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El día del abuelito.

 28 DE AGOSTO, EL DIA DEL ABUELITO


¿Cuál será el motivo de celebración que estos adultos mayores pueden tener el próximo 28 de agosto? ¿Será acaso que la edad y las enfermedades les han arrebatado la fortaleza? ¿El olvido de sus hijos? o ¿qué las calles, para algunos, o el asilo, para otros, es el lugar donde esperan sus últimos días?
 
Ser abuelo no es sólo motivo para festejar un día. A la luz de la enseñanza bíblica, la vejez se presenta como un «tiempo favorable» para la culminación de la existencia humana, permitiéndole de este modo comprender mejor el sentido de la vida y alcanzar la «sabiduría del corazón».
 
Pero, ¿cuál será el consejo que estos hombres y mujeres en abandono darán, de acuerdo con su dura experiencia, a las nuevas generaciones que, inevitablemente, algún día alcanzarán la «edad de los recuerdos»?...
 
La voz callada de esos diez mil ancianos, que pueden ser más, responde a esa pregunta con el acento urgente del mandato divino: «Honra a tu padre y a tu madre». El Papa Juan Pablo II lo ha dicho: «Donde el precepto es reconocido y cumplido fielmente, los ancianos saben que no corren peligro de ser considerados un peso inútil y embarazoso».
 
El problema no es que sean diez mil muchos más. Con uno que viva esa realidad, ya es un problema. Y más si consideramos que en un futuro, esos ancianos podemos ser nosotros.
 
 
Xóchitl Zepeda León Escribe sobre los Abuelitos algo tan cierto que comparto con ustedes:
El arte de ser abuelo
 
. Nadie puede hacer por los nietos lo que hace el abuelo.
. No es viejo aquel que pierde su cabello o su última muela, sino el que pierde su única esperanza.
. Cuando seas viejo en la carne, sé joven en el alma.
. Dicen que el tiempo pasa. No es verdad. Somos nosotros los que pasamos por él, y cada momento puede darnos fortuna si entendemos.
 
 
Ojalá que todos pensáramos eso de nuestra querida Xochitl.
 
 
 
El 28 de agosto ha sido instituido en México como el Día del Abuelo, y aunque no lo parezca, ser abuelo es un arte que requiere aceptación de la condición de la persona, paciencia, amor y humildad que, por otra parte, son elementos esenciales para vivir con dignidad esta etapa de la vida.
 
Cuando una persona pasa a un segundo plano en el seno familiar, ya sea por su edad avanzada como por el surgimiento de un nuevo jefe familiar, no le resulta fácil; dejar de ser cabeza en el hogar y reducir sus actividades drásticamente, hasta convertirse en una simple voz auxiliar de los hijos -o de los nietos, cuando se lo permiten-, requiere dosis de sensatez, cordura y preparación que no se adquieren en las universidades, pues sólo se consiguen con la experiencia que brindan los años.
 
Los abuelos tienen mucha influencia en la vida familiar. Hoy por hoy, muchos de ellos atienden a los nietos, los cuidan con cariño y paciencia mientras sus padres salen a trabajar. Sin embargo, algunos, al pasar los años sienten y viven el abandono y la soledad, debido, quizás, a la falta de consideración de parte de sus hijos y nietos, y también porque muchos de ellos acusan cierto dejo por vivir la vida, el desinterés los aleja de la vida en sociedad y familiar.
 
Debemos recordar que todos tenemos familia, o quizá, desgraciadamente, ya no la tenemos, pero eso no deja de lado que el cariño que solamente la familia puede dar, nos ayuda a crecer y en ella aprendemos a ser felices.
 
Nuestro primer educador
Cuando somos pequeños, pasamos gran parte de nuestro tiempo compartiendo diversión y aprendizaje con nuestros abuelos, porque ellos, con cariño y paciencia, siembran en nosotros el bien y la fe; Además, son los primeros educadores en cuestiones religiosas, nos enseñan a persignarnos y a saber decir nuestros primeros rezos.
 
Mas, hay miles de abuelos que viven solos, recluidos en asilos, sufriendo la ingratitud del abandono o se quedaron, por la ley de la vida, sin familia. Allí, echan de menos la compañía y el cariño, y añoran la familia que un día formaron.
 
El papel trascendente del abuelo
 
Es importante considerar que el abuelo tiene un papel trascendente en la convivencia familiar. Una encuesta realizada por esta Pastoral, arrojó que los adultos mayores son una pieza clave en la vida familiar. La actual situación de crisis económica, ha propiciado en los matrimonios que tanto el hombre como la mujer se desempeñen laboralmente; en virtud de ello, reciben la ayuda de los abuelos para cuidar a sus hijos, contribuyendo así con su tiempo y dedicación a que los niños sigan sintiendo el calor de un hogar.
 
El Concilio Vaticano II habla mucho de la familia y sus valores humanos cristianos: «El bienestar de la persona y de la sociedad está estrechamente unido a la situación favorable de la familia.
La familia es escuela del más rico humanismo. Así, la familia, en la que coinciden distintas generaciones que se ayudan mutuamente, constituye el fundamento de la sociedad. Gracias a los padres que preceden en el ejemplo y la oración, los hijos y los demás que viven en el círculo familiar, encontrarán con más facilidad el camino del sentido humano, de la salvación y santidad.
 
La convivencia en familia es necesaria para no sentirnos aislados. El abuelo cuyo deseo es ser útil en la familia, necesita ser escuchado, aceptado, comprendido y valorado. En ocasiones existen barreras que nosotros mismos levantamos entre las personas, lo cual dificulta la convivencia en familia; pero en medio de esta situación están los abuelos, procurando no echar más leña al fuego, no estorbar sino unir, sembrando la paz, la comprensión, sabiendo disculpar y sonreír.
 
La serena presencia de las personas de edad avanzada es una bendición para todas las familias y comunidades. Habéis trabajado duramente y por largo tiempo para legar a los jóvenes un mundo mejor. Quiera Dios que experimentes el respeto y la atención afectuosa de las personas que nos rodean. ¡Dios los bendiga siempre!
 
deseo que vivás con paciente abandono los años que el Señor establezca para cada uno, siendo portadores de paz y alegría cristianas en vuestros hogares y comunidades, siempre dispuestos a dar razón de la esperanza que hay en nosotros, por la fe en Cristo, Nuestro Salvador».
Juan Pablo II, Jubileo de la Tercera Edad. Domingo 17 de septiembre de 2000
 
EN ESTE DIA PROCUREMOS QUE SEAN FELICES,Y QUE DIOS PUEDA DARNOS EL ENTENDIMIENTO Y VALORARLOS SIEMPRE. TODOS LOS DIAS DEL AÑO.

Blanca Márquez Rascón
 

El día del abuelito. Blanca Márquez Rascón

 28 DE AGOSTO, EL DIA DEL ABUELITO

¿Cuál será el motivo de celebración que estos adultos mayores pueden tener el próximo 28 de agosto? ¿Será acaso que la edad y las enfermedades les han arrebatado la fortaleza? ¿El olvido de sus hijos? o ¿qué las calles, para algunos, o el asilo, para otros, es el lugar donde esperan sus últimos días?
 
