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Abril. Juanjo Ruiz Plaza

ABRIL en Roquetas (Almería)


Ya están aquí; ya han llegado,  eternas viajeras impenitentes, las primeras golondrinas de este año. El Viernes Santo las vi revolotear junto a los aleros,  y sus  nidos  incipientes, proyecto de hogar sin hipotecas - dichosas ellas -,  van salpicando de oscuro las encaladas fachadas de mi placeta. Abril nos ha pillado a todos un poco por sorpresa, cuando aún no hemos terminado de digerir los últimos papajotes cuaresmales, cuando aún queda sobre la mesa una fuente de hojuelas con miel y se mezclan en el respaldo del sillón los jerseys de manga larga que no nos fiamos de guardar y las camisas de manga corta que aún no nos atrevemos a poner. ¡Vaya! Y todavía no le he quitado las manchas de cera a la capa ¡Ay, bendita primavera!

Esta mañana he vuelto al trabajo. Un café rápido en el "Bahía", una miradita por encima a los titulares de "La Voz" y las consabidas indirectas por parte del camarero - "¿Qué, ya se han acabado las vacaciones, no? Ahora, un mesecillo de clases... y el verano? " - para terminar con la misma cantinela de siempre - "¡Qué bien viven los maestros!."

Ni le contesto: hace tiempo que esas cosas dejaron de hacerme efecto. Dejo treinta duros junto al azucarillo y me voy a por el coche. Hace casi una hora que me levanté pero todavía no estoy despierto. No sé dónde demonios dejaría yo mi carpeta... y para colmo algún capullo ha aparcado su furgoneta delante de la cochera. No, si al final llegaré tarde... El mando a distancia no quiere funcionar; menos mal que tengo la llave magnética.  Mi vecina también está arrancando su coche y un olor insoportable a gasolina sin plomo se me cuela por la ventanilla... Se baja para acomodar bien a los niños en el asiento de atrás; va en chándal y con las zapatillas de casa, como siempre, pero hoy no lleva los "chuchos" ni el pañuelo. - "¡Buenos días, Juanjo! Ya tenía yo ganas de que empezara la Escuela..." -  Le sonrío y arranco al tirón; casi me dejo el retrovisor contra una columna. Subo la rampa y el sol nuevo de abril se me estrella en el parabrisas. Afortunadamente, el de la furgoneta se ha largado.

Enfilo el camino hacia el Instituto y pongo la radio. Ton Martín Benítez me recuerda que las cosas por Yugoslavia siguen igual, que por allí no se han enterado de que ya es primavera, que este año no va a haber golondrinas en Kosovo y que hay miles de niños para los que las escuelas no se van a abrir.  Soy un cobarde, lo reconozco, y me cambio a Radio Olé. "... la vereíta, maaaaadreeeee, cuajá de yerbaaaaaa, cuaajáaaa de yeeeerbaaaaa."
¡Mira, si han asfaltado el camino!


(...)

El reencuentro con alumnos y compañeros ha sido muy gratificante., pero ahora va a costar trabajo volver a coger el ritmo. ¡Cielos! Sólo una semana... y no recuerdan nada de nada... Es como empezar de cero.  Bueno, mañana un repasito a fondo... y a seguir con la tarea, que tenemos que acabar con las oraciones simples. A ver cómo le meto mano yo a esto de las reflexivas para que no se líen...

(...)
 
¡Qué tarde más hermosa hace!  Abril sigue floreciendo frente a mi ventana y las golondrinas continúan incansables, su repetido trabajo junto al alero. ¡Qué bullicio de chiquillos en la plaza...! ¡Bendita primavera!
Juanjo Ruiz Plaza.

Abril. Juanjo Ruiz Plaza

ABRIL en Roquetas (Almería)


Ya están aquí; ya han llegado,  eternas viajeras impenitentes, las primeras golondrinas de este año. El Viernes Santo las vi revolotear junto a los aleros,  y sus  nidos  incipientes, proyecto de hogar sin hipotecas - dichosas ellas -,  van salpicando de oscuro las encaladas fachadas de mi placeta. Abril nos ha pillado a todos un poco por sorpresa, cuando aún no hemos terminado de digerir los últimos papajotes cuaresmales, cuando aún queda sobre la mesa una fuente de hojuelas con miel y se mezclan en el respaldo del sillón los jerseys de manga larga que no nos fiamos de guardar y las camisas de manga corta que aún no nos atrevemos a poner. ¡Vaya! Y todavía no le he quitado las manchas de cera a la capa ¡Ay, bendita primavera!

Esta mañana he vuelto al trabajo. Un café rápido en el "Bahía", una miradita por encima a los titulares de "La Voz" y las consabidas indirectas por parte del camarero - "¿Qué, ya se han acabado las vacaciones, no? Ahora, un mesecillo de clases... y el verano? " - para terminar con la misma cantinela de siempre - "¡Qué bien viven los maestros!."

Ni le contesto: hace tiempo que esas cosas dejaron de hacerme efecto. Dejo treinta duros junto al azucarillo y me voy a por el coche. Hace casi una hora que me levanté pero todavía no estoy despierto. No sé dónde demonios dejaría yo mi carpeta... y para colmo algún capullo ha aparcado su furgoneta delante de la cochera. No, si al final llegaré tarde... El mando a distancia no quiere funcionar; menos mal que tengo la llave magnética.  Mi vecina también está arrancando su coche y un olor insoportable a gasolina sin plomo se me cuela por la ventanilla... Se baja para acomodar bien a los niños en el asiento de atrás; va en chándal y con las zapatillas de casa, como siempre, pero hoy no lleva los "chuchos" ni el pañuelo. - "¡Buenos días, Juanjo! Ya tenía yo ganas de que empezara la Escuela..." -  Le sonrío y arranco al tirón; casi me dejo el retrovisor contra una columna. Subo la rampa y el sol nuevo de abril se me estrella en el parabrisas. Afortunadamente, el de la furgoneta se ha largado.

