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PROPÓSITOS. MARIBEL CEREZUELA

© DIARIOVOZ.ORG  MARIBEL CEREZUELA
Puente de las Almadravillas. Almería.
Por Maribel Cerezuela

Hay demasiado ruido en el patio. Acaban de dar las doce y veinte. Con ésta ya le he dado dos ojeadas a la estantería. No encuentro nada que me apetezca leer. Obligación. Ya hace siete días que planeé un viaje a Túnez y me terminé la trilogía de El Señor de los Anillos



© DIARIOVOZ.ORG  MARIBEL CEREZUELA
Pintura al óleo. Obra incacabada por
Maribel Cerezuela

Tengo que terminar de pintar las sombras en los ojos de Yoka. El cuadro está quedando muy bien. La gente, cuando llega al pasillo, siempre dice lo mismo: "Vaya expresión. Píntale algo de luz a esos ojos, ¡por Dios!” 

Y esa lista interminable que, como cada año y en estas fechas, nunca acaba como planeé. Buenos propósitos para un mes. 


© DIARIOVOZ.ORG  MARIBEL CEREZUELA
Homenaje al hombre desierto.
Por Maribel Cerezuela

Ayer me encontré en la pastelería de Eduardo, poco hablador donde los haya, un vecino que dice estar "todo el día pegado al ordenador". Juanjo me estuvo hablando de un nuevo juego on line que le había atrapado. 


© DIARIOVOZ.ORG  MARIBEL CEREZUELA
Autorretrato sobre pared blanca.
 Por Maribel Cerezuela

¿Qué le encuentras de novedoso? ¿Algo que destacar?

PROPÓSITOS. MARIBEL CEREZUELA

© DIARIOVOZ.ORG  MARIBEL CEREZUELA
Puente de las Almadravillas. Almería.
Por Maribel Cerezuela

Hay demasiado ruido en el patio. Acaban de dar las doce y veinte. Con ésta ya le he dado dos ojeadas a la estantería. No encuentro nada que me apetezca leer. Obligación. Ya hace siete días que planeé un viaje a Túnez y me terminé la trilogía de El Señor de los Anillos



© DIARIOVOZ.ORG  MARIBEL CEREZUELA
Pintura al óleo. Obra incacabada por
Maribel Cerezuela

Tengo que terminar de pintar las sombras en los ojos de Yoka. El cuadro está quedando muy bien. La gente, cuando llega al pasillo, siempre dice lo mismo: "Vaya expresión. Píntale algo de luz a esos ojos, ¡por Dios!” 

Y esa lista interminable que, como cada año y en estas fechas, nunca acaba como planeé. Buenos propósitos para un mes. 


© DIARIOVOZ.ORG  MARIBEL CEREZUELA
Homenaje al hombre desierto.
Por Maribel Cerezuela

Ayer me encontré en la pastelería de Eduardo, poco hablador donde los haya, un vecino que dice estar "todo el día pegado al ordenador". Juanjo me estuvo hablando de un nuevo juego on line que le había atrapado. 


© DIARIOVOZ.ORG  MARIBEL CEREZUELA
Autorretrato sobre pared blanca.
 Por Maribel Cerezuela

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D. TEBEOS Y OTROS


Hace muchos años, cuando era una cría, me leí la obra Jane Eyre, escrita por Charlotte Brontë que ha llegado a ser considerada un clásico de la literatura en lengua inglesa.  Ahora que la estoy viendo en Canal Sur me sorprende. Veo una mujer de una época con un carácter y una pasión que ya lo quisieran para sí todas las mujeres que aspiran a ser una figura política del siglo XXI.

En estos momentos estoy leyendo "La gran estafa" de Manuel García Viñó, y ¿qué quieres que te diga? Cotejar otras opiniones siempre es positivo, nunca negativo, jajaja. Ya que le molestan tanto las frases hechas al autor, las recalco.