Ser abuelo no es sólo motivo para festejar un día. A la luz de la enseñanza bíblica, la vejez se presenta como un «tiempo favorable» para la culminación de la existencia humana, permitiéndole de este modo comprender mejor el sentido de la vida y alcanzar la «sabiduría del corazón».
 
Pero, ¿cuál será el consejo que estos hombres y mujeres en abandono darán, de acuerdo con su dura experiencia, a las nuevas generaciones que, inevitablemente, algún día alcanzarán la «edad de los recuerdos»?...
 
La voz callada de esos diez mil ancianos, que pueden ser más, responde a esa pregunta con el acento urgente del mandato divino: «Honra a tu padre y a tu madre». El Papa Juan Pablo II lo ha dicho: «Donde el precepto es reconocido y cumplido fielmente, los ancianos saben que no corren peligro de ser considerados un peso inútil y embarazoso».
 
El problema no es que sean diez mil muchos más. Con uno que viva esa realidad, ya es un problema. Y más si consideramos que en un futuro, esos ancianos podemos ser nosotros.
 
 
Xóchitl Zepeda León Escribe sobre los Abuelitos algo tan cierto que comparto con ustedes:
El arte de ser abuelo
 
. Nadie puede hacer por los nietos lo que hace el abuelo.
. No es viejo aquel que pierde su cabello o su última muela, sino el que pierde su única esperanza.
. Cuando seas viejo en la carne, sé joven en el alma.
. Dicen que el tiempo pasa. No es verdad. Somos nosotros los que pasamos por él, y cada momento puede darnos fortuna si entendemos.
 
 
Ojalá que todos pensáramos eso de nuestra querida Xochitl.
 
 
 
El 28 de agosto ha sido instituido en México como el Día del Abuelo, y aunque no lo parezca, ser abuelo es un arte que requiere aceptación de la condición de la persona, paciencia, amor y humildad que, por otra parte, son elementos esenciales para vivir con dignidad esta etapa de la vida.
 
Cuando una persona pasa a un segundo plano en el seno familiar, ya sea por su edad avanzada como por el surgimiento de un nuevo jefe familiar, no le resulta fácil; dejar de ser cabeza en el hogar y reducir sus actividades drásticamente, hasta convertirse en una simple voz auxiliar de los hijos -o de los nietos, cuando se lo permiten-, requiere dosis de sensatez, cordura y preparación que no se adquieren en las universidades, pues sólo se consiguen con la experiencia que brindan los años.
 
Los abuelos tienen mucha influencia en la vida familiar. Hoy por hoy, muchos de ellos atienden a los nietos, los cuidan con cariño y paciencia mientras sus padres salen a trabajar. Sin embargo, algunos, al pasar los años sienten y viven el abandono y la soledad, debido, quizás, a la falta de consideración de parte de sus hijos y nietos, y también porque muchos de ellos acusan cierto dejo por vivir la vida, el desinterés los aleja de la vida en sociedad y familiar.
 
Debemos recordar que todos tenemos familia, o quizá, desgraciadamente, ya no la tenemos, pero eso no deja de lado que el cariño que solamente la familia puede dar, nos ayuda a crecer y en ella aprendemos a ser felices.
 
Nuestro primer educador
Cuando somos pequeños, pasamos gran parte de nuestro tiempo compartiendo diversión y aprendizaje con nuestros abuelos, porque ellos, con cariño y paciencia, siembran en nosotros el bien y la fe; Además, son los primeros educadores en cuestiones religiosas, nos enseñan a persignarnos y a saber decir nuestros primeros rezos.
 
Mas, hay miles de abuelos que viven solos, recluidos en asilos, sufriendo la ingratitud del abandono o se quedaron, por la ley de la vida, sin familia. Allí, echan de menos la compañía y el cariño, y añoran la familia que un día formaron.
 
El papel trascendente del abuelo
 
Es importante considerar que el abuelo tiene un papel trascendente en la convivencia familiar. Una encuesta realizada por esta Pastoral, arrojó que los adultos mayores son una pieza clave en la vida familiar. La actual situación de crisis económica, ha propiciado en los matrimonios que tanto el hombre como la mujer se desempeñen laboralmente; en virtud de ello, reciben la ayuda de los abuelos para cuidar a sus hijos, contribuyendo así con su tiempo y dedicación a que los niños sigan sintiendo el calor de un hogar.
 
El Concilio Vaticano II habla mucho de la familia y sus valores humanos cristianos: «El bienestar de la persona y de la sociedad está estrechamente unido a la situación favorable de la familia.
La familia es escuela del más rico humanismo. Así, la familia, en la que coinciden distintas generaciones que se ayudan mutuamente, constituye el fundamento de la sociedad. Gracias a los padres que preceden en el ejemplo y la oración, los hijos y los demás que viven en el círculo familiar, encontrarán con más facilidad el camino del sentido humano, de la salvación y santidad.
 
La convivencia en familia es necesaria para no sentirnos aislados. El abuelo cuyo deseo es ser útil en la familia, necesita ser escuchado, aceptado, comprendido y valorado. En ocasiones existen barreras que nosotros mismos levantamos entre las personas, lo cual dificulta la convivencia en familia; pero en medio de esta situación están los abuelos, procurando no echar más leña al fuego, no estorbar sino unir, sembrando la paz, la comprensión, sabiendo disculpar y sonreír.
 
La serena presencia de las personas de edad avanzada es una bendición para todas las familias y comunidades. Habéis trabajado duramente y por largo tiempo para legar a los jóvenes un mundo mejor. Quiera Dios que experimentes el respeto y la atención afectuosa de las personas que nos rodean. ¡Dios los bendiga siempre!
 
deseo que vivás con paciente abandono los años que el Señor establezca para cada uno, siendo portadores de paz y alegría cristianas en vuestros hogares y comunidades, siempre dispuestos a dar razón de la esperanza que hay en nosotros, por la fe en Cristo, Nuestro Salvador».
Juan Pablo II, Jubileo de la Tercera Edad. Domingo 17 de septiembre de 2000
 
EN ESTE DIA PROCUREMOS QUE SEAN FELICES,Y QUE DIOS PUEDA DARNOS EL ENTENDIMIENTO Y VALORARLOS SIEMPRE. TODOS LOS DIAS DEL AÑO.
 

El día del abuelito. Blanca Márquez Rascón

 28 DE AGOSTO, EL DIA DEL ABUELITO

¿Cuál será el motivo de celebración que estos adultos mayores pueden tener el próximo 28 de agosto? ¿Será acaso que la edad y las enfermedades les han arrebatado la fortaleza? ¿El olvido de sus hijos? o ¿qué las calles, para algunos, o el asilo, para otros, es el lugar donde esperan sus últimos días?
 
Ser abuelo no es sólo motivo para festejar un día. A la luz de la enseñanza bíblica, la vejez se presenta como un «tiempo favorable» para la culminación de la existencia humana, permitiéndole de este modo comprender mejor el sentido de la vida y alcanzar la «sabiduría del corazón».
 
Pero, ¿cuál será el consejo que estos hombres y mujeres en abandono darán, de acuerdo con su dura experiencia, a las nuevas generaciones que, inevitablemente, algún día alcanzarán la «edad de los recuerdos»?...
 
