Mundo de Abraham


El despertar lo sorprendió cercado. Era la incipiente luminosidad - tan suave para sus ojos- penetrando por la ventana que, en un descuido de su madre y también porque a él le gustaba así, había quedado abierta. Toda resistencia, con la mañana ya tan avanzada, resultaría vana; pero eso, no pareció importarle mucho al joven Abraham y pretendió- pretencioso- arrancar al calor de las sábanas un momento más de sueño. Así, semiconsciente, se hacía agradable, incluso sensual, ese susurro incoherente que su respiración le proporcionaba; porque era para él, exclusivamente para él.

Pensamientos fugaces zigzagueaban en su cabeza. Ninguno se resistió lo bastante como para lograr ponerle nombre. ¡Eran tan volátiles! Semejaban duendecillos presentándose con la única intención de molestar, de no dejarle dormir. Y, lo peor, es que lo conseguían, pero, eso, sabía bien, no implicaba la obligación de claudicar sino todo lo contrario; debía levantar- ¡Ay levantar!- una dulce barricada a esos gnomos del día que presagiaban con sus cabriolas- ¡y en su mismo lecho!- el trajín de la nueva jornada.

No supo cuánto tiempo resistió de ese modo, hasta, que la voz de la madre anunció que debía comenzar su trabajo. La cabeza de ésta asomó por la puerta del dormitorio y le infundió ánimos para salir de la cama. Aquella presencia se le hizo patente y aunque sabía que, de su cuerpo, ella sólo distinguía una sombra confusa, le dedicó la primera sonrisa de aquél día.


Una vez más, relatos enviados a "chispita de arrakis" que he encontrado por ahí guardados y pasados a word, y como siempre, que rabia me da- no firmaba nadie, o si, si "Anonimo" es un nick con nombre y apellido. Mi culpa es no haber anotado la ip del ordenador de donde viene la conexión que siempre se quedaba reflejada y la fecha de conexión. Por aquellos entonces vivías sin pensar en guardar en disco duro o en la inconsciencia de que todo en la red es eterno... En el trayecto, el tiempo ha demostrado que nada es tan duradero. Han desaparecido servidores como xoom, europa, melodisoft- que cerró y creo que luego abrió de nuevo,- arrakis, ctv.es, madresol, y el más importante para mi, AERED.net, que haya conocido en vivo y directa colaboración.

Mundo de Abraham


El despertar lo sorprendió cercado. Era la incipiente luminosidad - tan suave para sus ojos- penetrando por la ventana que, en un descuido de su madre y también porque a él le gustaba así, había quedado abierta. Toda resistencia, con la mañana ya tan avanzada, resultaría vana; pero eso, no pareció importarle mucho al joven Abraham y pretendió- pretencioso- arrancar al calor de las sábanas un momento más de sueño. Así, semiconsciente, se hacía agradable, incluso sensual, ese susurro incoherente que su respiración le proporcionaba; porque era para él, exclusivamente para él.

Pensamientos fugaces zigzagueaban en su cabeza. Ninguno se resistió lo bastante como para lograr ponerle nombre. ¡Eran tan volátiles! Semejaban duendecillos presentándose con la única intención de molestar, de no dejarle dormir. Y, lo peor, es que lo conseguían, pero, eso, sabía bien, no implicaba la obligación de claudicar sino todo lo contrario; debía levantar- ¡Ay levantar!- una dulce barricada a esos gnomos del día que presagiaban con sus cabriolas- ¡y en su mismo lecho!- el trajín de la nueva jornada.

No supo cuánto tiempo resistió de ese modo, hasta, que la voz de la madre anunció que debía comenzar su trabajo. La cabeza de ésta asomó por la puerta del dormitorio y le infundió ánimos para salir de la cama. Aquella presencia se le hizo patente y aunque sabía que, de su cuerpo, ella sólo distinguía una sombra confusa, le dedicó la primera sonrisa de aquél día.