A lo que iba, da la puñetera casualidad que se mete de lleno con mis ídolos de esta época de mi vida. En otra, cuando iba a la escuela, allí en Beires, había obras de Emilio Salgari, que era lo que leía y me gustaban, y ¡cómo no! todas las novelas de Marcial Lafuente Estefanía y de Corín Tellado, así que hasta que no llegué a Cabo de Gata no leí a león Tolstói, Fiódor Dostoievski, y, por supuesto, ¿quién se atreve a decir que no quiere conocer París?, sus pintores, su cultura, leer  a sus poetas, ... Era mi zona geográfica preferida junto a Egipto y Australia.... ¡Qué frustración! ¿Iré algún día? Cuando llegué a Adra quise ser misionera o médico cuando fuese mayor. No paraba de leer desde Julio Verne a José Luis Martín Virgil, pasando por Santa Teresa de Jesús, y León Felipe..., claro que, para mi justificación,  sólo tenía nueve o diez años.


Llegué a Almería y el cambio fue total. Por otro lado de lo más normal, empecé a salir con amigos que escuchaban la música de Lou Reed a David Bowie, pasando por Supertrans, Santana, Yes, ACDC, ...así que tocaba la época de García Lorca- para hacerles rabiar-, Kavafis, Cortázar, Pablo Neruda, García Marquez, y un larguísimo etc. que llego a la conclusión de que no me valió de mucho. Total, sólo fue desde los doce años hasta dejar la carrera de magisterio, sin acabar, con unos diecinueve. De esa época recuerdo con un cariño inmenso los poemas de Neruda, a mi profesora le encantaba y con ella llegué a Borges, Onetti, Dámaso Alonso, Torrente Ballester, Max Aub. Sigo el camino y acabo haciendo en lo que entonces era Colegio Universitario, Geografía e Historia, donde me vuelve a tocar la loteria cultural, tuve una suerte inmensa, profesores como Agustín Díaz de Toledo no hay muchos. Persona que te hace ver, mirar, leer, oír, escuchar, y eso que daba Historia Antigua. Imagina si llega a ser literatura o la novela del siglo XIX.


Tengo una memoria selectiva, olvido lo que me da la gana... esto es.. apenas recuerdo los argumentos, a veces incluso tengo que leer un poco y me digo toda avergonzada, ¡ah! sí..., lo he leído..., pero me tengo que esforzar, y, lo que es peor, no me han sido de ayuda a la hora de escribir mejor... Me gustó más el taller que hice con el escritor Antonio Orejudo. Fue mucho más productivo y llegué a conclusiones mejores y más realistas. Nunca seré una buena escritora.


Como te decía, cada época ha tenido sus escritores preferidos. Los devoraba. Leía y veía las versiones de las películas que han hecho sobre sus obras. Comparaba. Algunas bastante decepcionantes la verdad. Y así, poco a poco, llegamos a hace como unos veinte años.... más o menos la edad de mi hijo, (Nunca lo había pensado desde ese paralelismo, pero ha coincidido que es así. Curioso) que leo y soy fiel a autores como Juan José Millás, Manuel Rivas, Almudena Grandes, Elvira Lindo, Rosa Montero, Mendicutti, Rafael Reig y Antonio Orejudo. De ahí no me saques. Les soy fiel. Compro y leo todas sus obras y el que Almudena sea o no una obsesa fetichista de los culos prietos no me molesta en absoluto. Risas.


Por supuesto que también hay otros autores. Si conoces la noticia de que cada minuto se editan tantos libros llegas a la conclusión de que es mejor seleccionar, así que opté por la cultura almeriense. Ahí tienes las obras de Francisco Cañabate Reche, José Antonio Santano (adoptado, pero ya es como nuestro), Pilar Quirosa, Diego Cara Barrionuevo y la editorial D.TEBEOS, genial por cierto, José Antonio Garrido Cárdenas, Alfonso Viciana Martínez - Lage, que me sorprendió muy gratamente. Cayó en mis manos una de sus novelas cortas,  "El engaño del General",  desde ese momento soy su fans número uno. Ángel Pérez y sus casos de Almería sin resolver, me lleva al recuerdo de una obra, la que más me gustó.

Juan Uceda Carreño, hacía siglos que no me había reído tanto cuando calló en mis manos su obra de relatos "El caníbal y otros cuentos" que le editó la Imprenta Úbeda, en Almería en enero del año dos mil.  Aquí transcribo un trocito de uno de sus relatos, Vicio insuperable.
        "Aquel día Juana y yo habíamos discutido una vez más a causa de mi vicio. Por la noche, mientras ella dormía, la inquietud me mantuvo despierto. Sin dejar de comerme las uñas de una mano, con la otra encendí la lamparita. Miré a mi lado. Las bonitas formas de Juana se transparentaban a través del camisón. El bordado del escote me recordó el encaje de papel de las tartas.
          Lamentaba no haberme reconciliado. Los enfrentamientos habían ido aumentando en la medida en que había crecido mi obsesión. Me sabía culpable, pero también incapaz de superarlo.
     