La voz callada de esos diez mil ancianos, que pueden ser más, responde a esa pregunta con el acento urgente del mandato divino: «Honra a tu padre y a tu madre». El Papa Juan Pablo II lo ha dicho: «Donde el precepto es reconocido y cumplido fielmente, los ancianos saben que no corren peligro de ser considerados un peso inútil y embarazoso».
 
El problema no es que sean diez mil muchos más. Con uno que viva esa realidad, ya es un problema. Y más si consideramos que en un futuro, esos ancianos podemos ser nosotros.
 
 
Xóchitl Zepeda León Escribe sobre los Abuelitos algo tan cierto que comparto con ustedes:
El arte de ser abuelo
 
. Nadie puede hacer por los nietos lo que hace el abuelo.
. No es viejo aquel que pierde su cabello o su última muela, sino el que pierde su única esperanza.
. Cuando seas viejo en la carne, sé joven en el alma.
. Dicen que el tiempo pasa. No es verdad. Somos nosotros los que pasamos por él, y cada momento puede darnos fortuna si entendemos.
 
 
Ojalá que todos pensáramos eso de nuestra querida Xochitl.
 
 
 
El 28 de agosto ha sido instituido en México como el Día del Abuelo, y aunque no lo parezca, ser abuelo es un arte que requiere aceptación de la condición de la persona, paciencia, amor y humildad que, por otra parte, son elementos esenciales para vivir con dignidad esta etapa de la vida.
 
Cuando una persona pasa a un segundo plano en el seno familiar, ya sea por su edad avanzada como por el surgimiento de un nuevo jefe familiar, no le resulta fácil; dejar de ser cabeza en el hogar y reducir sus actividades drásticamente, hasta convertirse en una simple voz auxiliar de los hijos -o de los nietos, cuando se lo permiten-, requiere dosis de sensatez, cordura y preparación que no se adquieren en las universidades, pues sólo se consiguen con la experiencia que brindan los años.
 
Los abuelos tienen mucha influencia en la vida familiar. Hoy por hoy, muchos de ellos atienden a los nietos, los cuidan con cariño y paciencia mientras sus padres salen a trabajar. Sin embargo, algunos, al pasar los años sienten y viven el abandono y la soledad, debido, quizás, a la falta de consideración de parte de sus hijos y nietos, y también porque muchos de ellos acusan cierto dejo por vivir la vida, el desinterés los aleja de la vida en sociedad y familiar.
 
Debemos recordar que todos tenemos familia, o quizá, desgraciadamente, ya no la tenemos, pero eso no deja de lado que el cariño que solamente la familia puede dar, nos ayuda a crecer y en ella aprendemos a ser felices.
 
Nuestro primer educador
Cuando somos pequeños, pasamos gran parte de nuestro tiempo compartiendo diversión y aprendizaje con nuestros abuelos, porque ellos, con cariño y paciencia, siembran en nosotros el bien y la fe; Además, son los primeros educadores en cuestiones religiosas, nos enseñan a persignarnos y a saber decir nuestros primeros rezos.
 
Mas, hay miles de abuelos que viven solos, recluidos en asilos, sufriendo la ingratitud del abandono o se quedaron, por la ley de la vida, sin familia. Allí, echan de menos la compañía y el cariño, y añoran la familia que un día formaron.
 
El papel trascendente del abuelo
 
Es importante considerar que el abuelo tiene un papel trascendente en la convivencia familiar. Una encuesta realizada por esta Pastoral, arrojó que los adultos mayores son una pieza clave en la vida familiar. La actual situación de crisis económica, ha propiciado en los matrimonios que tanto el hombre como la mujer se desempeñen laboralmente; en virtud de ello, reciben la ayuda de los abuelos para cuidar a sus hijos, contribuyendo así con su tiempo y dedicación a que los niños sigan sintiendo el calor de un hogar.
 
El Concilio Vaticano II habla mucho de la familia y sus valores humanos cristianos: «El bienestar de la persona y de la sociedad está estrechamente unido a la situación favorable de la familia.
La familia es escuela del más rico humanismo. Así, la familia, en la que coinciden distintas generaciones que se ayudan mutuamente, constituye el fundamento de la sociedad. Gracias a los padres que preceden en el ejemplo y la oración, los hijos y los demás que viven en el círculo familiar, encontrarán con más facilidad el camino del sentido humano, de la salvación y santidad.
 
La convivencia en familia es necesaria para no sentirnos aislados. El abuelo cuyo deseo es ser útil en la familia, necesita ser escuchado, aceptado, comprendido y valorado. En ocasiones existen barreras que nosotros mismos levantamos entre las personas, lo cual dificulta la convivencia en familia; pero en medio de esta situación están los abuelos, procurando no echar más leña al fuego, no estorbar sino unir, sembrando la paz, la comprensión, sabiendo disculpar y sonreír.
 
La serena presencia de las personas de edad avanzada es una bendición para todas las familias y comunidades. Habéis trabajado duramente y por largo tiempo para legar a los jóvenes un mundo mejor. Quiera Dios que experimentes el respeto y la atención afectuosa de las personas que nos rodean. ¡Dios los bendiga siempre!
 
deseo que vivás con paciente abandono los años que el Señor establezca para cada uno, siendo portadores de paz y alegría cristianas en vuestros hogares y comunidades, siempre dispuestos a dar razón de la esperanza que hay en nosotros, por la fe en Cristo, Nuestro Salvador».
Juan Pablo II, Jubileo de la Tercera Edad. Domingo 17 de septiembre de 2000
 
EN ESTE DIA PROCUREMOS QUE SEAN FELICES,Y QUE DIOS PUEDA DARNOS EL ENTENDIMIENTO Y VALORARLOS SIEMPRE. TODOS LOS DIAS DEL AÑO.
 

El día del abuelito.

 28 DE AGOSTO, EL DIA DEL ABUELITO


¿Cuál será el motivo de celebración que estos adultos mayores pueden tener el próximo 28 de agosto? ¿Será acaso que la edad y las enfermedades les han arrebatado la fortaleza? ¿El olvido de sus hijos? o ¿qué las calles, para algunos, o el asilo, para otros, es el lugar donde esperan sus últimos días?
 
Ser abuelo no es sólo motivo para festejar un día. A la luz de la enseñanza bíblica, la vejez se presenta como un «tiempo favorable» para la culminación de la existencia humana, permitiéndole de este modo comprender mejor el sentido de la vida y alcanzar la «sabiduría del corazón».
 
Pero, ¿cuál será el consejo que estos hombres y mujeres en abandono darán, de acuerdo con su dura experiencia, a las nuevas generaciones que, inevitablemente, algún día alcanzarán la «edad de los recuerdos»?...
 
La voz callada de esos diez mil ancianos, que pueden ser más, responde a esa pregunta con el acento urgente del mandato divino: «Honra a tu padre y a tu madre». El Papa Juan Pablo II lo ha dicho: «Donde el precepto es reconocido y cumplido fielmente, los ancianos saben que no corren peligro de ser considerados un peso inútil y embarazoso».
 
El problema no es que sean diez mil muchos más. Con uno que viva esa realidad, ya es un problema. Y más si consideramos que en un futuro, esos ancianos podemos ser nosotros.
 