Una vez más, relatos enviados a "chispita de arrakis" que he encontrado por ahí guardados y pasados a word, y como siempre, que rabia me da- no firmaba nadie, o si, si "Anonimo" es un nick con nombre y apellido. Mi culpa es no haber anotado la ip del ordenador de donde viene la conexión que siempre se quedaba reflejada y la fecha de conexión. Por aquellos entonces vivías sin pensar en guardar en disco duro o en la inconsciencia de que todo en la red es eterno... En el trayecto, el tiempo ha demostrado que nada es tan duradero. Han desaparecido servidores como xoom, europa, melodisoft- que cerró y creo que luego abrió de nuevo,- arrakis, ctv.es, madresol, y el más importante para mi, AERED.net, que haya conocido en vivo y directa colaboración.

Mundo de Abraham


El despertar lo sorprendió cercado. Era la incipiente luminosidad - tan suave para sus ojos- penetrando por la ventana que, en un descuido de su madre y también porque a él le gustaba así, había quedado abierta. Toda resistencia, con la mañana ya tan avanzada, resultaría vana; pero eso, no pareció importarle mucho al joven Abraham y pretendió- pretencioso- arrancar al calor de las sábanas un momento más de sueño. Así, semiconsciente, se hacía agradable, incluso sensual, ese susurro incoherente que su respiración le proporcionaba; porque era para él, exclusivamente para él.

Pensamientos fugaces zigzagueaban en su cabeza. Ninguno se resistió lo bastante como para lograr ponerle nombre. ¡Eran tan volátiles! Semejaban duendecillos presentándose con la única intención de molestar, de no dejarle dormir. Y, lo peor, es que lo conseguían, pero, eso, sabía bien, no implicaba la obligación de claudicar sino todo lo contrario; debía levantar- ¡Ay levantar!- una dulce barricada a esos gnomos del día que presagiaban con sus cabriolas- ¡y en su mismo lecho!- el trajín de la nueva jornada.

No supo cuánto tiempo resistió de ese modo, hasta, que la voz de la madre anunció que debía comenzar su trabajo. La cabeza de ésta asomó por la puerta del dormitorio y le infundió ánimos para salir de la cama. Aquella presencia se le hizo patente y aunque sabía que, de su cuerpo, ella sólo distinguía una sombra confusa, le dedicó la primera sonrisa de aquél día.


Una vez más, relatos enviados a "chispita de arrakis" que he encontrado por ahí guardados y pasados a word, y como siempre, que rabia me da- no firmaba nadie, o si, si "Anonimo" es un nick con nombre y apellido. Mi culpa es no haber anotado la ip del ordenador de donde viene la conexión que siempre se quedaba reflejada y la fecha de conexión. Por aquellos entonces vivías sin pensar en guardar en disco duro o en la inconsciencia de que todo en la red es eterno... En el trayecto, el tiempo ha demostrado que nada es tan duradero. Han desaparecido servidores como xoom, europa, melodisoft- que cerró y creo que luego abrió de nuevo,- arrakis, ctv.es, madresol, y el más importante para mi, AERED.net, que haya conocido en vivo y directa colaboración.

Sobre un gato. Maribel Cerezuela




El gato acecha agazapado
huidizo y desconfiado

Ha visto pasar al perro
del vecino recién llegado

Midiendo terreno pasa el rato
su huella está dejando
a cada gota de meada
a cada paso midiendo
lo que era su posada.

Es el nuevo elemento,
de un paisaje ya urbano
que pasea su rabo
por el pueblo amuermado.

Sobre un gato. Maribel Cerezuela

subiendo la cuesta a pleno sol


El gato acecha agazapado
huidizo y desconfiado

Ha visto pasar al perro
del vecino recién llegado

Midiendo terreno pasa el rato
su huella está dejando
a cada gota de meada
a cada paso midiendo
lo que era su posada.

Es el nuevo elemento,
de un paisaje ya urbano
que pasea su rabo
por el pueblo amuermado.

Sobre un gato. Maribel Cerezuela

subiendo la cuesta a pleno sol


El gato acecha agazapado
huidizo y desconfiado

Ha visto pasar al perro
del vecino recién llegado

Midiendo terreno pasa el rato
su huella está dejando
a cada gota de meada
a cada paso midiendo
lo que era su posada.