           Ansioso, palpitante, con la mirada fija en ella, el escozor me hizo retirar de la boca los dedos, que sustituí de inmediato por los de la otra mano. Me acerqué a Juana sigilosamente. La necesitaba, pero era impensable su colaboración. Aún no comprendo cómo, en el estado de agitación en que me encontraba conseguí hacérselo sin sacarla de su sueño.
     
         Despertó, eso sí, por la mañana. No quiero acordarme de su reacción al verse las uñas de las manos y de los pies."

Tenemos muchos más autores, autores que me da rabia, una cierta impotencia, que no se les conozca como se merecen, autores que tiene poca proyección por haber nacido o vivir en una provincia como es Almería... hablo de Antonio García, que conocí en profundidad gracias a la editorial Gavieiro, a Juan Muñoz, Juan Manuel Gil, Ángel Simón collado, Luna de Miguel, Toño Jerez, ... aconsejo que se den una vuelta por las librerías y soliciten autores almerienses. Se sorprenderán. 

             En Almería,  a veinticinco de septiembre del año dos mil once.  Jane Eyre y otros autores que me gustan. Maribel Cerezuela

UN PARTIDO DE TENIS EN HUELVA.

Un partido de tenis en Huelva



La luz refleja mi sombra alargada hasta el infinito, y con ella mi presagio de que no volverá. El juego de luces, al calor de estos farolillos me dan seguridad en esta noche fría. Intranquila mi alma, desespera con disimulo viendo como las manecillas del reloj van pasando sin que aparezcas. Rezaré, lo poco que recuerdo a San Pedro, imaginando estará gustoso en su altar velando por todos nosotros, los menos favorecidos en el comienzo de la odisea. 

Mi piedra, como la huella que deja la tierra en la mata,  empezó caminando por El Parque Alonso Sánchez. Como mujer, de paso en esta maravillosa ciudad,  aventurera y trabajadora, soñadora y austera,  me iba acercando por la Avenida de Andalucía hasta  ver  la primera escultura, en forma de cobijo- asiento rodeada de muchas ramas de hierro y metal  en forma de hojas de higuera o parra  que me sirvieron de  aposento durante un buen rato. Desde allí divisaba a todo el que pasaba, así como los montes se divisaban  llenos de árboles a lo lejos,  y unas  nubes sobre mi cabeza que parecían querer saludarme.. Un saludo para tí amiga y compañera.

En el club estuve viendo un buen partido de tenis donde disfrutaba de lo lindo toda la gente que allí estaba que no paraba de animar y animar a los participantes. Lo habría reconocido entre un millón con su gorra nike, pelo largo hasta los hombros, camiseta blanca, pantalón corto azul y tenis de bambino deportista. No dejaba de mirarme y yo me preguntaba si tendría alguna mancha en mi vestido largo hasta los pies o si sería la pamela azul con flores lo que le llamaba tanto la atención, porque otra cosa no podía ser...  para nada era su tipo. 

Sentí su presencia como este calor que ahora me acompaña. Mis pies temblaron, casi un grito salió de mi alma, cuando de forma inesperada ví como se me acercaba.. ¿Será posible que le guste precisamente yo, con tanta chica guapa que hay por aquí?... Cada vez más cerca y la misma angustia me asfixiaba. 

- Me llamo Santiago, para los amigos Santi. He visto que estás sola y me he dicho que podías sentarte con nosotros. Tenemos bocadillos y coca-colas.

- ¿Quiénes sois vosotros?.. Sólo te veo a tí.

- Ahora vendrán, somos una buena pandilla.. Vamos .... ¿cómo te llamas?

- Un buen partido. ¿Hasta cuando duran el torneo? No tengo folleto explicativo. Dije yo, mecanismo de defensa de alguien que quiere huir.. ¡tierra trágame!

- Hasta el domingo. ¿No eres de aquí verdad?  Tu acento .. 

- Me llamo Ana, encantada. Le tendí la mano como respuesta, que estrechó con tanta fuerza que casi me hizo daño, a la vez que tiraba de mí. ..- Hay más sombra donde te digo. ¡Vamos!

