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Poesía. Michel Houellebecq

Michel Houellebecq                       poesía


El día se levanta y crece, recae sobre la ciudad
Hemos atravesado la noche sin encontrar alivio
Oigo los autobuses y el rumor sutil
de los intercambios sociales. Accedo a la presencia.


Hoy tendrá lugar. La superficie invisible
que delimita en el aire nuestros seres sufrientes
se forma y endurece a un ritmo terrible;
El cuerpo, el cuerpo no obstante es una pertenencia.

Hemos atravesado fatigas y deseos
sin reencontrar el sabor de los sueños de infancia
ya no queda gran cosa al fondo de nuestra sonrisa,
somos prisioneros de nuestra transparencia.


Le jour monte et grandit, retombe sur la ville
Nous avons traversé la nuit sans délivrance
J'entends les autobus et la rumeur subtile
des échanges sociaux. J'accède à la présence .


Aujourd'hui aura lieu. La surface invisible
délimitant dans l'air nos ètres de souffrance
Se forme et se durcir à une vitesse terrible;
Le corps, le corps poutant, est une appartenance.

Nous avons traversé fatigues et désirs
sans retrouver le goût des rêves de l'enfance
In n'y a plus grand-chose au fond de notre sourires,
Nous sommes prisonniers de notre transparence.

Poesía. Michel Houellebecq

Michel Houellebecq                       poesía


El día se levanta y crece, recae sobre la ciudad
Hemos atravesado la noche sin encontrar alivio
Oigo los autobuses y el rumor sutil
de los intercambios sociales. Accedo a la presencia.


Hoy tendrá lugar. La superficie invisible
que delimita en el aire nuestros seres sufrientes
se forma y endurece a un ritmo terrible;
El cuerpo, el cuerpo no obstante es una pertenencia.

Hemos atravesado fatigas y deseos
sin reencontrar el sabor de los sueños de infancia
ya no queda gran cosa al fondo de nuestra sonrisa,
somos prisioneros de nuestra transparencia.


Le jour monte et grandit, retombe sur la ville
Nous avons traversé la nuit sans délivrance
J'entends les autobus et la rumeur subtile
des échanges sociaux. J'accède à la présence .


Aujourd'hui aura lieu. La surface invisible
délimitant dans l'air nos ètres de souffrance
Se forme et se durcir à une vitesse terrible;
Le corps, le corps poutant, est une appartenance.

Nous avons traversé fatigues et désirs
sans retrouver le goût des rêves de l'enfance
In n'y a plus grand-chose au fond de notre sourires,
Nous sommes prisonniers de notre transparence.

Poesía. Michel Houellebecq

Michel Houellebecq                       poesía


El día se levanta y crece, recae sobre la ciudad
Hemos atravesado la noche sin encontrar alivio
Oigo los autobuses y el rumor sutil
de los intercambios sociales. Accedo a la presencia.


Hoy tendrá lugar. La superficie invisible
que delimita en el aire nuestros seres sufrientes
se forma y endurece a un ritmo terrible;
El cuerpo, el cuerpo no obstante es una pertenencia.

Hemos atravesado fatigas y deseos
sin reencontrar el sabor de los sueños de infancia
ya no queda gran cosa al fondo de nuestra sonrisa,
somos prisioneros de nuestra transparencia.


Le jour monte et grandit, retombe sur la ville
Nous avons traversé la nuit sans délivrance
J'entends les autobus et la rumeur subtile
des échanges sociaux. J'accède à la présence .


Aujourd'hui aura lieu. La surface invisible
délimitant dans l'air nos ètres de souffrance
Se forme et se durcir à une vitesse terrible;
Le corps, le corps poutant, est une appartenance.

Nous avons traversé fatigues et désirs
sans retrouver le goût des rêves de l'enfance
In n'y a plus grand-chose au fond de notre sourires,
Nous sommes prisonniers de notre transparence.

Poesía. Michel Houellebecq

Michel Houellebecq                       poesía


El día se levanta y crece, recae sobre la ciudad
Hemos atravesado la noche sin encontrar alivio
Oigo los autobuses y el rumor sutil
de los intercambios sociales. Accedo a la presencia.


Hoy tendrá lugar. La superficie invisible
que delimita en el aire nuestros seres sufrientes
se forma y endurece a un ritmo terrible;
El cuerpo, el cuerpo no obstante es una pertenencia.

Hemos atravesado fatigas y deseos
sin reencontrar el sabor de los sueños de infancia
ya no queda gran cosa al fondo de nuestra sonrisa,
somos prisioneros de nuestra transparencia.


Le jour monte et grandit, retombe sur la ville
Nous avons traversé la nuit sans délivrance
J'entends les autobus et la rumeur subtile
des échanges sociaux. J'accède à la présence .


Aujourd'hui aura lieu. La surface invisible
délimitant dans l'air nos ètres de souffrance
Se forme et se durcir à une vitesse terrible;
Le corps, le corps poutant, est une appartenance.