Es el nuevo elemento,
de un paisaje ya urbano
que pasea su rabo
por el pueblo amuermado.

Sobre un gato. Maribel Cerezuela

subiendo la cuesta a pleno sol


El gato acecha agazapado
huidizo y desconfiado

Ha visto pasar al perro
del vecino recién llegado

Midiendo terreno pasa el rato
su huella está dejando
a cada gota de meada
a cada paso midiendo
lo que era su posada.

Es el nuevo elemento,
de un paisaje ya urbano
que pasea su rabo
por el pueblo amuermado.

Sobre un gato. Maribel Cerezuela

subiendo la cuesta a pleno sol


El gato acecha agazapado
huidizo y desconfiado

Ha visto pasar al perro
del vecino recién llegado

Midiendo terreno pasa el rato
su huella está dejando
a cada gota de meada
a cada paso midiendo
lo que era su posada.

Es el nuevo elemento,
de un paisaje ya urbano
que pasea su rabo
por el pueblo amuermado.

Tristeza. Maribel Cerezuela

a un Boj seco


Tristeza

Agachas la cabeza
entornas los ojos
¡Ay, tristeza!

Mustia palabra
ánimo fallido
es mi estado (de)

Inusual eres tú
¡Ay tristeza!!

Tristeza. Maribel Cerezuela

a un Boj seco


Tristeza

Agachas la cabeza
entornas los ojos
¡Ay, tristeza!

Mustia palabra
ánimo fallido
es mi estado (de)

Inusual eres tú
¡Ay tristeza!!

Tristeza. Maribel Cerezuela

a un Boj seco


Tristeza

Agachas la cabeza
entornas los ojos
¡Ay, tristeza!

Mustia palabra
ánimo fallido
es mi estado (de)

Inusual eres tú
¡Ay tristeza!!

Tristeza. Maribel Cerezuela

a un Boj seco


Tristeza

Agachas la cabeza
entornas los ojos
¡Ay, tristeza!

Mustia palabra
ánimo fallido
es mi estado (de)

Inusual eres tú
¡Ay tristeza!!

Gira y gira la luz

Ahora vengo

Gira y gira la luz. Maribel Cerezuela

Ahora vengo

Gira y gira la luz. Maribel Cerezuela

Ahora vengo

Gira y gira la luz. Maribel Cerezuela

Ahora vengo

Ricardo Villegas. Ayer improvisaba una poesía.



Ayer improvisaba una poesía,
conduciendo.
Improvisaba sobre los brillos,
sobre las miradas,
sobre lo poco que me queda de ser pelo moreno
y lo mucho que me falta para ser rosa.
Y sé lo que digo.


De noche,
dejando la luna a mi izquierda.
Dejando a la luna a mi derecha,
a la que sabe que es a ella,
dentro de su propia locura,
dentro de la brecha que me deja.

Y tras la luna a mis costados
partí la noche, llena de simbolismos,
y sin rima, desconsolado,
y orgulloso de mi mismo,
con una rosa destrozada en un bolsillo dejé a la luna
y me dejo con un pétalo como un castigo,
que era mis manos, mi alma, mis sueños, otra vez mi mismo.


La luna se escondió peldaño arriba
y yo, sin luna y sin pecado
marché a mi sitio, mis pesadillas y mis pedazos.

Cuando la vea será de noche, de nuevo,
y será luna, como seré sincero,
y se marchará como siempre
porque no hay luna que me valga ahora,
que me arrope, que me intente,
que me sienta, que me acontezca,
que simplemente me mire,
y que me no me vea como el pelo que no soy más,
que no soy menos,
que no tengo más tijeras que las que están rojas,
y la luna, por más teñida ,
sigue en el cielo.

Ricardo Villegas  21/12/96 (22h17)

Ricardo Villegas. Ayer improvisaba una poesía.



Ayer improvisaba una poesía,
conduciendo.
Improvisaba sobre los brillos,
sobre las miradas,
sobre lo poco que me queda de ser pelo moreno
y lo mucho que me falta para ser rosa.
Y sé lo que digo.


