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Maribel Cerezuela





   Otra casualidad. Limpiando estanterías de libros, en un rincón, tapada con su funda, inadvertida después de tantos años, me he encontrado esta tarde con esta maravilla de la escritura. La famosa, al menos en su época, Olivetti Línea 98, que tantas oposiciones me libró y a tantas llevé.  Que mira que he pasado un rato malo al trasladarla. Vaya que si pesa. No me acordaba.  Pero si las manos y los brazos llegan hechos bicarbonato ¿Cómo escribía después?

Parece que fue ayer, pero de ese ayer hace ya unos ocho años. Estoy releyendo el libro de Álex Grijelmo, La punta de la lengua. Críticas con humor sobre el idioma y el Diccionario”.

Todo esto viene a que, actualizando y activando fotografías que han dejado de existir o se han trasladado de una carpeta a otra dentro, del mismo dominio de Picassa, al dejar de verse y dar error, me estoy dando la pasada, tediosa, de subir las mismas, o cambiar las fotos directamente y ahorrar tiempo.

En el quitar y poner, tarea ardua y un tanto aburrida, así,  fuera de su contexto y el tiempo,  me he encontrado un comentario de nuestro amigo Ángel Simón sobre la canción de Cecilia, “Un ramito de violetas”, que a su vez, y dicen que las cosas no ocurren porque sí, está de moda otra vez, bueno, nunca se ha pasado de moda esta mujer ni su voz, y me encontré, otra casualidad, en la Tv hablando a su hermana de lo que era Cecilia y lo que la añora.

Y mira, otra vez con las casualidades,  me encuentro, en el libro que cito, en el apartado de Cancionismos, un título ya conocido: UN RAMITO DE VIOLETAS., donde dice Álex: “La maravillosa Cecilia cantaba “Un ramito de violetas”, hermosa música y bella letra… a pesar de los laísmos que suelta. Quién le escribía versos, dime quién era…? ¿Quién la mandaba flores por primaveeeera? Años después interpretó esta canción el andaluz Manzanita, que evitó el laísmo. Raro que un andaluz caiga en el laísmo… Modificando la letra original, él cantaba.. quién te escribía versos (…) quién te mandaba flores por primaveeera;. Después, Víctor Manuel y Pablo Milanés grabaron durante una actuación en directo otra versión: quién le mandaba flores;, quién le escribía versos… Un asturiano y un cubano jamás caerían en un laísmo".

Si no recuerdo mal, en el Tayko, hablando de ídem, en tertulia amena, lo nombramos y citamos. Cuál será la otra casualidad que me deparará la mañana, o pasado mañana, ... no lo sé… Pero mi mente me lleva a una tarde de encuentros en la Biblioteca Villaespesa, aquellas fabulosas tertulias con motivo de un-Taller de Literatura, donde hablando con Antonio Orejudo, le comenté que mi familia de Madrid, empleaban coloquialmente, muy a menudo, los laísmos, leísmos, loísmos. y qué cosas, eran oriundos, su familia claro, de la alpujarra almeriense, esto es… una andaluza casada con un madrileño de casta, Ingeniero, trabajador de TV española, que un día apareció por mi pueblo con motivo de las minas de hierro, como jefe Ingeniero de los Ingleses, y que sus hijos, con el tiempo, emplearan, castizos ellos, los dichosos estilos que ni los libros de gramática intentan explicar.

El autor añade que "un andaluz nunca será laísta, un vasco nunca será loísta, un catalán nunca será leísta… “... pero, en esto, como en casi todo, más que de la gramática conviene fiarse del oído. Que se mejora mucho leyendo, por cierto. Pero si a uno le suena bien, no hay nada que oponer. Se trata de regionalismos que, cuando no salen de la región, no quedan tan mal. Pero cuando salen… eso es otro cantar.. Y desafinado”.  

 Antonio Orejudo me contestó que no “todos los madrileños”, como yo afirmé, lo emplean, y “mucho menos sin son de clase alta”. Interesante tema para un próximo debate.