 
Xóchitl Zepeda León Escribe sobre los Abuelitos algo tan cierto que comparto con ustedes:
El arte de ser abuelo
 
. Nadie puede hacer por los nietos lo que hace el abuelo.
. No es viejo aquel que pierde su cabello o su última muela, sino el que pierde su única esperanza.
. Cuando seas viejo en la carne, sé joven en el alma.
. Dicen que el tiempo pasa. No es verdad. Somos nosotros los que pasamos por él, y cada momento puede darnos fortuna si entendemos.
 
 
Ojalá que todos pensáramos eso de nuestra querida Xochitl.
 
 
 
El 28 de agosto ha sido instituido en México como el Día del Abuelo, y aunque no lo parezca, ser abuelo es un arte que requiere aceptación de la condición de la persona, paciencia, amor y humildad que, por otra parte, son elementos esenciales para vivir con dignidad esta etapa de la vida.
 
Cuando una persona pasa a un segundo plano en el seno familiar, ya sea por su edad avanzada como por el surgimiento de un nuevo jefe familiar, no le resulta fácil; dejar de ser cabeza en el hogar y reducir sus actividades drásticamente, hasta convertirse en una simple voz auxiliar de los hijos -o de los nietos, cuando se lo permiten-, requiere dosis de sensatez, cordura y preparación que no se adquieren en las universidades, pues sólo se consiguen con la experiencia que brindan los años.
 
Los abuelos tienen mucha influencia en la vida familiar. Hoy por hoy, muchos de ellos atienden a los nietos, los cuidan con cariño y paciencia mientras sus padres salen a trabajar. Sin embargo, algunos, al pasar los años sienten y viven el abandono y la soledad, debido, quizás, a la falta de consideración de parte de sus hijos y nietos, y también porque muchos de ellos acusan cierto dejo por vivir la vida, el desinterés los aleja de la vida en sociedad y familiar.
 
Debemos recordar que todos tenemos familia, o quizá, desgraciadamente, ya no la tenemos, pero eso no deja de lado que el cariño que solamente la familia puede dar, nos ayuda a crecer y en ella aprendemos a ser felices.
 
Nuestro primer educador
Cuando somos pequeños, pasamos gran parte de nuestro tiempo compartiendo diversión y aprendizaje con nuestros abuelos, porque ellos, con cariño y paciencia, siembran en nosotros el bien y la fe; Además, son los primeros educadores en cuestiones religiosas, nos enseñan a persignarnos y a saber decir nuestros primeros rezos.
 
Mas, hay miles de abuelos que viven solos, recluidos en asilos, sufriendo la ingratitud del abandono o se quedaron, por la ley de la vida, sin familia. Allí, echan de menos la compañía y el cariño, y añoran la familia que un día formaron.
 
El papel trascendente del abuelo
 
Es importante considerar que el abuelo tiene un papel trascendente en la convivencia familiar. Una encuesta realizada por esta Pastoral, arrojó que los adultos mayores son una pieza clave en la vida familiar. La actual situación de crisis económica, ha propiciado en los matrimonios que tanto el hombre como la mujer se desempeñen laboralmente; en virtud de ello, reciben la ayuda de los abuelos para cuidar a sus hijos, contribuyendo así con su tiempo y dedicación a que los niños sigan sintiendo el calor de un hogar.
 
El Concilio Vaticano II habla mucho de la familia y sus valores humanos cristianos: «El bienestar de la persona y de la sociedad está estrechamente unido a la situación favorable de la familia.
La familia es escuela del más rico humanismo. Así, la familia, en la que coinciden distintas generaciones que se ayudan mutuamente, constituye el fundamento de la sociedad. Gracias a los padres que preceden en el ejemplo y la oración, los hijos y los demás que viven en el círculo familiar, encontrarán con más facilidad el camino del sentido humano, de la salvación y santidad.
 
La convivencia en familia es necesaria para no sentirnos aislados. El abuelo cuyo deseo es ser útil en la familia, necesita ser escuchado, aceptado, comprendido y valorado. En ocasiones existen barreras que nosotros mismos levantamos entre las personas, lo cual dificulta la convivencia en familia; pero en medio de esta situación están los abuelos, procurando no echar más leña al fuego, no estorbar sino unir, sembrando la paz, la comprensión, sabiendo disculpar y sonreír.
 
La serena presencia de las personas de edad avanzada es una bendición para todas las familias y comunidades. Habéis trabajado duramente y por largo tiempo para legar a los jóvenes un mundo mejor. Quiera Dios que experimentes el respeto y la atención afectuosa de las personas que nos rodean. ¡Dios los bendiga siempre!
 
deseo que vivás con paciente abandono los años que el Señor establezca para cada uno, siendo portadores de paz y alegría cristianas en vuestros hogares y comunidades, siempre dispuestos a dar razón de la esperanza que hay en nosotros, por la fe en Cristo, Nuestro Salvador».
Juan Pablo II, Jubileo de la Tercera Edad. Domingo 17 de septiembre de 2000
 
EN ESTE DIA PROCUREMOS QUE SEAN FELICES,Y QUE DIOS PUEDA DARNOS EL ENTENDIMIENTO Y VALORARLOS SIEMPRE. TODOS LOS DIAS DEL AÑO.

Blanca Márquez Rascón
 

El día del abuelito. Blanca Márquez Rascón

 28 DE AGOSTO, EL DIA DEL ABUELITO

¿Cuál será el motivo de celebración que estos adultos mayores pueden tener el próximo 28 de agosto? ¿Será acaso que la edad y las enfermedades les han arrebatado la fortaleza? ¿El olvido de sus hijos? o ¿qué las calles, para algunos, o el asilo, para otros, es el lugar donde esperan sus últimos días?
 
Ser abuelo no es sólo motivo para festejar un día. A la luz de la enseñanza bíblica, la vejez se presenta como un «tiempo favorable» para la culminación de la existencia humana, permitiéndole de este modo comprender mejor el sentido de la vida y alcanzar la «sabiduría del corazón».
 
Pero, ¿cuál será el consejo que estos hombres y mujeres en abandono darán, de acuerdo con su dura experiencia, a las nuevas generaciones que, inevitablemente, algún día alcanzarán la «edad de los recuerdos»?...
 
La voz callada de esos diez mil ancianos, que pueden ser más, responde a esa pregunta con el acento urgente del mandato divino: «Honra a tu padre y a tu madre». El Papa Juan Pablo II lo ha dicho: «Donde el precepto es reconocido y cumplido fielmente, los ancianos saben que no corren peligro de ser considerados un peso inútil y embarazoso».
 
El problema no es que sean diez mil muchos más. Con uno que viva esa realidad, ya es un problema. Y más si consideramos que en un futuro, esos ancianos podemos ser nosotros.
 
 
Xóchitl Zepeda León Escribe sobre los Abuelitos algo tan cierto que comparto con ustedes:
El arte de ser abuelo
 
. Nadie puede hacer por los nietos lo que hace el abuelo.
. No es viejo aquel que pierde su cabello o su última muela, sino el que pierde su única esperanza.
. Cuando seas viejo en la carne, sé joven en el alma.
. Dicen que el tiempo pasa. No es verdad. Somos nosotros los que pasamos por él, y cada momento puede darnos fortuna si entendemos.
 