De noche,
dejando la luna a mi izquierda.
Dejando a la luna a mi derecha,
a la que sabe que es a ella,
dentro de su propia locura,
dentro de la brecha que me deja.

Y tras la luna a mis costados
partí la noche, llena de simbolismos,
y sin rima, desconsolado,
y orgulloso de mi mismo,
con una rosa destrozada en un bolsillo dejé a la luna
y me dejo con un pétalo como un castigo,
que era mis manos, mi alma, mis sueños, otra vez mi mismo.


La luna se escondió peldaño arriba
y yo, sin luna y sin pecado
marché a mi sitio, mis pesadillas y mis pedazos.

Cuando la vea será de noche, de nuevo,
y será luna, como seré sincero,
y se marchará como siempre
porque no hay luna que me valga ahora,
que me arrope, que me intente,
que me sienta, que me acontezca,
que simplemente me mire,
y que me no me vea como el pelo que no soy más,
que no soy menos,
que no tengo más tijeras que las que están rojas,
y la luna, por más teñida ,
sigue en el cielo.

Ricardo Villegas  21/12/96 (22h17)

Ricardo Villegas. Ayer improvisaba una poesía.



Ayer improvisaba una poesía,
conduciendo.
Improvisaba sobre los brillos,
sobre las miradas,
sobre lo poco que me queda de ser pelo moreno
y lo mucho que me falta para ser rosa.
Y sé lo que digo.


De noche,
dejando la luna a mi izquierda.
Dejando a la luna a mi derecha,
a la que sabe que es a ella,
dentro de su propia locura,
dentro de la brecha que me deja.

Y tras la luna a mis costados
partí la noche, llena de simbolismos,
y sin rima, desconsolado,
y orgulloso de mi mismo,
con una rosa destrozada en un bolsillo dejé a la luna
y me dejo con un pétalo como un castigo,
que era mis manos, mi alma, mis sueños, otra vez mi mismo.


La luna se escondió peldaño arriba
y yo, sin luna y sin pecado
marché a mi sitio, mis pesadillas y mis pedazos.

Cuando la vea será de noche, de nuevo,
y será luna, como seré sincero,
y se marchará como siempre
porque no hay luna que me valga ahora,
que me arrope, que me intente,
que me sienta, que me acontezca,
que simplemente me mire,
y que me no me vea como el pelo que no soy más,
que no soy menos,
que no tengo más tijeras que las que están rojas,
y la luna, por más teñida ,
sigue en el cielo.

Ricardo Villegas  21/12/96 (22h17)

Ricardo Villegas. Ayer improvisaba una poesía.



Ayer improvisaba una poesía,
conduciendo.
Improvisaba sobre los brillos,
sobre las miradas,
sobre lo poco que me queda de ser pelo moreno
y lo mucho que me falta para ser rosa.
Y sé lo que digo.


De noche,
dejando la luna a mi izquierda.
Dejando a la luna a mi derecha,
a la que sabe que es a ella,
dentro de su propia locura,
dentro de la brecha que me deja.

Y tras la luna a mis costados
partí la noche, llena de simbolismos,
y sin rima, desconsolado,
y orgulloso de mi mismo,
con una rosa destrozada en un bolsillo dejé a la luna
y me dejo con un pétalo como un castigo,
que era mis manos, mi alma, mis sueños, otra vez mi mismo.


La luna se escondió peldaño arriba
y yo, sin luna y sin pecado
marché a mi sitio, mis pesadillas y mis pedazos.

Cuando la vea será de noche, de nuevo,
y será luna, como seré sincero,
y se marchará como siempre
porque no hay luna que me valga ahora,
que me arrope, que me intente,
que me sienta, que me acontezca,
que simplemente me mire,
y que me no me vea como el pelo que no soy más,
que no soy menos,
que no tengo más tijeras que las que están rojas,
y la luna, por más teñida ,
sigue en el cielo.

Ricardo Villegas  21/12/96 (22h17)