESITA FEA

Ana J. Egea Hervás nació en Calasparra (Murcia), pero fue Tíjola (Almería) donde anidó y floreció de su corazón las ganas de escribir.

Su mayor ilusión siempre fue “jugar con las palabras, pensarlas y desordenarlas y hacerlas bailar en rimas y ritmos” …o sea, escribir; para adultos y para niños; romances, historias, relatos, poesías y…cuentos. Como este libro que nos ocupa, que ve la luz gracias a Banco de Libros de Tíjola; donde esa magia que ella proyectaba aterriza en la edad media en un cuento pedagógico que seguro os va a encantar.

 


Antonio Martínez Egea

Antonio  Martínez Egea                                                                                                                                              

ARQUITECTO 

PROFESOR DIBUJO SECUNDARIA 

ILUSTRADOR

                                                                   

                                                                  Mail:                antoniomegea@gmail.com

 

DATOS PERSONALES                                                                                                                                      

           

Nombre. Apellidos:          Antonio Martínez Egea

            Fecha de nacimiento:    22 agosto 1975

            Lugar:                    Tíjola, Almería (España)

           

 

BIOGRAFÍA                                                                                                                                    

Tras una etapa formativa en su Tíjola natal, finaliza estudios de arquitectura superior en Granada en 2003. Trabaja como arquitecto autónomo desde entonces firmando proyectos de vivienda unifamiliar y plurifamiliar, así como otras obras de locales-ocio, gimnasios y rehabilitación e interiorismo.

Paralelamente junto con esta actividad se forma en la rama del diseño participando en concursos de carteles y desarrollando trabajos de imágenes corporativas y logotipos. Trabaja en ilustración digital desde el 2016.

Actualmente compatibiliza ambas tareas con la de profesor de enseñanza secundaria desde 2021.

 

 

PREMIOS 


Ana J. Egea Hervás                                                                                                                                   

1 premio Concurso Cartel Carnaval Ceuta 2013, con la obra “Caballas en carnaval”

 






ILUSTRACIÓNES                                                                                                                                    




Viaje por leyendas de Al- Ándalus. Editorial Círculo Rojo. 2016. Portada e ilustraciones






Ana J. Egea Hervás



Entornos de amor. Editorial Círculo Rojo. 2017. Portada








Ana J. Egea Hervás



La magia de doña Polisemia. Editorial Círculo Rojo 2020. Portada e ilustraciones







Ana J. Egea Hervás




La Condesita Fea. Editorial Círculo Rojo 2024. Maquetación

 

 



 


  

CRÓNICA DE UNA NOVELA


“El Renacer de la Rebelión Ilustrada (Don Pablo de Olavide y el Ingeniero Izquierdo)” 
de Enrique Myro

Antonio Ortiz, La Voz de Todas Partes

ENRIQUE MYRO

EL RENACER DE LA REBELIÓN ILUSTRADA. DON PABLO DE OLAVIDE Y EL INGENIERO IZQUIERDO.



Tras la entrevista que le hicimos a Enrique Myro, Sevilla 1946, en su Casa Sinapia en La Aldea de Los Ríos, situada entre La Carolina y Guarromán, ver en DIARIOVOZ. REVISTA DE LITERATURA y después de, siguiendo las directrices que nos dio el autor, haber vuelto a leer su novela “El Renacer de la Rebelión Ilustrada (Don Pablo de Olavide y el Ingeniero Izquierdo)”, creemos que es hora de hacer la reseña literaria de dicha obra.

De entrada, confieso que me ha parecido una novela bien elaborada, rica en diversas historias y, a pesar de su complejidad, equilibrada y fácil de leer; es decir, una buena novela, lo cual no es óbice para cuestionar algunos detalles de la obra.

El primero, a mi entender, es que estamos ante “una novela para el autor” no ante “una novela de autor”, que también lo es. Cuando digo esto me viene a la memoria “El Péndulo de Foucault”, de Umberto Eco, porque al igual que al italiano en dicha obra, a Enrique Myro le notamos en muchos pasajes de su novela que está escribiendo, en buena medida, para su disfrute personal.

Nos referimos, por ejemplo, a la cantidad de cuadros con los que viste las paredes de los restaurantes a los que van los personajes, e incluso los que cuelgan en la biblioteca del castillo de Canena, todos descritos con detalle. Bien es cierto que tienen relación con lo que está sucediendo y también con los lugares donde transcurre la trama, pero quizás para algunos lectores puede resultar cansino, y eso sin mencionar a su admirado Zabaleta, de quien se ocupa con singularidad.

Pero antes de seguir con los digamos desaciertos, entremos de lleno en la obra.