Nous avons traversé fatigues et désirs
sans retrouver le goût des rêves de l'enfance
In n'y a plus grand-chose au fond de notre sourires,
Nous sommes prisonniers de notre transparence.

Poesía. Michel Houellebecq

Michel Houellebecq                       poesía


El día se levanta y crece, recae sobre la ciudad
Hemos atravesado la noche sin encontrar alivio
Oigo los autobuses y el rumor sutil
de los intercambios sociales. Accedo a la presencia.


Hoy tendrá lugar. La superficie invisible
que delimita en el aire nuestros seres sufrientes
se forma y endurece a un ritmo terrible;
El cuerpo, el cuerpo no obstante es una pertenencia.

Hemos atravesado fatigas y deseos
sin reencontrar el sabor de los sueños de infancia
ya no queda gran cosa al fondo de nuestra sonrisa,
somos prisioneros de nuestra transparencia.


Le jour monte et grandit, retombe sur la ville
Nous avons traversé la nuit sans délivrance
J'entends les autobus et la rumeur subtile
des échanges sociaux. J'accède à la présence .


Aujourd'hui aura lieu. La surface invisible
délimitant dans l'air nos ètres de souffrance
Se forme et se durcir à une vitesse terrible;
Le corps, le corps poutant, est une appartenance.

Nous avons traversé fatigues et désirs
sans retrouver le goût des rêves de l'enfance
In n'y a plus grand-chose au fond de notre sourires,
Nous sommes prisonniers de notre transparence.

Arte en grandes dimensiones





PRIMERA ENSEÑANZA

El globo se dirige,
en su ascenso imparable,
camino al firmamento.
Como si adivinara el recorrido
se balancea, toma
recodos transparentes en el aire.
Arrastra tras de sí
la cuerda que lo uncía,
se aleja y disminuye
hasta hacerse invisible.
Su determinación no entiende de nostalgias.
En la esencia del helio sólo hay libertad.

Atrás quedó la feria con un niño
que, al volver la cabeza, recibió,
de su mano vacía,
la primera enseñanza.


CRACK

El vaso resbaló.
Quebró con su estallido
una conversación irrelevante
llenando de pedazos de cristal,
de ruido y de reproches la cocina.

Con el firme propósito
de eliminar los restos del naufragio,
meticulosamente,
barrimos y fregamos las baldosas.

A pesar de que es mucho
el tiempo transcurrido, desde entonces,
todavía me asombran las esquirlas
que, hirientes, en las suelas aparecen.
Acechan, contumaces, nuestros pies
ocultas bajo el zócalo.

Entre tanto, el rencor afila sus aristas.


MATERIAL DE DERRIBO

La casa se deshace
bajo el peso del tiempo
y ya no queda nada -o casi nada-
salvable en su interior.
Unas cajas, tan sólo,
con trastos que indultar del cataclismo.

Una de ellas contiene una muñecas
vestidas de una moda incomprensible
como si, con las prisas,
se pusieran la ropa equivocada.

Su dueña las dispuso para el viaje
de forma cuidadosa.
Ordenadas y juntas, de este modo,
se les ve asustadizas, obedientes.

Despeinadas y sucias, sus sonrisas
tienen una belleza que no entiendo.

FOTOGRAFÍA

Hasta aquella mañana
azul y luminosa del retrato
la nieve consistía
en pequeñas partículas de corcho
con las que recubríamos
de blanco, en Navidad, nuestro belén.

En la fotografía que contemplo
y que hicimos, entonces,
para guardar el día y el paisaje
recién inaugurados,
inofensiva empieza una batalla.

Mis hijos son pequeños y sonríen
en pijama cubiertos por abrigos,
como si no existiese otro horizonte,
como si sus sonrisas
hubiesen detenido la mañana
y las bolas de nieve
no terminasen nunca de caer.



Armisticio de Alquimia. Guillermo de Jorge

GUILLERMO DE JORGE




Pido un minuto al silencio

                                                            treinta segundos



Quiero contarte al oído
mi estancia en este mundo
Quiero ponerte en el alma
                                     una bala 
                                                   y disparar;
Quiero ponerte en el alma
                                     un poema
                                                   y apretar el gatillo;
Abatir tu piel a besos
mientras que amar
sea 
el único verbo letal
que ingieras.


                                                              Treinta segundos





Fiero,
ante la enlazada arquitectura de tu cuerpo,
pacto el armisticio,
fraguo en bronce nuestra tregua
nuestras manos,
las derrotas de las noches
sobre la piel.




Poema final



ser
en el tiempo:
página blanca
desde la voz quebrada;
vuelo enlazando signos,
la búsqueda;
movimiento curvo del aire
que acaba en el mismo instante
en el que empezamos.




