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Positividad a 120 km/hora



Por Peregrina Flor

Hoy siento deseos de brindar mis manos para sujetarte y que no te tires al abismo. Suicidarse, nunca. A pesar de que interiormente sepas que las conductas de otros pueden llevarte a esa acción. La velocidad máxima permitida a la que debemos conducirnos es 120 km/h, porque si nos excedemos podemos chocar y destruirnos.
La vida es corta y no se quien reparte suerte, pero unos no tienen nada, otros regular y otros parecen robarla toda y acumularla por toneladas en sus casas y trasteros.
Si eres de los desafortunados, no llores, tienes la mayor de las virtudes, pues podrás ver en todos los seres con los que trates su cara oculta, y aunque la realidad duela, adquirirás sabiduría, y ella te empujará a sentirte bien en tu mundo particular y abstracto, aunque los gigantes necios del mundo te aparten, humillen y rechacen en cada paso que dan o comunicación que intercambien contigo, así que tú les vencerás.
Coincidamos entonces en que la mayor riqueza es la inmaterial, y si los ricos no suelen tener bienes inmateriales en su haber porque no saben o no quieren, entonces, no valen nada y te recomiendo que con premura te apartes de ellos, porque acabarán contigo y nada les importarán tus necesidades ni sufrimientos. Ellos no te ayudaran jamás , mismo te robarán la sonrisa y enterrarán tus ilusiones.
Para tener dinero, si no recibes herencia, tendrás que trabajar y luchar, pero aunque nunca llegues a tener todo lo que deseas, no lo olvides, tienes la sabiduría del luchador, del pobre, gran aliada de vida que te permitirá continuar dignamente en tu trayecto sabiendo girar bien en las curvas peligrosas que lo accidentado del terreno no ha podido evitar tener.
Hay tanto que contar sobre este tema, tanto espacio en blanco que rellenar escribiendo poco a poco, letra a letra, que espero no cansarme ni dejarlo, pero tampoco lo contaré todo lo que sé en este artículo. Cuesta explicar las experiencias porque recordar es volver a vivir todo lo que nos ha pasado y no sin dejarnos cicatrices que por cierto, casi solas se han curado.
Quiero comunicar fortaleza y esperanza ante las diversas adversidades que se presenten robándonos el muy feliz día a día.
No se si acabaré este articulo algún día, ya llevo varios escribiéndolo. No sé tampoco si lloraré y mojaré el papel antes de pasarlo a ordenador y enviarlo a alguna revista.
La vida es dura, desde que nacemos tenemos que batallar contra los virus, posibles accidentes y diversas enfermedades que minan muestra salud y nos van deteniendo entre roca y roca con la que además, deberemos necesariamente tropezar. Y todo, para aprender un poco más a ser positivos a la velocidad que podamos, aunque lo recomendable es, como ya he dicho, a 120 km/h..
Claro que sí, los obstáculos están ahí para pasar por encima de ellos con la cabeza bien alta y pisando fuerte, para no permitir que nos pisen los insensatos. Hoy hay buenos médicos que curan nuestras fastidiosas enfermedades aliviando nuestro dolor y recuperando nuestra fe, perdida entre las piedras negras y deformes.
Paso a paso vamos recorriendo el sendero dándonos cuenta de que siempre encontraremos manos amistosas que se nos tienden gratuitamente, a cambio de una tímida sonrisa. Al irnos a la cama por las noches, debemos llevarnos la esperanza de un mañana mejor, que debemos construir entre todos, ladrillo a ladrillo.
Dormir en paz y durante horas o bien poco tiempo, no importa, pero disfrutar por tus aciertos: la mejoría en la vida del mendigo que ayudaste dándole ropa y comida, el perro sin raza que finalmente adoptaste y que ahora te hace tanto bien.
