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Ciudad de Plata. MAKU CUELLAR



Cascada de José Victor Segura
José Victor Segura. Cascada
El olor a salitre, recuerda el sabor de tu piel.
Las roca de la bajamar, los montes de tu cuerpo.
Cuando la luna refleja su camino plateado,
en la mar de mis sueños,
mis sentidos se abren y salgo a buscarte.
Busco tu fulgor en la soledad de la Caleta.
A veces  me pierdo y fijo mi  mirada,
en el Faro de nuestros sueños.
Confío en su milenaria sabiduría,
por eso a él me encomiendo,
 en esta noche sin descanso.
Tal vez, cuando los sueños dejen de existir,
y tus manos de acariciar,
 volveré al lugar de mi existencia.
Volveré como hoy, a ese Faro milenario. 
Buscaré por el laberinto de mrallas
 que llevan a la Fortaleza.
Recorreré las calles del Puerto,
 y los entramados que desembocan en el Malecón.
 Observaré el ir y venir de las olas
y se perderán mis sentidos en su blanca espuma.
Bajaré hasta la orilla,

escribiré nuestros versos,
volverán las olas y los borrará,
con su inconmensurable desprecio.
Esperaré la llegada de las sirenas,
que me seducirán con su incesante canto.
Y seguiré navegando en esta playa, 
en este mar de eternas dudas.
Y así viviré eternamente,
 hasta el día en que los sabios,
 que habitan el mundo, 
las ninfas y las hadas
 decidan dejar de continuar el ciclo de la vida.
 Sólo así volveremos a la ciudad de plata,
 sin prisas y sin pausas,
 intentando recuperar el tiempo perdido y escondido, 
por las callejuelas del silencio.
Sólo así, escribiremos en la arena nuestros versos,
 sin temor de que sean borrados,
 porque ya será para siempre.
Pasearemos por los entramados,
y la brisa no envolverá nuestros cuerpos,
 ni la mar me recordará tu olor,
 ni me guiará la luna. 
No hará falta...
Ciudad de Plata nos acogerá,
como seres reales frente a este mundo irreal.
Nada más hará falta.
Sólo Vos y Ciudad de Plata.
06/12/2001

Ciudad de Plata. MAKU CUELLAR



Cascada de José Victor Segura
José Victor Segura. Cascada
El olor a salitre, recuerda el sabor de tu piel.
Las roca de la bajamar, los montes de tu cuerpo.
Cuando la luna refleja su camino plateado,
en la mar de mis sueños,
mis sentidos se abren y salgo a buscarte.
Busco tu fulgor en la soledad de la Caleta.
A veces  me pierdo y fijo mi  mirada,
en el Faro de nuestros sueños.
Confío en su milenaria sabiduría,
por eso a él me encomiendo,
 en esta noche sin descanso.
Tal vez, cuando los sueños dejen de existir,
y tus manos de acariciar,
 volveré al lugar de mi existencia.
Volveré como hoy, a ese Faro milenario. 
Buscaré por el laberinto de mrallas
 que llevan a la Fortaleza.
Recorreré las calles del Puerto,
 y los entramados que desembocan en el Malecón.
 Observaré el ir y venir de las olas
y se perderán mis sentidos en su blanca espuma.
Bajaré hasta la orilla,

escribiré nuestros versos,
volverán las olas y los borrará,
con su inconmensurable desprecio.
Esperaré la llegada de las sirenas,
que me seducirán con su incesante canto.
Y seguiré navegando en esta playa, 
en este mar de eternas dudas.
Y así viviré eternamente,
 hasta el día en que los sabios,
 que habitan el mundo, 
las ninfas y las hadas
 decidan dejar de continuar el ciclo de la vida.
 Sólo así volveremos a la ciudad de plata,
 sin prisas y sin pausas,
 intentando recuperar el tiempo perdido y escondido, 
por las callejuelas del silencio.
Sólo así, escribiremos en la arena nuestros versos,
 sin temor de que sean borrados,
 porque ya será para siempre.
Pasearemos por los entramados,
y la brisa no envolverá nuestros cuerpos,
 ni la mar me recordará tu olor,
 ni me guiará la luna. 
No hará falta...
Ciudad de Plata nos acogerá,
como seres reales frente a este mundo irreal.
Nada más hará falta.
Sólo Vos y Ciudad de Plata.
06/12/2001

