Mostrando entradas con la etiqueta Blanca Villar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Blanca Villar. Mostrar todas las entradas

29.- Miedo a la locura. Blanca Villar (122

Mi miedo a la locura es temer encontrarme sola conmigo misma, cuando dentro de mí existe el caos, la pena o la incertidumbre. Mi miedo es no encontrar en mí, respuestas y no encontrar a nadie en ese momento que me alargue una mano o me acerque su hombro.
Miedo a la locura cuando ésta surge para huir de una realidad que no me gusta. Soledad, incomprensión, desamor entre el mundo y uno mismo.

Miedo de que aunque busque estar loca, como el que se droga, para sentirse bien, luego no pueda controlar los efectos y mi cerebro se niegue a ser como antes. Temor a lo desconocido, a no ser dueña de mis actos, temor a autodestruirme.

Pero todos estos miedos míos y temores, a veces justificados, se mejoran y hasta desaparecen cuando encuentro a un amigo. Entonces mis dudas, mis preocupaciones, se reparten al cincuenta por ciento, la carga ya es menos pesada, más llevadera. Incluso puedo dejarla en el camino y no volver la vista atrás.

Quizás mi miedo no sea a la locura, sino miedo a encontrarme tan sola y confusa que tenga que recurrir a crearme un mundo imaginario donde me resulte grato vivir.

El mundo que me rodea está lleno de caballeros andantes, con la salvedad de que no son idealistas y nobles, como Don Quijote, tan sólo se parecen a él porque llevan coraza, no para salir ilesos de las batallas, como nuestro loco hidalgo, sino para no mostrar debilidades y que nadie las llegue a conocer. Cuantos infelices con coraza, aunque yo me incluya a veces, cuanta hipocresía y diálogos superfluos que no nos llevan a ningún sitio. Vida monótona y fingida que nos aísla aún más, si no buscamos dentro de nosotros mismos, y damos importancia a los valores de verdad: La Solidaridad, El Amor, La Familia, La Amistad, 
¿De qué me sirven mis vanidades si no tengo amor?.

29.- Miedo a la locura. Blanca Villar (122

Mi miedo a la locura es temer encontrarme sola conmigo misma, cuando dentro de mí existe el caos, la pena o la incertidumbre. Mi miedo es no encontrar en mí, respuestas y no encontrar a nadie en ese momento que me alargue una mano o me acerque su hombro.
Miedo a la locura cuando ésta surge para huir de una realidad que no me gusta. Soledad, incomprensión, desamor entre el mundo y uno mismo.

Miedo de que aunque busque estar loca, como el que se droga, para sentirse bien, luego no pueda controlar los efectos y mi cerebro se niegue a ser como antes. Temor a lo desconocido, a no ser dueña de mis actos, temor a autodestruirme.

Pero todos estos miedos míos y temores, a veces justificados, se mejoran y hasta desaparecen cuando encuentro a un amigo. Entonces mis dudas, mis preocupaciones, se reparten al cincuenta por ciento, la carga ya es menos pesada, más llevadera. Incluso puedo dejarla en el camino y no volver la vista atrás.

Quizás mi miedo no sea a la locura, sino miedo a encontrarme tan sola y confusa que tenga que recurrir a crearme un mundo imaginario donde me resulte grato vivir.

El mundo que me rodea está lleno de caballeros andantes, con la salvedad de que no son idealistas y nobles, como Don Quijote, tan sólo se parecen a él porque llevan coraza, no para salir ilesos de las batallas, como nuestro loco hidalgo, sino para no mostrar debilidades y que nadie las llegue a conocer. Cuantos infelices con coraza, aunque yo me incluya a veces, cuanta hipocresía y diálogos superfluos que no nos llevan a ningún sitio. Vida monótona y fingida que nos aísla aún más, si no buscamos dentro de nosotros mismos, y damos importancia a los valores de verdad: La Solidaridad, El Amor, La Familia, La Amistad, 
¿De qué me sirven mis vanidades si no tengo amor?.