El trabajo, debe ser visto como algo necesario en nuestra sociedad, jamás como una especie de cáncer incurable porque nadie pueda apartarnos de el.
Yo, por ejemplo, me siento orgullosa de donar toda mi obra literaria al beneficio y bienestar de los animales abandonados de cualquier especie y en todo el mundo, y para que mi deseo se realice, ya moveré los hilos que tenga que mover, pero a su tiempo y en una opurtuna compañía.
Ten tú también algo de lo que sentirte orgulloso, ayuda a otros a vivir su día a día sin amarguras, porque eso te sacará de los charcos y te empujará con holgura a ser positivo en este mundo cruel y satánico, que es de lo que hablamos.
La vida es de este modo, yo desearía que fuera un poco mejor, pero ante los contratiempos solamente encontré un medicamento, que comercializo o regalo como "Positividad a la velocidad máxima permitida". A toda costa, contra viento y marea, terremoto y tsunamis, tempestades y holocaustos, apocalipsis y horror, caídas y entierros, decepciones y equivocaciones.
No te confundan mis palabras acristaladas. Ellas son también claras como el agua de un manantial, porque te quiero ayudar, sabiendo además, que puedo hacerlo.
El optimismo nos invita a desarrollar nuestras cualidades escondidas, mostrándonos un mundo mejor de lo que es, y hace que crezcamos sin carencias importantes, llenos de virtudes que desconocíamos que formaran parte de nuestros espíritus. De forma que ser optimistas alarga la vida y nos ayuda a llegar a ancianos, a vivir mas y ver siempre el lado bueno de las cosas.
A cualquier centenario/a, al que preguntes su secreto de longevidad, siempre te mostrará el lado bueno de su vida, aunque fuera muy negra y llena de calamidades.
Un centenario fue y es ante todo y todos, positivo, la mayoría de ellos ha llevado una vida normal y los hay que enviudaron jóvenes y no se han vuelto a emparejar. Con lo cual, en casi todos los casos se respira un aire de religiosidad encendida en su interior. La fe ayuda a vivir.
A mí, siempre me ha gustado ayudar a los animales de cuatro patas y eso me ha impulsado a ser mejor, a sentirme realizada por cada uno de ellos a los que ayudo. Es una buena forma de sentirse bien por algo sencillo y, que a mayores, te va a ayudar a ser una persona alegre.
Bailemos todos al ritmo del progreso y la vida en alza, con la cabeza llena de ilusiones y la mente sana, abierta y siempre dando soluciones a las crisis, salidas a las informaciones sobre vida social y política que nos llegan, como los robos de miembros de partidos políticos mayoritarios o si PODEMOS es excelente alumno del comunismo venezolano. O bien, si nos bajan los sueldos o nos despiden o acosan social y sexualmente en el trabajo.
La vida política ciertamente nos controla y decepciona, así que les haremos frente y les daremos la cara a los políticos desde nuestra posición de ciudadanos de a pie y diciéndoles a todos ellos que no podrán con nosotros porque no seremos negativos aunque nos echen siempre tierra encima con sus malas y escondidas acciones. Deberían ser castigados por corruptos, violadores del derecho pueblerino de confiar en sus representantes y por todas sus mentiras, vidas alocadas llenas de despilfarro, viajar a todo dar con nuestro dinero y no cortarse ni un pelo en reducirnos los días libres, que buena falta nos hacen para cuidar de nuestros enfermos.
Contra ellos, es necesario ser optimistas a 180 km/h. Pero iríamos demasiado rápido, nos estrellaríamos y no sería viable una positividad situada tan al extremo. Cometeríamos infracción porque la velocidad máxima permitida es 120 km/h.