Ciudad de Plata. MAKU CUELLAR



Cascada de José Victor Segura
José Victor Segura. Cascada
El olor a salitre, recuerda el sabor de tu piel.
Las roca de la bajamar, los montes de tu cuerpo.
Cuando la luna refleja su camino plateado,
en la mar de mis sueños,
mis sentidos se abren y salgo a buscarte.
Busco tu fulgor en la soledad de la Caleta.
A veces  me pierdo y fijo mi  mirada,
en el Faro de nuestros sueños.
Confío en su milenaria sabiduría,
por eso a él me encomiendo,
 en esta noche sin descanso.
Tal vez, cuando los sueños dejen de existir,
y tus manos de acariciar,
 volveré al lugar de mi existencia.
Volveré como hoy, a ese Faro milenario. 
Buscaré por el laberinto de mrallas
 que llevan a la Fortaleza.
Recorreré las calles del Puerto,
 y los entramados que desembocan en el Malecón.
 Observaré el ir y venir de las olas
y se perderán mis sentidos en su blanca espuma.
Bajaré hasta la orilla,

escribiré nuestros versos,
volverán las olas y los borrará,
con su inconmensurable desprecio.
Esperaré la llegada de las sirenas,
que me seducirán con su incesante canto.
Y seguiré navegando en esta playa, 
en este mar de eternas dudas.
Y así viviré eternamente,
 hasta el día en que los sabios,
 que habitan el mundo, 
las ninfas y las hadas
 decidan dejar de continuar el ciclo de la vida.
 Sólo así volveremos a la ciudad de plata,
 sin prisas y sin pausas,
 intentando recuperar el tiempo perdido y escondido, 
por las callejuelas del silencio.
Sólo así, escribiremos en la arena nuestros versos,
 sin temor de que sean borrados,
 porque ya será para siempre.
Pasearemos por los entramados,
y la brisa no envolverá nuestros cuerpos,
 ni la mar me recordará tu olor,
 ni me guiará la luna. 
No hará falta...
Ciudad de Plata nos acogerá,
como seres reales frente a este mundo irreal.
Nada más hará falta.
Sólo Vos y Ciudad de Plata.
06/12/2001

Ciudad de Plata. MAKU CUELLAR



Cascada de José Victor Segura
José Victor Segura. Cascada
El olor a salitre, recuerda el sabor de tu piel.
Las roca de la bajamar, los montes de tu cuerpo.
Cuando la luna refleja su camino plateado,
en la mar de mis sueños,
mis sentidos se abren y salgo a buscarte.
Busco tu fulgor en la soledad de la Caleta.
A veces  me pierdo y fijo mi  mirada,
en el Faro de nuestros sueños.
Confío en su milenaria sabiduría,
por eso a él me encomiendo,
 en esta noche sin descanso.
Tal vez, cuando los sueños dejen de existir,
y tus manos de acariciar,
 volveré al lugar de mi existencia.
Volveré como hoy, a ese Faro milenario. 
Buscaré por el laberinto de mrallas
 que llevan a la Fortaleza.
Recorreré las calles del Puerto,
 y los entramados que desembocan en el Malecón.
 Observaré el ir y venir de las olas
y se perderán mis sentidos en su blanca espuma.
Bajaré hasta la orilla,

escribiré nuestros versos,
volverán las olas y los borrará,
con su inconmensurable desprecio.
Esperaré la llegada de las sirenas,
que me seducirán con su incesante canto.
Y seguiré navegando en esta playa, 
en este mar de eternas dudas.
Y así viviré eternamente,
 hasta el día en que los sabios,
 que habitan el mundo, 
las ninfas y las hadas
 decidan dejar de continuar el ciclo de la vida.
 Sólo así volveremos a la ciudad de plata,
 sin prisas y sin pausas,
 intentando recuperar el tiempo perdido y escondido, 
por las callejuelas del silencio.
Sólo así, escribiremos en la arena nuestros versos,
 sin temor de que sean borrados,
 porque ya será para siempre.
Pasearemos por los entramados,
y la brisa no envolverá nuestros cuerpos,
 ni la mar me recordará tu olor,
 ni me guiará la luna. 
No hará falta...
Ciudad de Plata nos acogerá,
como seres reales frente a este mundo irreal.
Nada más hará falta.
Sólo Vos y Ciudad de Plata.
06/12/2001