Publicado en la Revista Transparencias n. 17
Depósito Legal:  AL-285/2004
ISSN: 1699-3322
ISSN: 1699-3772 (INTERNET)

Armisticio de Alquimia. Guillermo de Jorge


Pido un minuto al silencio

                                                            treinta segundos



Quiero contarte al oído
mi estancia en este mundo
Quiero ponerte en el alma
                                     una bala 
                                                   y disparar;
Quiero ponerte en el alma
                                     un poema
                                                   y apretar el gatillo;
Abatir tu piel a besos
mientras que amar
sea 
el único verbo letal
que ingieras.


                                                              Treinta segundos





Fiero,
ante la enlazada arquitectura de tu cuerpo,
pacto el armisticio,
fraguo en bronce nuestra tregua
nuestras manos,
las derrotas de las noches
sobre la piel.




Poema final


ser
en el tiempo:
página blanca
desde la voz quebrada;
vuelo enlazando signos,
la búsqueda;
movimiento curvo del aire
que acaba en el mismo instante
en el que empezamos.




Publicado en la Revista Transparencias n. 17
Depósito Legal:  AL-285/2004
ISSN: 1699-3322
ISSN: 1699-3772 (INTERNET)

Armisticio de Alquimia. Guillermo de Jorge


Pido un minuto al silencio

                                                            treinta segundos



Quiero contarte al oído
mi estancia en este mundo
Quiero ponerte en el alma
                                     una bala 
                                                   y disparar;
Quiero ponerte en el alma
                                     un poema
                                                   y apretar el gatillo;
Abatir tu piel a besos
mientras que amar
sea 
el único verbo letal
que ingieras.


                                                              Treinta segundos





Fiero,
ante la enlazada arquitectura de tu cuerpo,
pacto el armisticio,
fraguo en bronce nuestra tregua
nuestras manos,
las derrotas de las noches
sobre la piel.




Poema final


ser
en el tiempo:
página blanca
desde la voz quebrada;
vuelo enlazando signos,
la búsqueda;
movimiento curvo del aire
que acaba en el mismo instante
en el que empezamos.




Publicado en la Revista Transparencias n. 17
Depósito Legal:  AL-285/2004
ISSN: 1699-3322
ISSN: 1699-3772 (INTERNET)

Armisticio de Alquimia. Guillermo de Jorge


Pido un minuto al silencio

                                                            treinta segundos



Quiero contarte al oído
mi estancia en este mundo
Quiero ponerte en el alma
                                     una bala 
                                                   y disparar;
Quiero ponerte en el alma
                                     un poema
                                                   y apretar el gatillo;
Abatir tu piel a besos
mientras que amar
sea 
el único verbo letal
que ingieras.


                                                              Treinta segundos





Fiero,
ante la enlazada arquitectura de tu cuerpo,
pacto el armisticio,
fraguo en bronce nuestra tregua
nuestras manos,
las derrotas de las noches
sobre la piel.




Poema final


ser
en el tiempo:
página blanca
desde la voz quebrada;
vuelo enlazando signos,
la búsqueda;
movimiento curvo del aire
que acaba en el mismo instante
en el que empezamos.




Publicado en la Revista Transparencias n. 17
Depósito Legal:  AL-285/2004
ISSN: 1699-3322
ISSN: 1699-3772 (INTERNET)

No me llega la inspiración. Andrés Rubia

No me llega la inspiración.
Tu adiós revira mezclado con tu perfume...
                                                                .... cerca de la puerta
Aquel poema que fuiste.

Se retuerce el aire exiguo que dejas para mi resurreción.
Un solo pulmón para respirar.

Tanto y tanto duele ahora puede,
... quizá,
             ..... que más tarde sangre.

Revira el aire sobre su propio giro atmosférico, caótico, flotante.

La vida es un "ya no te quiero"
Lento fue el veneno de la hiedra que no matará en un instante.

Marzo:
Lanza romana...
       Postcrucifixión.

Aquel poema que fuiste todavía,
                                       pues todavía,
                                       porque todavía gravitan graves de gravedad las
comas,
sinalefas,
puntos,
            hiatos y demás signos de interrogación sin los puntos suspensivos.

Punto final en una alcoba de cajones vacíos.

Los ojos empapados con sujeto sin predicado aquella tarde de abril:
Aquel poema que fuiste.
En el suelo del dormitorio duelen las escenas.
Rotos como espejos las porciones de aquellos fracturados versos:

Palabras:
Sonrisas, azucenas, caricias, felicidad.
Promesas, catorces, tú, febreros, eternidad.

He hallado en el trastero lo poco que dejas.
Y mientras con aquella escoba retiro los restos de aquel poema que fuiste.
Aprendo que debo aprender, a sufrir, a crecer, a vivir.

Escucho unos versos de Sabinna gimiendo con alaridos mi falta de inspiración.
Los tres versos siguientes son del poeta por aquel poema que fuiste:
¿Quién me ha robado el mes de abril?
Este loco se va con otra loca.
                                        Estos ojos no lloran más por ti.




Andrés Rubia (mayo 2007)