- Vimos el partido  comentando banalidades, rutas turísticas, los profesionales y sus ganancias... sin dejar de mirar los tres set que duró ... aplaudimos a rabiar. ¡Vaya partidazo! Se levantó y lo seguí hasta la salida. Me invitó a un paseo por el Parque. ¡Te gustará! me dijo. Durante todo el trayecto no dejamos de hablar de la escultura, la fotografía, la madre naturaleza.. Oírlo hablar te transportaba. Vivía en cada poro de su piel todo lo que me contaba. 

Anocheció deprisa y nos cobijamos debajo de un llorón sin causa sobre un asiento de hojas y escarcha. Me rodeó la cintura mientras me indicaba que viera cómo la luna nos cobijaba. Me dejé llevar.

_ Han pasado muchas horas ya. El frío se aloja en mi espalda. No me he traído abrigo. Recordando aquél paseo las horas pasan más deprisa. ¿Vendrá?

- Al despedirse en la puerta del hotel me recordó que su casa era mi casa. Me lo creí. Parecía sincero y me gustaba. Vaya que si me gustaba. Allí estaba yo, como muestra, esperándolo, bajo un cielo raso, algo de viento, fría noche, helada mi cara... viendo en cada sombra, mi sombra, su sombra que se aproximaba. Pero no llegaba.

Son las dos de la madrugada. Me han aconsejado que me vaya, no es buen lugar para una mujer mayor estar aquí tanto tiempo sentada.. Es peligroso, para la salud y el alma. Tomé mi bolsa de cuero, en el móvil ningún número, nada.

Paseando por entre aquellas esculturas mi alma lloraba con el llorón que las cobijaba. Una lágrima se despedía con añoranza de aquellos paisajes, de aquél entorno que me embriagaban. ¿Dónde estás mi moreno? 

Te conformaste con hablar de paisajes, de sueños, de mundos que nos llenaban. Me diste tu cobijo y un sólo abrazo que dejó tu huella en mi espalda... Gorra en mano, moreno, ¿dónde te fuiste? ¿A qué otra morada fuiste a dar tu amor, tu mano, dulce voz que llega al fondo del corazón y aguarda?

Mi autobús abre sus puertas. La gente parece tener prisa para tomar los asientos preferentes. El chofer me indica que o me subo o me quedo en la parada. Aún tengo esperanza. Subo descorazonada. El autobús cierra sus puertas. Se pone en marcha.

Unas manos pegan golpes en la puerta. Retumban con firmeza. Me llaman. Me levanté del asiento queriendo saber qué pasaba. Me encontré con unos ojos azules, pelo largo, mano firme que me abraza.... ¿Te ibas sin despedirte de mi?

Beso profundo, abrazos eternos, las palabras sobraban.. así fuimos hasta la próxima parada.

Mis ojos brillaron por  su ausencia. La música que dejaron sus palabras aún suena en mis oídos... "amor... cada día que pase esperaré en esta tu casa que es mi casa"... "amor, ... cada día.. esperaré en esta casa.... " " amor... tu casa.. es mi casa".

Maribel Cerezuela
un siete de enero de dos mil cuatro.

UN PARTIDO DE TENIS EN HUELVA.

Un partido de tenis en Huelva



La luz refleja mi sombra alargada hasta el infinito, y con ella mi presagio de que no volverá. El juego de luces, al calor de estos farolillos me dan seguridad en esta noche fría. Intranquila mi alma, desespera con disimulo viendo como las manecillas del reloj van pasando sin que aparezcas. Rezaré, lo poco que recuerdo a San Pedro, imaginando estará gustoso en su altar velando por todos nosotros, los menos favorecidos en el comienzo de la odisea. 

Mi piedra, como la huella que deja la tierra en la mata,  empezó caminando por El Parque Alonso Sánchez. Como mujer, de paso en esta maravillosa ciudad,  aventurera y trabajadora, soñadora y austera,  me iba acercando por la Avenida de Andalucía hasta  ver  la primera escultura, en forma de cobijo- asiento rodeada de muchas ramas de hierro y metal  en forma de hojas de higuera o parra  que me sirvieron de  aposento durante un buen rato. Desde allí divisaba a todo el que pasaba, así como los montes se divisaban  llenos de árboles a lo lejos,  y unas  nubes sobre mi cabeza que parecían querer saludarme.. Un saludo para tí amiga y compañera.