Como nos decía el autor en la referida entrevista, la novela desarrolla siete historias entremezcladas, dos de las cuales tratan sobre hechos históricos.

La historia principal versa sobre Don Pablo de Olavide, donde en los nueve capítulos que la componen, el Ingeniero Izquierdo conversa oníricamente con el Superintendente Olavide y éste va desgranando su vida.

En dichos diálogos el autor nos hace entrar en la vida doméstica de hace 250 años desde una perspectiva actual. Tenemos que admitir que, con una narrativa excelente, Don Pablo le cuenta al ingeniero en un diálogo mezcla de expresiones del siglo XVIII y las actuales, cómo fue su vida en aquellos años, desde que salió de la cárcel en 1754 hasta que volvió a entrar en ella veinte años más tarde por motivos que el lector descubrirá en la novela.

De forma muy amena se nos narra cómo Don Pablo enamora a Doña Isabel de los Ríos, la viuda rica de Leganés, cómo viaja por Europa y en Lille Madame Practiquesuyer, amiga de Diderot, le enseña una prenda nueva, el albornoz, que luego él mejora para su mayor goce y disfrute. Además de otras circunstancias de su vida, y sobre todo cómo le nombran Asistente de Sevilla y Superintendente de Las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena. 


ENRIQUE MYRO
ENRIQUE MYRO 




El relato del viaje que hace desde Madrid a Sevilla para tomar posesión de sus cargos, pasando por la Peñuela, actualmente La Carolina, es muy interesante y entretenido, sin olvidar su estancia en Écija en el palacio de los Marqueses de Peñaflor.

A su vuelta a Las Nuevas Poblaciones asistimos al levantamiento del enclave de los Ríos, hoy la Aldea de los Ríos, durante el cual se inicia y se nos cuenta el desarrollo de un proyecto industrial, El Agua Airosa, que resultó espectacular y que nos retrata el carácter emprendedor de los ilustrados en aquella época.

La vida de don Pablo se desarrollaba entre Las Nuevas Poblaciones y Sevilla, y en una de sus estancias a la orilla del Guadalquivir, el prepotente de Don Pablo prepara una trampa a las recalcitrantes autoridades sevillanas cuya narración resulta en verdad divertida, reflejando con nitidez meridiana el carácter de nuestro personaje.

Hay más datos interesantes de la vida del Superintendente Olavide, pero no quiero omitir mencionar sus amores diversos y libres, mucho más libres si los comparamos con los actuales, lo que él mismo le recrimina al Ingeniero Izquierdo.

Reflexionando acerca del porqué los capítulos sobre Olavide son tan entretenidos y tienen tanta fuerza, llegamos a la conclusión de que se debe a la atrevida técnica narrativa que utiliza el autor.

En primer lugar, el narrador es no omnisciente, es decir sólo cuenta lo que ve y oye, frialdad que el autor intenta mitigar con las descripciones del entorno. En segundo lugar, a dicha frialdad se contrapone la vivacidad lograda en los diálogos entre don Pablo y Fernando. Por último, se introduce la vehemencia de la narración en primera persona que hace Olavide de los diversos sucesos ocurridos en su vida.

El uso equilibrado de esa terna de técnicas narrativas, es donde creemos que estriba la alta calidad literaria alcanzada en estos textos y que modestamente instamos al lector para que se fije en ellas, pues seguro que disfrutará aún más con su lectura.

Las siguientes historias en importancia son las del ingeniero Izquierdo, su mujer Esperanza y su entorno familiar, sus dos hijos Nando y Giralda , y Manuela la canguro portuguesa.

En estas historias, literariamente hablando, la virtud principal recae en la naturalidad de los diálogos y la capacidad del autor para ambientar las escenas con un narrador que sólo puede contar lo que ve y lo que oye, y no lo que los personajes se supone que sienten y piensan. En ellas se nos hace ir desde los grabados deEscher que tiene Fernando en su despacho, a los imanes que están pegado en su nevera o a los striptease que le hace su mujer cuando llega del trabajo y se cambia de ropa.

El interés empieza por las repercusiones personales del accidente que tuvo el Ingeniero al caerse de una mula con la que acostumbraba a pasear por los alrededores de la Aldea de los Ríos. Por cierto, el tío Pirri, que le cuida la mula, y su mujer son unos personajes entrañables.

En cuanto a las relaciones profesionales tanto de Fernando como de Esperanza, en sus correspondientes entornos laborables, se cuentan con tanto rigor y credibilidad que inducen al lector a mantener el interés en sus circunstancias.