 
Ojalá que todos pensáramos eso de nuestra querida Xochitl.
 
 
 
El 28 de agosto ha sido instituido en México como el Día del Abuelo, y aunque no lo parezca, ser abuelo es un arte que requiere aceptación de la condición de la persona, paciencia, amor y humildad que, por otra parte, son elementos esenciales para vivir con dignidad esta etapa de la vida.
 
Cuando una persona pasa a un segundo plano en el seno familiar, ya sea por su edad avanzada como por el surgimiento de un nuevo jefe familiar, no le resulta fácil; dejar de ser cabeza en el hogar y reducir sus actividades drásticamente, hasta convertirse en una simple voz auxiliar de los hijos -o de los nietos, cuando se lo permiten-, requiere dosis de sensatez, cordura y preparación que no se adquieren en las universidades, pues sólo se consiguen con la experiencia que brindan los años.
 
Los abuelos tienen mucha influencia en la vida familiar. Hoy por hoy, muchos de ellos atienden a los nietos, los cuidan con cariño y paciencia mientras sus padres salen a trabajar. Sin embargo, algunos, al pasar los años sienten y viven el abandono y la soledad, debido, quizás, a la falta de consideración de parte de sus hijos y nietos, y también porque muchos de ellos acusan cierto dejo por vivir la vida, el desinterés los aleja de la vida en sociedad y familiar.
 
Debemos recordar que todos tenemos familia, o quizá, desgraciadamente, ya no la tenemos, pero eso no deja de lado que el cariño que solamente la familia puede dar, nos ayuda a crecer y en ella aprendemos a ser felices.
 
Nuestro primer educador
Cuando somos pequeños, pasamos gran parte de nuestro tiempo compartiendo diversión y aprendizaje con nuestros abuelos, porque ellos, con cariño y paciencia, siembran en nosotros el bien y la fe; Además, son los primeros educadores en cuestiones religiosas, nos enseñan a persignarnos y a saber decir nuestros primeros rezos.
 
Mas, hay miles de abuelos que viven solos, recluidos en asilos, sufriendo la ingratitud del abandono o se quedaron, por la ley de la vida, sin familia. Allí, echan de menos la compañía y el cariño, y añoran la familia que un día formaron.
 
El papel trascendente del abuelo
 
Es importante considerar que el abuelo tiene un papel trascendente en la convivencia familiar. Una encuesta realizada por esta Pastoral, arrojó que los adultos mayores son una pieza clave en la vida familiar. La actual situación de crisis económica, ha propiciado en los matrimonios que tanto el hombre como la mujer se desempeñen laboralmente; en virtud de ello, reciben la ayuda de los abuelos para cuidar a sus hijos, contribuyendo así con su tiempo y dedicación a que los niños sigan sintiendo el calor de un hogar.
 
El Concilio Vaticano II habla mucho de la familia y sus valores humanos cristianos: «El bienestar de la persona y de la sociedad está estrechamente unido a la situación favorable de la familia.
La familia es escuela del más rico humanismo. Así, la familia, en la que coinciden distintas generaciones que se ayudan mutuamente, constituye el fundamento de la sociedad. Gracias a los padres que preceden en el ejemplo y la oración, los hijos y los demás que viven en el círculo familiar, encontrarán con más facilidad el camino del sentido humano, de la salvación y santidad.
 
La convivencia en familia es necesaria para no sentirnos aislados. El abuelo cuyo deseo es ser útil en la familia, necesita ser escuchado, aceptado, comprendido y valorado. En ocasiones existen barreras que nosotros mismos levantamos entre las personas, lo cual dificulta la convivencia en familia; pero en medio de esta situación están los abuelos, procurando no echar más leña al fuego, no estorbar sino unir, sembrando la paz, la comprensión, sabiendo disculpar y sonreír.
 
La serena presencia de las personas de edad avanzada es una bendición para todas las familias y comunidades. Habéis trabajado duramente y por largo tiempo para legar a los jóvenes un mundo mejor. Quiera Dios que experimentes el respeto y la atención afectuosa de las personas que nos rodean. ¡Dios los bendiga siempre!
 
deseo que vivás con paciente abandono los años que el Señor establezca para cada uno, siendo portadores de paz y alegría cristianas en vuestros hogares y comunidades, siempre dispuestos a dar razón de la esperanza que hay en nosotros, por la fe en Cristo, Nuestro Salvador».
Juan Pablo II, Jubileo de la Tercera Edad. Domingo 17 de septiembre de 2000
 
EN ESTE DIA PROCUREMOS QUE SEAN FELICES,Y QUE DIOS PUEDA DARNOS EL ENTENDIMIENTO Y VALORARLOS SIEMPRE. TODOS LOS DIAS DEL AÑO.
 

El día del abuelito. Blanca Márquez Rascón

 28 DE AGOSTO, EL DIA DEL ABUELITO

¿Cuál será el motivo de celebración que estos adultos mayores pueden tener el próximo 28 de agosto? ¿Será acaso que la edad y las enfermedades les han arrebatado la fortaleza? ¿El olvido de sus hijos? o ¿qué las calles, para algunos, o el asilo, para otros, es el lugar donde esperan sus últimos días?
 
Ser abuelo no es sólo motivo para festejar un día. A la luz de la enseñanza bíblica, la vejez se presenta como un «tiempo favorable» para la culminación de la existencia humana, permitiéndole de este modo comprender mejor el sentido de la vida y alcanzar la «sabiduría del corazón».
 
Pero, ¿cuál será el consejo que estos hombres y mujeres en abandono darán, de acuerdo con su dura experiencia, a las nuevas generaciones que, inevitablemente, algún día alcanzarán la «edad de los recuerdos»?...
 
La voz callada de esos diez mil ancianos, que pueden ser más, responde a esa pregunta con el acento urgente del mandato divino: «Honra a tu padre y a tu madre». El Papa Juan Pablo II lo ha dicho: «Donde el precepto es reconocido y cumplido fielmente, los ancianos saben que no corren peligro de ser considerados un peso inútil y embarazoso».
 
El problema no es que sean diez mil muchos más. Con uno que viva esa realidad, ya es un problema. Y más si consideramos que en un futuro, esos ancianos podemos ser nosotros.
 
 
Xóchitl Zepeda León Escribe sobre los Abuelitos algo tan cierto que comparto con ustedes:
El arte de ser abuelo
 
. Nadie puede hacer por los nietos lo que hace el abuelo.
. No es viejo aquel que pierde su cabello o su última muela, sino el que pierde su única esperanza.
. Cuando seas viejo en la carne, sé joven en el alma.
. Dicen que el tiempo pasa. No es verdad. Somos nosotros los que pasamos por él, y cada momento puede darnos fortuna si entendemos.
 
 
Ojalá que todos pensáramos eso de nuestra querida Xochitl.
 
 
 
El 28 de agosto ha sido instituido en México como el Día del Abuelo, y aunque no lo parezca, ser abuelo es un arte que requiere aceptación de la condición de la persona, paciencia, amor y humildad que, por otra parte, son elementos esenciales para vivir con dignidad esta etapa de la vida.
 