En el club estuve viendo un buen partido de tenis donde disfrutaba de lo lindo toda la gente que allí estaba que no paraba de animar y animar a los participantes. Lo habría reconocido entre un millón con su gorra nike, pelo largo hasta los hombros, camiseta blanca, pantalón corto azul y tenis de bambino deportista. No dejaba de mirarme y yo me preguntaba si tendría alguna mancha en mi vestido largo hasta los pies o si sería la pamela azul con flores lo que le llamaba tanto la atención, porque otra cosa no podía ser...  para nada era su tipo. 

Sentí su presencia como este calor que ahora me acompaña. Mis pies temblaron, casi un grito salió de mi alma, cuando de forma inesperada ví como se me acercaba.. ¿Será posible que le guste precisamente yo, con tanta chica guapa que hay por aquí?... Cada vez más cerca y la misma angustia me asfixiaba. 

- Me llamo Santiago, para los amigos Santi. He visto que estás sola y me he dicho que podías sentarte con nosotros. Tenemos bocadillos y coca-colas.

- ¿Quiénes sois vosotros?.. Sólo te veo a tí.

- Ahora vendrán, somos una buena pandilla.. Vamos .... ¿cómo te llamas?

- Un buen partido. ¿Hasta cuando duran el torneo? No tengo folleto explicativo. Dije yo, mecanismo de defensa de alguien que quiere huir.. ¡tierra trágame!

- Hasta el domingo. ¿No eres de aquí verdad?  Tu acento .. 

- Me llamo Ana, encantada. Le tendí la mano como respuesta, que estrechó con tanta fuerza que casi me hizo daño, a la vez que tiraba de mí. ..- Hay más sombra donde te digo. ¡Vamos!

- Vimos el partido  comentando banalidades, rutas turísticas, los profesionales y sus ganancias... sin dejar de mirar los tres set que duró ... aplaudimos a rabiar. ¡Vaya partidazo! Se levantó y lo seguí hasta la salida. Me invitó a un paseo por el Parque. ¡Te gustará! me dijo. Durante todo el trayecto no dejamos de hablar de la escultura, la fotografía, la madre naturaleza.. Oírlo hablar te transportaba. Vivía en cada poro de su piel todo lo que me contaba. 

Anocheció deprisa y nos cobijamos debajo de un llorón sin causa sobre un asiento de hojas y escarcha. Me rodeó la cintura mientras me indicaba que viera cómo la luna nos cobijaba. Me dejé llevar.

_ Han pasado muchas horas ya. El frío se aloja en mi espalda. No me he traído abrigo. Recordando aquél paseo las horas pasan más deprisa. ¿Vendrá?

- Al despedirse en la puerta del hotel me recordó que su casa era mi casa. Me lo creí. Parecía sincero y me gustaba. Vaya que si me gustaba. Allí estaba yo, como muestra, esperándolo, bajo un cielo raso, algo de viento, fría noche, helada mi cara... viendo en cada sombra, mi sombra, su sombra que se aproximaba. Pero no llegaba.

Son las dos de la madrugada. Me han aconsejado que me vaya, no es buen lugar para una mujer mayor estar aquí tanto tiempo sentada.. Es peligroso, para la salud y el alma. Tomé mi bolsa de cuero, en el móvil ningún número, nada.

Paseando por entre aquellas esculturas mi alma lloraba con el llorón que las cobijaba. Una lágrima se despedía con añoranza de aquellos paisajes, de aquél entorno que me embriagaban. ¿Dónde estás mi moreno? 

Te conformaste con hablar de paisajes, de sueños, de mundos que nos llenaban. Me diste tu cobijo y un sólo abrazo que dejó tu huella en mi espalda... Gorra en mano, moreno, ¿dónde te fuiste? ¿A qué otra morada fuiste a dar tu amor, tu mano, dulce voz que llega al fondo del corazón y aguarda?

Mi autobús abre sus puertas. La gente parece tener prisa para tomar los asientos preferentes. El chofer me indica que o me subo o me quedo en la parada. Aún tengo esperanza. Subo descorazonada. El autobús cierra sus puertas. Se pone en marcha.

Unas manos pegan golpes en la puerta. Retumban con firmeza. Me llaman. Me levanté del asiento queriendo saber qué pasaba. Me encontré con unos ojos azules, pelo largo, mano firme que me abraza.... ¿Te ibas sin despedirte de mi?

