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CAPUT MORTIS. Leopoldo María Panero

PINTURA SOBRE PARED BLANCA
Pintura al natural sobre pared blanca. Maribel Cerezuela

A Juan Manuel Bonet y José.- Leopoldo María Panero.
 Poesía completa (1970-2000). 
Colec. Visor de poesía.

Perdí mi cabeza entre dos piedras, al
borde del camino, al sur de las montañas,
pasado Monterrey. Tú, caminante, que aún recorres
espantando a las moscas el sendero de Nadie
limítate a escupir si ves esos cabellos
resecos en que la sangre escribe
aún un terco poema, y pasa, pasa de largo, vuelve
otra vez sin miedo a correr, sudando por el camino de las Bestias.

Te encontré en el Támesis, nadando
para sobresalir de él: yo, mientras
buscaba entre las ratas la razón de mi vida.
Tú eras razón del agua y yo maestro
del estiércol: qué importaba
si a una foca era igual tu cuerpo por el cieno.

Rozaba el alazán hasta que herida
o locura
y el odio a la locura
mujer que desaparece entre el junco
ciervo hiriendo la página
cazando el ciervo
hasta que locura herida
hasta que la boca una zarza ardiendo

Miedo a las golondrinas en la noche
y de los pájaros que el aire deshace,
miedo
a encontrar un día, tras la nieve, lleno
de miedo y frío
mi recuerdo.

CAPUT MORTIS. Leopoldo María Panero

PINTURA SOBRE PARED BLANCA
Pintura al natural sobre pared blanca. Maribel Cerezuela

A Juan Manuel Bonet y José.- Leopoldo María Panero.
 Poesía completa (1970-2000). 
Colec. Visor de poesía.

Perdí mi cabeza entre dos piedras, al
borde del camino, al sur de las montañas,
pasado Monterrey. Tú, caminante, que aún recorres
espantando a las moscas el sendero de Nadie
limítate a escupir si ves esos cabellos
resecos en que la sangre escribe
aún un terco poema, y pasa, pasa de largo, vuelve
otra vez sin miedo a correr, sudando por el camino de las Bestias.

Te encontré en el Támesis, nadando
para sobresalir de él: yo, mientras
buscaba entre las ratas la razón de mi vida.
Tú eras razón del agua y yo maestro
del estiércol: qué importaba
si a una foca era igual tu cuerpo por el cieno.

Rozaba el alazán hasta que herida
o locura
y el odio a la locura
mujer que desaparece entre el junco
ciervo hiriendo la página
cazando el ciervo
hasta que locura herida
hasta que la boca una zarza ardiendo

Miedo a las golondrinas en la noche
y de los pájaros que el aire deshace,
miedo
a encontrar un día, tras la nieve, lleno
de miedo y frío
mi recuerdo.