Cuando una persona pasa a un segundo plano en el seno familiar, ya sea por su edad avanzada como por el surgimiento de un nuevo jefe familiar, no le resulta fácil; dejar de ser cabeza en el hogar y reducir sus actividades drásticamente, hasta convertirse en una simple voz auxiliar de los hijos -o de los nietos, cuando se lo permiten-, requiere dosis de sensatez, cordura y preparación que no se adquieren en las universidades, pues sólo se consiguen con la experiencia que brindan los años.
 
Los abuelos tienen mucha influencia en la vida familiar. Hoy por hoy, muchos de ellos atienden a los nietos, los cuidan con cariño y paciencia mientras sus padres salen a trabajar. Sin embargo, algunos, al pasar los años sienten y viven el abandono y la soledad, debido, quizás, a la falta de consideración de parte de sus hijos y nietos, y también porque muchos de ellos acusan cierto dejo por vivir la vida, el desinterés los aleja de la vida en sociedad y familiar.
 
Debemos recordar que todos tenemos familia, o quizá, desgraciadamente, ya no la tenemos, pero eso no deja de lado que el cariño que solamente la familia puede dar, nos ayuda a crecer y en ella aprendemos a ser felices.
 
Nuestro primer educador
Cuando somos pequeños, pasamos gran parte de nuestro tiempo compartiendo diversión y aprendizaje con nuestros abuelos, porque ellos, con cariño y paciencia, siembran en nosotros el bien y la fe; Además, son los primeros educadores en cuestiones religiosas, nos enseñan a persignarnos y a saber decir nuestros primeros rezos.
 
Mas, hay miles de abuelos que viven solos, recluidos en asilos, sufriendo la ingratitud del abandono o se quedaron, por la ley de la vida, sin familia. Allí, echan de menos la compañía y el cariño, y añoran la familia que un día formaron.
 
El papel trascendente del abuelo
 
Es importante considerar que el abuelo tiene un papel trascendente en la convivencia familiar. Una encuesta realizada por esta Pastoral, arrojó que los adultos mayores son una pieza clave en la vida familiar. La actual situación de crisis económica, ha propiciado en los matrimonios que tanto el hombre como la mujer se desempeñen laboralmente; en virtud de ello, reciben la ayuda de los abuelos para cuidar a sus hijos, contribuyendo así con su tiempo y dedicación a que los niños sigan sintiendo el calor de un hogar.
 
El Concilio Vaticano II habla mucho de la familia y sus valores humanos cristianos: «El bienestar de la persona y de la sociedad está estrechamente unido a la situación favorable de la familia.
La familia es escuela del más rico humanismo. Así, la familia, en la que coinciden distintas generaciones que se ayudan mutuamente, constituye el fundamento de la sociedad. Gracias a los padres que preceden en el ejemplo y la oración, los hijos y los demás que viven en el círculo familiar, encontrarán con más facilidad el camino del sentido humano, de la salvación y santidad.
 
La convivencia en familia es necesaria para no sentirnos aislados. El abuelo cuyo deseo es ser útil en la familia, necesita ser escuchado, aceptado, comprendido y valorado. En ocasiones existen barreras que nosotros mismos levantamos entre las personas, lo cual dificulta la convivencia en familia; pero en medio de esta situación están los abuelos, procurando no echar más leña al fuego, no estorbar sino unir, sembrando la paz, la comprensión, sabiendo disculpar y sonreír.
 
La serena presencia de las personas de edad avanzada es una bendición para todas las familias y comunidades. Habéis trabajado duramente y por largo tiempo para legar a los jóvenes un mundo mejor. Quiera Dios que experimentes el respeto y la atención afectuosa de las personas que nos rodean. ¡Dios los bendiga siempre!
 
deseo que vivás con paciente abandono los años que el Señor establezca para cada uno, siendo portadores de paz y alegría cristianas en vuestros hogares y comunidades, siempre dispuestos a dar razón de la esperanza que hay en nosotros, por la fe en Cristo, Nuestro Salvador».
Juan Pablo II, Jubileo de la Tercera Edad. Domingo 17 de septiembre de 2000
 
EN ESTE DIA PROCUREMOS QUE SEAN FELICES,Y QUE DIOS PUEDA DARNOS EL ENTENDIMIENTO Y VALORARLOS SIEMPRE. TODOS LOS DIAS DEL AÑO.
 

seguimos en el 2006.



Colaboración de Blanca Márquez Rascón

SOLO POR HOY
Todos en este mes de enero empezamos con muchos propósitos nuevos
y nos damos cuenta que muchas veces se quedan solo en eso.
Ojalá que en este año solo tengamos un propósito SOLO POR HOY.