Beso profundo, abrazos eternos, las palabras sobraban.. así fuimos hasta la próxima parada.

Mis ojos brillaron por  su ausencia. La música que dejaron sus palabras aún suena en mis oídos... "amor... cada día que pase esperaré en esta tu casa que es mi casa"... "amor, ... cada día.. esperaré en esta casa.... " " amor... tu casa.. es mi casa".

Maribel Cerezuela
un siete de enero de dos mil cuatro.

La sangre. Maribel Cerezuela




La sangre ya no es roja
como el limón se ha sentido.
Paradas, alturas,
bajadas de temperatura.
Negro parece.
A borbotones ha fluído



La sangre. Maribel Cerezuela




La sangre ya no es roja
como el limón se ha sentido.
Paradas, alturas,
bajadas de temperatura.
Negro parece.
A borbotones ha fluído



Espacios. Maribel Cerezuela




Espacios infinitos
de negro abismo.
Ondas resplandecientess 
que tú no ves.
Triste espacio
donde la ausencia 
es tu paz.

¿Me ves?


Espacios. Maribel Cerezuela




Espacios infinitos
de negro abismo.
Ondas resplandecientess 
que tú no ves.
Triste espacio
donde la ausencia 
es tu paz.

¿Me ves?


Tú mi amor. Maribel Cerezuela



Ángel Simón Collado y Miguel Álvarez Morales, estoy esperando las versiones de esta temática. 
Y como Miguel Álvarez Morales se levantó enamorado el día 14, quiero emularlo con este "merdipoema".


No me mueve, mi alma, 
para recordarte,
la vida que me tienes
no es compatible con mi destino,

ni me mueve el dinero tan querido
para añorar sin sentido
Tú me mueves, amor,
para desearte y amarte,
pisando la tierra que nos diera
tu vida y la mía.
Muéveme, cómo no,
 tú mi amor
y en tal forma, 
que aunque no te rindas
a mis pretensiones, 
yo a tí te tenga y poseyera. 
No me tienes que explicar
los porqués de tu renuncia
a compartir este amorque yo a tí te diera.

La vejez. Maribel Cerezuela



 Dedicado a  Ángel Simón Collado
como parte de un reto poético 



LA VEJEZ




Hace tiempo que el amigo es marengo,
opaca la luz que dejo entrar por la ventana
pensamientos que bailan recuerdos de infancia
colores, notas, tumbado en mi cama
palabras que penetran en el azul cielo de mi alma
composiciones de arco iris con bellezas de formas
sin apenas definir un perfil que no vemos.

X OPEN DE AJEDREZ CIUDAD DE MOTRIL.


Club de Ajedrez Motril. Firmaron Tablas. Maribel Cerezuela 

X Open de AJEDREZ "Ciudad de Motril"

Ronda 2      Fecha 12/08/1995

Blancas: Martos Expósito
Negras:      Maribel Cerezuela




1. e4, c5

2. Cc3, e6

3. f4, d5

4. ed5, ed5
5. Ab5+, Cc6
6. De2+, Ae7
7. Cf3, Cf6
8. Ce5, dc7
9. 0-0, 0-0
10. Ac6, bc6
11. d3, Ad6
12. Te1, Te8
13. h3, Ab7
14. Ca4, Te7
15. c3, Tae8
16. Df2, Ae5

17. fe5 y piden tablas. 

Negras aceptan   (1/2, 1/2)

CIUDAD DE MOTRIL.


Club de Ajedrez Motril. Firmaron Tablas. Maribel Cerezuela 

X Open de AJEDREZ "Ciudad de Motril"

Ronda 2      Fecha 12/08/1995

Blancas: Martos Expósito
Negras:      Maribel Cerezuela




1. e4, c5

2. Cc3, e6
3. f4, d5
4. ed5, ed5
5. Ab5+, Cc6
6. De2+, Ae7
7. Cf3, Cf6
8. Ce5, dc7
9. 0-0, 0-0
10. Ac6, bc6
11. d3, Ad6
12. Te1, Te8
13. h3, Ab7
14. Ca4, Te7
15. c3, Tae8
16. Df2, Ae5

17. fe5 y piden tablas. 