29.- Miedo a la locura. Blanca Villar (122

Mi miedo a la locura es temer encontrarme sola conmigo misma, cuando dentro de mí existe el caos, la pena o la incertidumbre. Mi miedo es no encontrar en mí, respuestas y no encontrar a nadie en ese momento que me alargue una mano o me acerque su hombro.
Miedo a la locura cuando ésta surge para huir de una realidad que no me gusta. Soledad, incomprensión, desamor entre el mundo y uno mismo.

Miedo de que aunque busque estar loca, como el que se droga, para sentirse bien, luego no pueda controlar los efectos y mi cerebro se niegue a ser como antes. Temor a lo desconocido, a no ser dueña de mis actos, temor a autodestruirme.

Pero todos estos miedos míos y temores, a veces justificados, se mejoran y hasta desaparecen cuando encuentro a un amigo. Entonces mis dudas, mis preocupaciones, se reparten al cincuenta por ciento, la carga ya es menos pesada, más llevadera. Incluso puedo dejarla en el camino y no volver la vista atrás.

Quizás mi miedo no sea a la locura, sino miedo a encontrarme tan sola y confusa que tenga que recurrir a crearme un mundo imaginario donde me resulte grato vivir.

El mundo que me rodea está lleno de caballeros andantes, con la salvedad de que no son idealistas y nobles, como Don Quijote, tan sólo se parecen a él porque llevan coraza, no para salir ilesos de las batallas, como nuestro loco hidalgo, sino para no mostrar debilidades y que nadie las llegue a conocer. Cuantos infelices con coraza, aunque yo me incluya a veces, cuanta hipocresía y diálogos superfluos que no nos llevan a ningún sitio. Vida monótona y fingida que nos aísla aún más, si no buscamos dentro de nosotros mismos, y damos importancia a los valores de verdad: La Solidaridad, El Amor, La Familia, La Amistad, 
¿De qué me sirven mis vanidades si no tengo amor?.

29.- Miedo a la locura. Blanca Villar (122

Mi miedo a la locura es temer encontrarme sola conmigo misma, cuando dentro de mí existe el caos, la pena o la incertidumbre. Mi miedo es no encontrar en mí, respuestas y no encontrar a nadie en ese momento que me alargue una mano o me acerque su hombro.
Miedo a la locura cuando ésta surge para huir de una realidad que no me gusta. Soledad, incomprensión, desamor entre el mundo y uno mismo.

Miedo de que aunque busque estar loca, como el que se droga, para sentirse bien, luego no pueda controlar los efectos y mi cerebro se niegue a ser como antes. Temor a lo desconocido, a no ser dueña de mis actos, temor a autodestruirme.

Pero todos estos miedos míos y temores, a veces justificados, se mejoran y hasta desaparecen cuando encuentro a un amigo. Entonces mis dudas, mis preocupaciones, se reparten al cincuenta por ciento, la carga ya es menos pesada, más llevadera. Incluso puedo dejarla en el camino y no volver la vista atrás.

Quizás mi miedo no sea a la locura, sino miedo a encontrarme tan sola y confusa que tenga que recurrir a crearme un mundo imaginario donde me resulte grato vivir.

El mundo que me rodea está lleno de caballeros andantes, con la salvedad de que no son idealistas y nobles, como Don Quijote, tan sólo se parecen a él porque llevan coraza, no para salir ilesos de las batallas, como nuestro loco hidalgo, sino para no mostrar debilidades y que nadie las llegue a conocer. Cuantos infelices con coraza, aunque yo me incluya a veces, cuanta hipocresía y diálogos superfluos que no nos llevan a ningún sitio. Vida monótona y fingida que nos aísla aún más, si no buscamos dentro de nosotros mismos, y damos importancia a los valores de verdad: La Solidaridad, El Amor, La Familia, La Amistad, 
¿De qué me sirven mis vanidades si no tengo amor?.