1. Sólo por hoy, seré feliz. La mayoría de las personas son tan felices como deciden serlo. La felicidad es algo interior; no es asunto de afuera.
2. Sólo por hoy, trataré de adaptarme a lo que es y no trataré de ajustar todas las cosas a mis propios deseos. Aceptaré a mi familia, mis negocios y mi suerte como son y procuraré encajar en todo ello.
3. Sólo por hoy, cuidaré de mi organismo. Lo ejercitaré, lo atenderé, lo alimentaré, no abusaré de él ni lo abandonaré, de forma que será una máquina perfecta para mis cosas.
4. Sólo por hoy, trataré de vigorizar mi espíritu. Aprenderé algo útil. No seré un haragán mental. Leeré algo que requiera esfuerzo, meditación y concentración.
5. Sólo por hoy, ejercitaré mi alma de tres modos. Haré a alguien algún bien sin que lo descubra. Y haré dos cosas que no me agraden hacer, sólo para ejercitarme.
6. Sólo por hoy, seré agradable. Tendré el mejor aspecto que pueda, me vestiré con la mayor corrección a mi alcance, hablaré en voz baja, me mostraré cortés, seré generoso en la alabanza, no criticaré a nadie y no encontraré defectos en nada.
7. Sólo por hoy, trataré de vivir únicamente este día, sin abordar todo el problema de mi vida de una vez. Puedo hacer en doce horas cosas que me espantarían, si tuviera que mantenerlas durante una vida entera.
8. Sólo por hoy, tendré un programa. Pondré por escrito lo que espero hacer cada hora. Puede que no siga exactamente el programa, pero lo tendré. Eliminaré dos plagas: la prisa y la indecisión.
9. Sólo por hoy, tendré media hora tranquila de soledad y descanso. En esta media hora pensaré a veces en Dios, a fin de conseguir una mayor perspectiva de mi vida.
10. Sólo por hoy, no tendré temor y especialmente no tendré temor de ser feliz, de disfrutar lo bello, de amar y de creer que los que amo, también me aman.
Autor Sibyl F. Partridge
"Una persona feliz no es alguien que se halla en una determinada serie de circunstancias, sino más bien alguien que adopta una determinada serie de actitudes".*
En su libro titulado "Del sufrimiento a la paz", el Padre Ignacio Larrañaga nos da un sabio consejo:
"Es tiempo perdido y pura utopía el preocuparse por hacer felices a los demás si nosotros mismos no lo somos; si nuestra trastienda está llena de escombros, llamas y agonía. Hay que comenzar, pues, por uno mismo. Sólo haremos felices a los demás en la medida en que nosotros lo seamos. La única manera de amar realmente al prójimo es reconciliándonos con nosotros mismos, aceptándonos y amándonos serenamente. No debe olvidarse que el ideal bíblico se sintetiza en 'amar al prójimo como a sí mismo'. La medida es, pues, uno mismo; y cronológicamente es uno mismo antes que el prójimo. Ya constituye un altísimo ideal el llegar a preocuparse por el otro tanto como uno se preocupa por sí mismo. Hay que comenzar, pues, por uno mismo."
Quizás has tenido hasta ahora una vida muy difícil y llena de sufrimientos. Crees que esta tierra es un valle de lágrimas donde no puedes ser feliz debido a tus circunstancias. ¡Te equivocas! Dios nos creó para ser felices; tú debes reclamar ese regalo que El te ofrece cada día.
Primeramente, la felicidad no es algo que se siente automáticamente en toda circunstancia. Es un proceso, un modo de vida, un hábito que se aprende como cualquier otro. Segundo, no puedes dejar que otras personas determinen si vas a ser feliz o no. La felicidad debe provenir de ti misma, no de los que te rodean. No des poder a otras personas para dártela o robártela.
A veces, nosotras mismas ponemos obstáculos a nuestra propia felicidad, al no aceptar lo que no podemos cambiar. El árbol que permanece plantado sin romperse es el que se dobla cuando viene la tempestad. No te enfrentes a quien no puedes cambiar o convencer. Simplemente calla y pon tus energías donde sí podrán dar buen fruto.
Quizás tu poca autoestima es el resultado de todo lo que te ha sucedido desde que naciste hasta el día de hoy. Sin embargo, tu auto imagen debe cambiar para poder aprender el hábito de ser feliz. Deja de sentir lástima de ti misma y de verte como una víctima. Trata de hacer cambios en tu comportamiento y en tu actitud según sea necesario. Tenemos que aceptar lo que no podemos cambiar, pero debemos tratar de cambiar lo que está a nuestro alcance cambiar.
Por otro lado, el árbol que más sano crece es el que está plantado a las orillas del río. Tu fuente de fortaleza es Dios, el caudal de su divina gracia será para tí como las aguas que dan vida: una fuente que brota hasta la vida eterna, como dice la Biblia. Mientras más te acerques a Dios, más fuerte serás. Repite cada vez que puedas las palabras del Cántico triunfal de Moisés: "Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fué mi salvación, él es mi Dios, yo le alabaré."(Exodo 15:2)
El primer paso para ser totalmente feliz, es hacer la paz con Dios y contigo misma. Debes confesarte con un sacerdote si eres católica, con Dios directamente o con un pastor si eres evangélica. Sentirás que te han quitado un gran peso de encima, después que lo hayas hecho.
Con respecto a hacer la paz contigo misma, en otra sección de este tema hemos hablado de perdonar no solo a los que te hicieron daño, sino también de perdonarte a ti misma. Ahora debes ir aún más lejos para poder ser feliz.
Puesto que la felicidad es algo que Dios te ofrece pero que tú decides aceptar, debes aprender a cuidarte y tratar de ser feliz diariamente, a pesar de todo lo que te suceda. Aprende día a día ese hábito y en pocos años será parte de ti misma. Cada vez que te sientas sola, triste o deprimida, repite la frase: "tengo derecho a ser feliz, Dios me ama y me creó para que fuera feliz".
Aprendemos nuestros comportamientos y recibimos nuestra autoestima de las personas que nos rodean desde que nacemos. Ellas nos escucha o nos ignoran; nos maltratan o nos dan amor; nos mandan a callar o nos dan la respuesta que necesitamos. Según los expertos, al llegar a la adolescencia las personas ya han aprendido que son lindas o feas, inteligentes o tontas, trabajadoras o vagas. Nuestra mente ha sido programada y dicha programación, si es negativa, a veces hay que cambiarla.
El Apóstol San Pablo nos dijo: "Les pido...que sean transformados renovando sus mentes." El único modo de cambiar un mal hábito o una mala actitud, es programar de nuevo nuestra mente. Puesto que de nuestros pensamientos surjen nuestros sentimientos primero y nuestras acciones después, debemos cambiar el modo de pensar.
Dios puede ayudarte a transformar tus pensamientos negativos en positivos y llenarte de felicidad, si se lo permites. Su amor es más que suficiente para ti, como bien dijo Santa Teresa de Jesús:
Nada te turbe,
Nada te espante
Dios no se muda,
la paciencia todo lo alcanza
Quien a Dios tiene
nada le falta
Solo Dios basta.

*Tomado del libro "Un segundo plato de sopa de pollo para el alma", por Jack Canfield y Mark Victor Hansen, publicado por Health Communications, Inc. Promesa de gran valor pedagógico: "Sólo por hoy"

Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.
Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto, seré cortés en mis maneras, no criticaré a nadie, y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mí misma.
Sólo por hoy seré feliz con la certeza de que he sido creada para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino también en éste.
Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias sin pretender que las circunstancias se adapten a mis deseos.
Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando que así como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, la buena lectura lo es para la salud del alma.
Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
Sólo por hoy creeré firmemente - aunque las circunstancias me indiquen lo contrario - que la paternal providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo.
Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo a gozar de lo bello y a dejarme conquistar por la bondad. Puedo hacer bien durante doce horas; lo que me abrumaría pensar que tengo que hacer durante toda la vida.
"No te dejes vencer por la tristeza ni abatir por tu propia culpa; alegría de corazón es vida del hombre, el gozo alarga sus años; consuélate, recobra el ánimo, aleja de ti la pena, porque a muchos ha matado la tristeza y no se gana nada con la pena. Celos y cólera acortan los años, las preocupaciones aviejan antes de tiempo, corazón alegre es gran festín que hace provecho al que lo come." (Eclesiástico 30 : 21-25.)
Sólo por hoy

seguimos en el 2006.

colaboración de Blanca Márquez Rascón

SOLO POR HOY
Todos en este mes de enero empezamos con muchos propósitos nuevos
y nos damos cuenta que muchas veces se quedan solo en eso.
Ojalá que en este año solo tengamos un propósito SOLO POR HOY.