Negras aceptan   (1/2, 1/2)

CIUDAD DE MOTRIL. AJEDREZ

Torneo de Ajedrez



Club de Ajedrez Motril. 
Firmaron Tablas. Maribel Cerezuela 

X Open de AJEDREZ "Ciudad de Motril"

Ronda 2      Fecha 12/08/1995

Blancas: Martos Expósito, Manuel
Negras:      Maribel Cerezuela




1. e4, c5

2. Cc3, e6
3. f4, d5
4. ed5, ed5
5. Ab5+, Cc6
6. De2+, Ae7
7. Cf3, Cf6
8. Ce5, dc7
9. 0-0, 0-0
10. Ac6, bc6
11. d3, Ad6
12. Te1, Te8
13. h3, Ab7
14. Ca4, Te7
15. c3, Tae8
16. Df2, Ae5

17. fe5 y piden tablas. 

Negras aceptan   (1/2, 1/2)

Indefinitud. Julio Cortázar


UNIVERSIDAD DE ALMERÍA

Indefinitud

Aparece en la novela expresado como el no poder prever a dónde se puede llegar, más allá de los propios límites, con precisión; pero con una especie de intuición innata que permite sospechar, y aún separar en un más allá ("plus ultra"), de lo que espontáneamente percibimos en un contacto cotidiano con la realidad.

                "¿Qué es en el fondo esa historia de encontrar un reino milenario, un orden, un otro mundo? Todo lo que se escribe en éstos tiempos y que vale la pena leer está orientado hacia la nostalgia. Complejo de la Arcadia, retorno al gran útero, back to Adam, la bon sauvage (y van...), paraíso perdido, perdido por buscarte, yo, sin luz para siempre...

                Detrás de todo eso (siempre es detrás, hay que convencerse de que es la idea clave del pensamiento moderno) el Paraíso, el otro mundo, la inocencia hollada que oscuramente se busca llorando la tierra de Hurqalya.. De una manera u otra la buscan, todos quieren abrir la puerta para ir a jugar". cfr.: cap. 71 pág. 432


Es tan indefinido como real. Se experimenta no se formula. "Se puede matar todo, menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña."  cfr.: cap.  71, pág. 436

Esta nostalgia por un reino más puro, se encuentra en la imposibilidad de ser captado desde la situación y con las categorías del pensamiento que tenemos.

           "..Toda tentativa de explicarlo fracasa por una razón que cualquiera comprende, y es que para definir y entender habría que estar fuera de lo definido y lo entendible." cfr.: cap. 28, pág. 190

La intuición del reino va acompañada con la imagen del absoluto. Son como aspectos complementarios.

                   "Sigo tan sediento de absoluto como cuando tenía veinte años, pero la delicada crispación, la delicia ácida y mordiente del acto creador, o de la simple contemplación de la belleza, no me parecen ya un premio un acceso a una realidad absoluta y satisfactoria.." cfr.:; cap. 112, pág. 538


Es asombroso el uso de imágenes del autor para narrar con toda vivacidad, ese otro reino del que habla, más valiéndose  de signos, que del razonamiento lógico. Podríamos decir que en cierta forma, su estilo es paralelo al que usa el libro del Apocalipsis.


                        "No podré renunciar jamás al sentimiento de que ahí, pegado a mi cara, entrelazado en mis dedos hay como una deslumbrante explosión hacia la luz, irrupción de mí hacia lo otro o de lo otro en mí, algo infinitamente cristalino que podría cuajar y resolver en la luz total sin tiempo ni espacio. Como una puerta de ópalo y diamante desde el cual se empieza a ser eso que verdaderamente se es y que no se quiere y no se sabe y no se puede ser".   cfr.: cap. 61, pág. 413

En un tono profético, Oliveira, vislumbra un nuevo umbral de la vida, que expresa con la imagen de un kibutz donde se da una traspolación de categorías humanas sin salirse de la realidad del mundo “la Inmensa Burrada”.

“…Kibbutz; colonia, settlemment, asentamiento, rincón elegido donde alzar la tienda final, donde salir al aire de la noche con la cara lavada por el tiempo, y unirse al mundo, a la Gran Locura, a la Inmensa Burrada, abrirse a la cristalización del deseo, al encuentro…” cfr.: cap. 36, pág. 239


Conclusión


Tal vez éstas tres dimensiones humanas: desfondamiento, frontera, indefinitud; que son la clave de otras muchas, son las que están sosteniendo el mensaje central de la novela: todo el cosmos es ambiguo, lo percibimos y lo aprehendemos de una forma determinada. Nuestra civilización, cultura, ética, lenguaje, ciencias, …etc. por la misma naturaleza ambigua que le es característica, podría ser concebido y consecuentemente vivido de otra forma diferente.