Positividad a 120 km/hora



Por Peregrina Flor

Hoy siento deseos de brindar mis manos para sujetarte y que no te tires al abismo. Suicidarse, nunca. A pesar de que interiormente sepas que las conductas de otros pueden llevarte a esa acción. La velocidad máxima permitida a la que debemos conducirnos es 120 km/h, porque si nos excedemos podemos chocar y destruirnos.
La vida es corta y no se quien reparte suerte, pero unos no tienen nada, otros regular y otros parecen robarla toda y acumularla por toneladas en sus casas y trasteros.
Si eres de los desafortunados, no llores, tienes la mayor de las virtudes, pues podrás ver en todos los seres con los que trates su cara oculta, y aunque la realidad duela, adquirirás sabiduría, y ella te empujará a sentirte bien en tu mundo particular y abstracto, aunque los gigantes necios del mundo te aparten, humillen y rechacen en cada paso que dan o comunicación que intercambien contigo, así que tú les vencerás.
Coincidamos entonces en que la mayor riqueza es la inmaterial, y si los ricos no suelen tener bienes inmateriales en su haber porque no saben o no quieren, entonces, no valen nada y te recomiendo que con premura te apartes de ellos, porque acabarán contigo y nada les importarán tus necesidades ni sufrimientos. Ellos no te ayudaran jamás , mismo te robarán la sonrisa y enterrarán tus ilusiones.
Para tener dinero, si no recibes herencia, tendrás que trabajar y luchar, pero aunque nunca llegues a tener todo lo que deseas, no lo olvides, tienes la sabiduría del luchador, del pobre, gran aliada de vida que te permitirá continuar dignamente en tu trayecto sabiendo girar bien en las curvas peligrosas que lo accidentado del terreno no ha podido evitar tener.
Hay tanto que contar sobre este tema, tanto espacio en blanco que rellenar escribiendo poco a poco, letra a letra, que espero no cansarme ni dejarlo, pero tampoco lo contaré todo lo que sé en este artículo. Cuesta explicar las experiencias porque recordar es volver a vivir todo lo que nos ha pasado y no sin dejarnos cicatrices que por cierto, casi solas se han curado.
Quiero comunicar fortaleza y esperanza ante las diversas adversidades que se presenten robándonos el muy feliz día a día.
No se si acabaré este articulo algún día, ya llevo varios escribiéndolo. No sé tampoco si lloraré y mojaré el papel antes de pasarlo a ordenador y enviarlo a alguna revista.
La vida es dura, desde que nacemos tenemos que batallar contra los virus, posibles accidentes y diversas enfermedades que minan muestra salud y nos van deteniendo entre roca y roca con la que además, deberemos necesariamente tropezar. Y todo, para aprender un poco más a ser positivos a la velocidad que podamos, aunque lo recomendable es, como ya he dicho, a 120 km/h..
Claro que sí, los obstáculos están ahí para pasar por encima de ellos con la cabeza bien alta y pisando fuerte, para no permitir que nos pisen los insensatos. Hoy hay buenos médicos que curan nuestras fastidiosas enfermedades aliviando nuestro dolor y recuperando nuestra fe, perdida entre las piedras negras y deformes.
Paso a paso vamos recorriendo el sendero dándonos cuenta de que siempre encontraremos manos amistosas que se nos tienden gratuitamente, a cambio de una tímida sonrisa. Al irnos a la cama por las noches, debemos llevarnos la esperanza de un mañana mejor, que debemos construir entre todos, ladrillo a ladrillo.
Dormir en paz y durante horas o bien poco tiempo, no importa, pero disfrutar por tus aciertos: la mejoría en la vida del mendigo que ayudaste dándole ropa y comida, el perro sin raza que finalmente adoptaste y que ahora te hace tanto bien.
El trabajo, debe ser visto como algo necesario en nuestra sociedad, jamás como una especie de cáncer incurable porque nadie pueda apartarnos de el.
Yo, por ejemplo, me siento orgullosa de donar toda mi obra literaria al beneficio y bienestar de los animales abandonados de cualquier especie y en todo el mundo, y para que mi deseo se realice, ya moveré los hilos que tenga que mover, pero a su tiempo y en una opurtuna compañía.
Ten tú también algo de lo que sentirte orgulloso, ayuda a otros a vivir su día a día sin amarguras, porque eso te sacará de los charcos y te empujará con holgura a ser positivo en este mundo cruel y satánico, que es de lo que hablamos.
La vida es de este modo, yo desearía que fuera un poco mejor, pero ante los contratiempos solamente encontré un medicamento, que comercializo o regalo como "Positividad a la velocidad máxima permitida". A toda costa, contra viento y marea, terremoto y tsunamis, tempestades y holocaustos, apocalipsis y horror, caídas y entierros, decepciones y equivocaciones.
No te confundan mis palabras acristaladas. Ellas son también claras como el agua de un manantial, porque te quiero ayudar, sabiendo además, que puedo hacerlo.
El optimismo nos invita a desarrollar nuestras cualidades escondidas, mostrándonos un mundo mejor de lo que es, y hace que crezcamos sin carencias importantes, llenos de virtudes que desconocíamos que formaran parte de nuestros espíritus. De forma que ser optimistas alarga la vida y nos ayuda a llegar a ancianos, a vivir mas y ver siempre el lado bueno de las cosas.
A cualquier centenario/a, al que preguntes su secreto de longevidad, siempre te mostrará el lado bueno de su vida, aunque fuera muy negra y llena de calamidades.
Un centenario fue y es ante todo y todos, positivo, la mayoría de ellos ha llevado una vida normal y los hay que enviudaron jóvenes y no se han vuelto a emparejar. Con lo cual, en casi todos los casos se respira un aire de religiosidad encendida en su interior. La fe ayuda a vivir.
A mí, siempre me ha gustado ayudar a los animales de cuatro patas y eso me ha impulsado a ser mejor, a sentirme realizada por cada uno de ellos a los que ayudo. Es una buena forma de sentirse bien por algo sencillo y, que a mayores, te va a ayudar a ser una persona alegre.
Bailemos todos al ritmo del progreso y la vida en alza, con la cabeza llena de ilusiones y la mente sana, abierta y siempre dando soluciones a las crisis, salidas a las informaciones sobre vida social y política que nos llegan, como los robos de miembros de partidos políticos mayoritarios o si PODEMOS es excelente alumno del comunismo venezolano. O bien, si nos bajan los sueldos o nos despiden o acosan social y sexualmente en el trabajo.
La vida política ciertamente nos controla y decepciona, así que les haremos frente y les daremos la cara a los políticos desde nuestra posición de ciudadanos de a pie y diciéndoles a todos ellos que no podrán con nosotros porque no seremos negativos aunque nos echen siempre tierra encima con sus malas y escondidas acciones. Deberían ser castigados por corruptos, violadores del derecho pueblerino de confiar en sus representantes y por todas sus mentiras, vidas alocadas llenas de despilfarro, viajar a todo dar con nuestro dinero y no cortarse ni un pelo en reducirnos los días libres, que buena falta nos hacen para cuidar de nuestros enfermos.
Contra ellos, es necesario ser optimistas a 180 km/h. Pero iríamos demasiado rápido, nos estrellaríamos y no sería viable una positividad situada tan al extremo. Cometeríamos infracción porque la velocidad máxima permitida es 120 km/h.