1. Sólo por hoy, seré feliz. La mayoría de las personas son tan felices como deciden serlo. La felicidad es algo interior; no es asunto de afuera.
2. Sólo por hoy, trataré de adaptarme a lo que es y no trataré de ajustar todas las cosas a mis propios deseos. Aceptaré a mi familia, mis negocios y mi suerte como son y procuraré encajar en todo ello.
3. Sólo por hoy, cuidaré de mi organismo. Lo ejercitaré, lo atenderé, lo alimentaré, no abusaré de él ni lo abandonaré, de forma que será una máquina perfecta para mis cosas.
4. Sólo por hoy, trataré de vigorizar mi espíritu. Aprenderé algo útil. No seré un haragán mental. Leeré algo que requiera esfuerzo, meditación y concentración.
5. Sólo por hoy, ejercitaré mi alma de tres modos. Haré a alguien algún bien sin que lo descubra. Y haré dos cosas que no me agraden hacer, sólo para ejercitarme.
6. Sólo por hoy, seré agradable. Tendré el mejor aspecto que pueda, me vestiré con la mayor corrección a mi alcance, hablaré en voz baja, me mostraré cortés, seré generoso en la alabanza, no criticaré a nadie y no encontraré defectos en nada.
7. Sólo por hoy, trataré de vivir únicamente este día, sin abordar todo el problema de mi vida de una vez. Puedo hacer en doce horas cosas que me espantarían, si tuviera que mantenerlas durante una vida entera.
8. Sólo por hoy, tendré un programa. Pondré por escrito lo que espero hacer cada hora. Puede que no siga exactamente el programa, pero lo tendré. Eliminaré dos plagas: la prisa y la indecisión.
9. Sólo por hoy, tendré media hora tranquila de soledad y descanso. En esta media hora pensaré a veces en Dios, a fin de conseguir una mayor perspectiva de mi vida.
10. Sólo por hoy, no tendré temor y especialmente no tendré temor de ser feliz, de disfrutar lo bello, de amar y de creer que los que amo, también me aman.
Autor Sibyl F. Partridge
"Una persona feliz no es alguien que se halla en una determinada serie de circunstancias, sino más bien alguien que adopta una determinada serie de actitudes".*
En su libro titulado "Del sufrimiento a la paz", el Padre Ignacio Larrañaga nos da un sabio consejo:
"Es tiempo perdido y pura utopía el preocuparse por hacer felices a los demás si nosotros mismos no lo somos; si nuestra trastienda está llena de escombros, llamas y agonía. Hay que comenzar, pues, por uno mismo. Sólo haremos felices a los demás en la medida en que nosotros lo seamos. La única manera de amar realmente al prójimo es reconciliándonos con nosotros mismos, aceptándonos y amándonos serenamente. No debe olvidarse que el ideal bíblico se sintetiza en 'amar al prójimo como a sí mismo'. La medida es, pues, uno mismo; y cronológicamente es uno mismo antes que el prójimo. Ya constituye un altísimo ideal el llegar a preocuparse por el otro tanto como uno se preocupa por sí mismo. Hay que comenzar, pues, por uno mismo."
Quizás has tenido hasta ahora una vida muy difícil y llena de sufrimientos. Crees que esta tierra es un valle de lágrimas donde no puedes ser feliz debido a tus circunstancias. ¡Te equivocas! Dios nos creó para ser felices; tú debes reclamar ese regalo que El te ofrece cada día.
Primeramente, la felicidad no es algo que se siente automáticamente en toda circunstancia. Es un proceso, un modo de vida, un hábito que se aprende como cualquier otro. Segundo, no puedes dejar que otras personas determinen si vas a ser feliz o no. La felicidad debe provenir de ti misma, no de los que te rodean. No des poder a otras personas para dártela o robártela.
A veces, nosotras mismas ponemos obstáculos a nuestra propia felicidad, al no aceptar lo que no podemos cambiar. El árbol que permanece plantado sin romperse es el que se dobla cuando viene la tempestad. No te enfrentes a quien no puedes cambiar o convencer. Simplemente calla y pon tus energías donde sí podrán dar buen fruto.
Quizás tu poca autoestima es el resultado de todo lo que te ha sucedido desde que naciste hasta el día de hoy. Sin embargo, tu auto imagen debe cambiar para poder aprender el hábito de ser feliz. Deja de sentir lástima de ti misma y de verte como una víctima. Trata de hacer cambios en tu comportamiento y en tu actitud según sea necesario. Tenemos que aceptar lo que no podemos cambiar, pero debemos tratar de cambiar lo que está a nuestro alcance cambiar.
Por otro lado, el árbol que más sano crece es el que está plantado a las orillas del río. Tu fuente de fortaleza es Dios, el caudal de su divina gracia será para tí como las aguas que dan vida: una fuente que brota hasta la vida eterna, como dice la Biblia. Mientras más te acerques a Dios, más fuerte serás. Repite cada vez que puedas las palabras del Cántico triunfal de Moisés: "Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fué mi salvación, él es mi Dios, yo le alabaré."(Exodo 15:2)
El primer paso para ser totalmente feliz, es hacer la paz con Dios y contigo misma. Debes confesarte con un sacerdote si eres católica, con Dios directamente o con un pastor si eres evangélica. Sentirás que te han quitado un gran peso de encima, después que lo hayas hecho.
Con respecto a hacer la paz contigo misma, en otra sección de este tema hemos hablado de perdonar no solo a los que te hicieron daño, sino también de perdonarte a ti misma. Ahora debes ir aún más lejos para poder ser feliz.
Puesto que la felicidad es algo que Dios te ofrece pero que tú decides aceptar, debes aprender a cuidarte y tratar de ser feliz diariamente, a pesar de todo lo que te suceda. Aprende día a día ese hábito y en pocos años será parte de ti misma. Cada vez que te sientas sola, triste o deprimida, repite la frase: "tengo derecho a ser feliz, Dios me ama y me creó para que fuera feliz".
Aprendemos nuestros comportamientos y recibimos nuestra autoestima de las personas que nos rodean desde que nacemos. Ellas nos escucha o nos ignoran; nos maltratan o nos dan amor; nos mandan a callar o nos dan la respuesta que necesitamos. Según los expertos, al llegar a la adolescencia las personas ya han aprendido que son lindas o feas, inteligentes o tontas, trabajadoras o vagas. Nuestra mente ha sido programada y dicha programación, si es negativa, a veces hay que cambiarla.
El Apóstol San Pablo nos dijo: "Les pido...que sean transformados renovando sus mentes." El único modo de cambiar un mal hábito o una mala actitud, es programar de nuevo nuestra mente. Puesto que de nuestros pensamientos surjen nuestros sentimientos primero y nuestras acciones después, debemos cambiar el modo de pensar.
Dios puede ayudarte a transformar tus pensamientos negativos en positivos y llenarte de felicidad, si se lo permites. Su amor es más que suficiente para ti, como bien dijo Santa Teresa de Jesús:
Nada te turbe,
Nada te espante
Dios no se muda,
la paciencia todo lo alcanza
Quien a Dios tiene
nada le falta
Solo Dios basta.

*Tomado del libro "Un segundo plato de sopa de pollo para el alma", por Jack Canfield y Mark Victor Hansen, publicado por Health Communications, Inc. Promesa de gran valor pedagógico: "Sólo por hoy"

Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.
Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto, seré cortés en mis maneras, no criticaré a nadie, y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mí misma.
Sólo por hoy seré feliz con la certeza de que he sido creada para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino también en éste.
Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias sin pretender que las circunstancias se adapten a mis deseos.
Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando que así como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, la buena lectura lo es para la salud del alma.
Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
Sólo por hoy creeré firmemente - aunque las circunstancias me indiquen lo contrario - que la paternal providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo.
Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo a gozar de lo bello y a dejarme conquistar por la bondad. Puedo hacer bien durante doce horas; lo que me abrumaría pensar que tengo que hacer durante toda la vida.
"No te dejes vencer por la tristeza ni abatir por tu propia culpa; alegría de corazón es vida del hombre, el gozo alarga sus años; consuélate, recobra el ánimo, aleja de ti la pena, porque a muchos ha matado la tristeza y no se gana nada con la pena. Celos y cólera acortan los años, las preocupaciones aviejan antes de tiempo, corazón alegre es gran festín que hace provecho al que lo come." (Eclesiástico 30 : 21-25.)
Sólo por hoy