Pasemos ahora a referirnos a la historia de Carlet y Fernadina la chocolatera, una idea que el autor confiesa haber tomado prestada de Buero Vallejo, en su obra “Un Soñador para un Pueblo”, que supone una especie de ucronía fallida, llena de sexo sano e ilusionante. Pero no vamos a decir más para no desvelar el secreto ni romper el encanto del que el lector pueda disfrutar de su lectura.

Si hablamos de sexo, en esta novela lo hay de forma explícita e implícita, no podría faltar en una época en la que triunfan tantísimas sombras, pero, aunque haya escenas con una alta carga erótica propensas a lo cutre, debemos señalar que los versos de San Juan de La Cruz proporcionan un sentido místico a los encuentros amorosos de los protagonistas.

Algo también complementario que me ha gustado y mucho, son las descripciones de los paisajes que recorre el ingeniero Izquierdo, su camino hasta La Carolina o El Porrosillo, por ejemplo, sin olvidar sus idílicos atajos por las pistas forestales.

¡Ah!, y otra cosa son los sofisticados platos que degustan los protagonistas tanto en El Balneario de Canena, en La Isabela, en El Acebuchal e incluso las delicatesen de La Petite Maison, por no hablar del espectacular menú en la comida en el Castillo.

Volviendo de nuevo a las historias que componen esta novela, en una de ellas se narran los amores ilícitos, complementarios y novedosos de algunos personajes secundarios, todo ello al hilo de la tesis que defiende don Pablo en el sentido de que en el siglo XVIII las personas gozaron de mayores libertades en el tema amoroso. Algunas de estas escenas de amor complementarios como es el caso de Juan y Enara están muy logradas.

Ya sólo nos quedan dos historias que comentar, una de ellas es en la que se narra la vida del pueblo de Quesada. El ardid literario empleado por el autor es realmente brillante, pero obviamente no lo vamos a descubrir. Recientemente he leído “Manhattan Transfer” la novela de John Dos Passos, y salvando las distancias entre el escritor norteamericano y Enrique Myro, como antes lo hicimos con Umberto Eco, tengo que admitir que nos lo ha recordado. Los pueblos tienen su propia vida que no la constituyen la de cada uno de sus habitantes, sino la de todos en su conjunto, y el escritor sevillano la narra de forma excelente.

Por último, nos queda la historia protagonizada por Isabelo de Olavide, un personaje nacido como con fórceps pero que poco a poco va tomando consistencia hasta convertirse en el contrapunto perfecto del Ingeniero Izquierdo. Es un personaje extremadamente desgraciado pero que merecía ser feliz, como lo describe Esperanza. ¿Lo será?

Ésa y otras historias quedan pendientes de resolver en esta interesante, amena y bien escrita novela, lo cual, quieras que no, deja un cierto desencanto en el lector. Mas no se frustren, Myro promete una segunda parte de la novela en la cual promete desentrañar los misterios pendientes de esclarecer en las historias que componen esta obra.

Y a todo esto, se preguntarán los lectores ¿dónde comprar la novela? Pues en su librería habitual o directamente en la página web de la editorial:



EDITORIAL MALUMA

EL PESO DE LOS RECUERDOS

 

 

El peso de los recuerdos

Sin esperanzas de bienestar

AURORA PEREGRINA VARELA RODRÍGUEZ



Los recuerdos están bien, pero en el pasado nada hay ni nada vive ya.

Se olvida uno de Quinta Crespo, Las Mercedes, La Candelaria, Avenida Libertador, Ño Pastor a Misericordia, La Castellana, Macaracuay y Avenida México, del estupendo Parque del Este, dónde íbamos a correr con nuestra madre. Pasamos de las seis puertas de hierro que hay que atravesar para llegar a tu apartamento en Caracas, de los pesados llaveros y las alarmas de los coches.

Olvidamos que nos robaron la cadena de oro, nos perseguían por las calles, y que las ventanillas del coche debían estar cerradas siempre.

Pero recordamos, sin embargo, que cada mañana, el cielo estaba todo rojo, siendo señal de esperanza, y no obstante celebramos, que desde el interior de tu coche con las ventanillas cerradas, podías observar las pinturas de los habitantes de los llamados ranchos, situados en las laderas de los cerros más empobrecidos. En esos adolescentes está la vena artística, innata y que se lleva un sobresaliente.

Olvidamos las ilusiones y envejecemos con calma, amigos del ordenador y las buenas palabras, buscando siempre no perder el control y evitar la ignorancia.

Carne artística, bueno es tenerla, acrecienta tu fe en Dios, tu salud, tu salida de las dificultades y tu madurez. Cultivemos el amor y amarremos bien nuestros trazos, que sólo deben pertenecer a quiénes deseemos, y vivamos rodeándonos de las obras de otros, defendamos la propiedad, las creaciones regulares y esporádicas. Seamos verdaderos artistas involucrados en la igualdad de los seres humanos y no la riqueza de solamente unos pocos.

