Antropología y Literatura .. parte II. Maribel Cerezuela

 continuación... sobre Antropología y Literatura de Julio Cortázar


         
   “… Sé lo que soy porque estoy exactamente sabiendo lo que no soy(eso que ignoraré luego astutamente). Pero no hay palabras para una materia entre palabra y visión pura, como un bloque de evidencia. Imposible objetivar, precisar esa defectividad que aprendí en el instante y que era clara ausencia o claro error insuficiencia, pero sin saber de qué, qué...” cfr.: cap. 84, pág. 452

Todo carece de consistencia. Nada es estable y por lo tanto definitivo, de ahí el derecho al rechazo sistemático de todo lo recibido y que le resulta falso: 

“En un plano de hechos cotidianos, la actitud de mi inconformista se traduce por un rechazo de todo lo que huele a idea recibida, a traición a estructura gregaria basadas en el miedo y en las ventajas falsamente recíprocas…” cfr.: cap. 74, pág. 442

El trastoque de valores es una consecuencia lógica de la lucha por encontrar algo mejor. Desde ésta situación, Oliveira, se encuentra extraño ante los intereses que suelen ser normales para una inmensa mayoría.

“Allí donde cierto tipo humano podía realizarse como héroe, Oliveira se había condenado a la peor de las comedias…” cfr.: cap. 90, pág. 475

Llega a sentirse, el mismo Oliveira, situado en una órbita distinta. Se da cuenta que sus mismas experiencias pertenecen a otra forma de sentir el mundo. 

“La Maga no sabía que mis besos eran como ojos que empezaban a abrirse más allá de ella, y que yo andaba como salido, volcado en otra figura del mundo, piloto vertiginoso en una proa negra que cortaba el agua del tiempo y la anegaba” cfr. cap. 2, pág. 27

Hasta tal punto es necesario que absolutamente todo cambio, que prácticamente cuando todo está roto y perdido es precisamente cuando existe la posibilidad de un mundo distinto.

“… El Bardo nos devuelve a la vida, a la necesidad de una vida pura, precisamente cuando ya no hay escapatoria y estamos clavados en una cama, con un cáncer por almohada.”

Frontería

No podemos abarcarlo todo. Cada individuo tenemos nuestros propios límites, que pueden ser expresados en la forma de llegar o también en la capacidad por abarcar un más amplio horizonte de experiencias.

“Lo defectivo se siente más como una pobreza intuitiva, que como una mera falta de experiencia… La falta de experiencia es inevitable, si leo a Joyce estoy sacrificando automáticamente a otro libro y viceversa… etc. Es un poco así: hay líneas de aire a los lados de tu cabeza, de tu mirada, zonas de detención de tus ojos, tu olfato, tu gusto, es decir, que andás con tu límite por fuera y más allá de ese límite no podés llegar cuando creas que has aprehendido plenamente cualquier cosa, la cosa lo mismo que un iceberg tiene un pedacito por fuera y te lo muestra, y el resto enorme está más allá de tu límite…” cfr.: cap. 84, pág. 463


Se da un contraste entre el deseo de traspasar los propios límites y una especie de inercia a seguir viviendo sin intentar, al menos, traspasarlos. 

“Entonces hacer el amor era eso, un pez negro pasando y pasando obstinadamente. Una imagen como cualquier otra, bastante cierta por lo demás. La repetición al infinito de un ansia de fuga, de atravesar el cristal y entrar en otra cosa. – Quién sabe, dijo la Maga- A mí me parece que los peces ya no quieren salir de la pecera, casi nunca tocan el vidrio con la nariz…” cfr.: cap. 25 pág. 157

El lenguaje mismo establece unos límites definidos, que condicionan tanto a la realidad tangible como al pensamiento: “Lenguaje quiere decir residencia en una realidad, vivencia en una realidad, aunque sea cierto que el lenguaje que usamos nos traiciona (y Morelli no es el único en gritarlo a todos los vientos) no basta con querer liberarlo de sus tabúes. Hay que re-vivirlo, no re-animarlo…” cfr.: cap. 99 pág. 503


La misma novelística ha quedado tan enmarcada en su propio estilo que es necesario liberarla: “…Para lo cual hay que escribirla como anti-novela porque todo orden cerrado dejará sistemáticamente afuera esos anuncios que puedan volvernos mensajeros, acercarnos a nuestros propios límites de los que tan lejos estamos cara a cara” cfr.: cap. 79 pág. 453

Límite y costumbre viene a significar una misma realidad, en cuanto la costumbre recorta e impide salir del círculo que nos hemos trazado. “Del tornillo a un ojo, de un ojo a una estrella… ¿Por qué entregarse a la Gran Costumbre? Se puede elegir la fuga, la invención…” cfr.: cap. 73 pág. 439




Dudo del mismo pensamiento, de los conceptos de fondo y forma y de ésta manera se sienta tan limitado que: “Al dudar de sus herramientas, descalificaba en el mismo acto los trabajos realizados con ellas. Lo que el libro contaba no servía de nada, no era nada, porque estaba mal contado, porque simplemente estaba contado, era literatura”. cfr.: cap. 141 pág. 603

La misma inteligencia ¿es un límite, que impide nuevas proyecciones? 


-        “… Yo no sé, che, habría que intentar otro camino.
-         ¿Renunciando a la inteligencia? Dijo Gregorovius, desconfiado.
-         No sé, tal vez. Empleándola de otra manera…” cfr.: cap. 28 pág. 197


El tiempo es inventado por nosotros mismos, como una necesidad para poder seguir reconociéndonos el mismo ayer como hoy.


“… El soma en el tiempo. Cree en el tiempo en el antes y en el después. el pobre no ha encontrado en ningún cajón una carta suya escrita hace veinte años, no la ha releído no se ha dado cuenta de que nada se sostiene si no lo apuntalamos con miga de tiempo, si no inventamos el tiempo para no volvernos locos. cfr.: cap. 99 pág. 505