Enfilo el camino hacia el Instituto y pongo la radio. Ton Martín Benítez me recuerda que las cosas por Yugoslavia siguen igual, que por allí no se han enterado de que ya es primavera, que este año no va a haber golondrinas en Kosovo y que hay miles de niños para los que las escuelas no se van a abrir.  Soy un cobarde, lo reconozco, y me cambio a Radio Olé. "... la vereíta, maaaaadreeeee, cuajá de yerbaaaaaa, cuaajáaaa de yeeeerbaaaaa."
¡Mira, si han asfaltado el camino!


(...)

El reencuentro con alumnos y compañeros ha sido muy gratificante., pero ahora va a costar trabajo volver a coger el ritmo. ¡Cielos! Sólo una semana... y no recuerdan nada de nada... Es como empezar de cero.  Bueno, mañana un repasito a fondo... y a seguir con la tarea, que tenemos que acabar con las oraciones simples. A ver cómo le meto mano yo a esto de las reflexivas para que no se líen...

(...)
 
¡Qué tarde más hermosa hace!  Abril sigue floreciendo frente a mi ventana y las golondrinas continúan incansables, su repetido trabajo junto al alero. ¡Qué bullicio de chiquillos en la plaza...! ¡Bendita primavera!
Juanjo Ruiz Plaza.

Abril. Juanjo Ruiz Plaza

ABRIL en Roquetas (Almería)


Ya están aquí; ya han llegado,  eternas viajeras impenitentes, las primeras golondrinas de este año. El Viernes Santo las vi revolotear junto a los aleros,  y sus  nidos  incipientes, proyecto de hogar sin hipotecas - dichosas ellas -,  van salpicando de oscuro las encaladas fachadas de mi placeta. Abril nos ha pillado a todos un poco por sorpresa, cuando aún no hemos terminado de digerir los últimos papajotes cuaresmales, cuando aún queda sobre la mesa una fuente de hojuelas con miel y se mezclan en el respaldo del sillón los jerseys de manga larga que no nos fiamos de guardar y las camisas de manga corta que aún no nos atrevemos a poner. ¡Vaya! Y todavía no le he quitado las manchas de cera a la capa ¡Ay, bendita primavera!

Esta mañana he vuelto al trabajo. Un café rápido en el "Bahía", una miradita por encima a los titulares de "La Voz" y las consabidas indirectas por parte del camarero - "¿Qué, ya se han acabado las vacaciones, no? Ahora, un mesecillo de clases... y el verano? " - para terminar con la misma cantinela de siempre - "¡Qué bien viven los maestros!."

Ni le contesto: hace tiempo que esas cosas dejaron de hacerme efecto. Dejo treinta duros junto al azucarillo y me voy a por el coche. Hace casi una hora que me levanté pero todavía no estoy despierto. No sé dónde demonios dejaría yo mi carpeta... y para colmo algún capullo ha aparcado su furgoneta delante de la cochera. No, si al final llegaré tarde... El mando a distancia no quiere funcionar; menos mal que tengo la llave magnética.  Mi vecina también está arrancando su coche y un olor insoportable a gasolina sin plomo se me cuela por la ventanilla... Se baja para acomodar bien a los niños en el asiento de atrás; va en chándal y con las zapatillas de casa, como siempre, pero hoy no lleva los "chuchos" ni el pañuelo. - "¡Buenos días, Juanjo! Ya tenía yo ganas de que empezara la Escuela..." -  Le sonrío y arranco al tirón; casi me dejo el retrovisor contra una columna. Subo la rampa y el sol nuevo de abril se me estrella en el parabrisas. Afortunadamente, el de la furgoneta se ha largado.

Enfilo el camino hacia el Instituto y pongo la radio. Ton Martín Benítez me recuerda que las cosas por Yugoslavia siguen igual, que por allí no se han enterado de que ya es primavera, que este año no va a haber golondrinas en Kosovo y que hay miles de niños para los que las escuelas no se van a abrir.  Soy un cobarde, lo reconozco, y me cambio a Radio Olé. "... la vereíta, maaaaadreeeee, cuajá de yerbaaaaaa, cuaajáaaa de yeeeerbaaaaa."
¡Mira, si han asfaltado el camino!


(...)

El reencuentro con alumnos y compañeros ha sido muy gratificante., pero ahora va a costar trabajo volver a coger el ritmo. ¡Cielos! Sólo una semana... y no recuerdan nada de nada... Es como empezar de cero.  Bueno, mañana un repasito a fondo... y a seguir con la tarea, que tenemos que acabar con las oraciones simples. A ver cómo le meto mano yo a esto de las reflexivas para que no se líen...

(...)
 
¡Qué tarde más hermosa hace!  Abril sigue floreciendo frente a mi ventana y las golondrinas continúan incansables, su repetido trabajo junto al alero. ¡Qué bullicio de chiquillos en la plaza...! ¡Bendita primavera!
Juanjo Ruiz Plaza.