Que no nos pongan la zancadilla ni nos hagan caer gratis cuando deseemos dar forma a una idea. Y recordemos: “lo nuestro es nuestro, lo marca la ley, la razón. Que otros hagan lo suyo, lo propio, sus trazos que yo no tengo intención de abrazar”. Luzcamos nuestro buen hacer, la ordenación de los elementos y la elección de los colores incluso cuando recordamos viejas ciudades, pues las pensamos en puro color. Caminemos hacia la unión por medio de nuestras creaciones, y por ello, ellas deben descansar en los brazos de gente que propicia y ama la paz.

Recuerdo hoy lo que me amarró, lo que está ahí adentro y nunca salió fuera. La niñez y adolescencia en Caracas, tierra que está poblada por criaturas raras, descontroladas, coloridas, pero nunca amargadas.


CAER

 Caer  


Y de estas veces que te caes y consigues levantarte, pero te quedas con ese sentimiento de caída. 

Y pasan los días y caes. 

Y caes y sigues cayendo. 

Estoy andando, pero sigo cayendo. 

Estoy corriendo, pero sigo cayendo. 

Estoy soñando, pero sigo cayendo. 

Y llega el día donde dejó de caer, y me siento vacía. 

¿Qué soy sin este sentimiento que forma parte de mi desde que caí? 

Y entonces nada tiene sentido, me convierto en el aire que me rodea y entonces me pierdo. 

Y empiezo a llorar, desaparezco entre mis lágrimas y nadie me encuentra. 

Sin ti, me siento en un laberinto sin salida, en una hoja vacía, en todo, y a la vez en nada. 

Dejo de sentir, pero me sigues doliendo. 

Quiero sentir algo, pero no encuentro nada. 

Quizás estoy vacía de tanto caer. 

Me he acostumbrado a caer y ahora no sé cómo se siente. 

Cómo vuelvo a estar sin caer, si llevo años cayendo. 


DE FILIGRANAS CON EL CALENDARIO



 Haciendo una filigrana con el Tiempo de estos años.



Contabilidad de los daños, que al paso dejaron las tormentas torrenciales, las ausencias esenciales, las malas noticias desde la esperanza, la tan cercana distancia con la alcanzada ambulancia tras los aciagos vuelos sin motor sobre la ciudad de las voces.

A ti también te partieron la boca aquellos labios al dejar de besarte.

Después, ulteriores, los sentimientos te obligaron a firmar un pacto de no agresión con el futuro y las cafeterías cerradas…

Pero hay nuevos cielos rasos por trazar sin miedo a que sean un nuevo error.

Cantar a las mentiras de los versículos escritos en verano, a las huellas dactilares en los pasamanos de las vísperas, con vistas a las vísceras reventadas, esparcidas abajo entre las rocas. 

Demasiadas promesas suicidas sobre los acantilados. 

Quizá fue desde un aeropuerto cuando viste aquellas cometas ahorcadas, estranguladas en aquellas mismas brisas con las que bailaban enamorándose.

Erik Satie suena por el hilo musical mientras la nostalgia también embarca por la puerta tres. 

No te rindas, sigue adelante, haz una nueva filigrana con el Tiempo de estos años.

Contabilizar los instantes, y aunque fraudulentos, benditos aquellos desengaños que hicieron reír al Diablo, procurándote errar el penalti, privándote del juicio final.  

Los calendarios no los inventó la eternidad.

Que no se pierdan los villancicos por Navidad, los Papás Noel ecologistas, los agraciados en el sorteo de la lotería, los “a ver si nos vemos” (por fin conseguidos), los artistas, los poetas obesos de ego como budas, los periodistas redimidos por la verdad, la solidaridad con los desprotegidos. Que no se pierdan los no a la guerra, los mensajes de paz, los besos reinventados post pandemia, el olvido de los ataques por la espalda, los abrazos beodos en versión idiota, los kilos de más, las lentejuelas, las medias negras. Hay políticos en una viñeta, en un ocurrente chiste; contados con velas doradas durante la cena, los chismes de fulanito de tal, las chimeneas prendidas y los mejores deseos para el año que llega, y que llegará porque sí… 

…porque hay que desprecintar una nueva máquina del mundo, un nuevo enero ilusionante, un viva  la vida en la soledad de los tristes.

 Hacer filigranas con el año que se va porque el ser humano…

…No te rindas, sigue adelante…

Los calendarios no los inventó la eternidad…  

Huércal de Almería. 26 de Diciembre de 2022.

Andrés Rubia