Con la creación de otra civilización, rompiendo los actuales moldes, se puede esperar el nacimiento de un hombre más auténtico y seriamente sincero. Pero para conseguirlo es necesario un trastoque del sistema desde la raíz.

“..una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego centro olvidado, torpe y mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizá habría otros caminos y que el que tomaron no era al único y no era el mejor, o que quizá habría otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron a medias…” cfr.: cap. 17, pág. 88

En realidad se trata de llegar a la : “… unidad en plena pluralidad, que la unidad fuera como el vértice de un torbellino y no la sedimentación del matecito lavado y frío” cfr.: cap. 19, pág. 98

Un capítulo copiado del libro:


- No me gusta hablar de él por hablar –dijo la Maga.

- Está bien –dijo Gregorovius-. Yo solamente preguntaba.

- Puedo hablar de otra cosa, si lo que quiere es oír hablar.

- No sea mala.

- Horacio es como el dulce de Guayaba –dijo la Maga.

- ¿Qué es el dulce de guayaba?

- Horacio es como un vaso de agua en la tormenta.

- Ah –dijo Gregorovius

- Él tendría que haber nacido en esa época de que habla madame Léonie cuando está un poco bebida. Un tiempo en que nadie estaba intranquilo, los tranvías eran a caballo y las guerras ocurrían en el campo. No había remedios contra el insomnio, dice madame Léonie.

- La bella edad de oro –dijo Gregorovius. En Odessa también me han hablado de tiempos así. Mi madre, tan romántica, con su pelo suelto… Criaban los ananás en los balcones, de noche no había necesidad de escupideras, era algo extraordinario. Pero yo no lo veo a Horacio metido en esa jalea real.

- Yo tampoco, pero estaría menos triste. Aquí todo le duele, hasta las aspirinas le duelen. De verdad, anoche le hice tomar una aspirina porque tenía dolor de muelas. La agarró y se puso a mirarla, le costaba muchísimo decidirse a tragarla. Me dijo unas cosas muy raras, que era infecto usar cosas que en realidad uno no conoce, cosas que han inventado otros para calmar otras cosas, cosas que tampoco se conocen… Usted sabe cómo es cuando empieza a darle vueltas.

- Usted ha repetido varias veces la palabra “cosa” –dijo Gregorovius-. No es elegante, pero en cambio muestra muy bien lo que le pasa a Horacio. Una víctima de la cosidad, es evidente.

- ¿Qué es la cosidad? –dijo la Maga

- La cosidad es ese desagradable sentimiento de que allí donde termina nuestra presunción empieza nuestro castigo. Lamento usar un lenguaje abstracto y casi alegórico, pero quiero decir que Oliveira es patológicamente sensible a la imposición de lo que lo rodea, del mundo en que se vive, de lo que le ha tocado en suerte, para decirlo amablemente. En una palabra, le revienta la circunstancia. Más brevemente, le duele el mundo. Usted lo ha sospechado, Lucía, y con una inocencia deliciosa imagina que Oliveira sería más feliz en cualquiera de las Arcadias de bolsillo que fabrican las madame Léonie de este mundo, sin hablar de mi madre la de Odessa. Porque usted no se habrá creído lo de los ananás, supongo.

- Ni lo de las escupideras –dijo la Maga. Es difícil de creer.
  
    A Guy Monod se le había ocurrido despertarse cuando Ronald y Etienne se ponían de acuerdo para escuchar a Jelly Roll Morton aunque era divertido oír la lluvia en la claraboya y que Jelly Roll cantara: Stood in a corner, with her feet soaked and wet… , seguramente Wong hubiera fabricado en seguida una teoría sobre el tiempo real y el poético, ¿pero sería cierto que Wong había hablado de hacer café? Gaby dándole migas a las palomas y Wong, la voz de Wong metiéndose entre las piernas de Gaby desnuda en un jardín con flores violentas, diciendo: “Un secreto aprendido en el casino de Menton.” Muy posible que Wong, después de todo, apareciera con una cafetera llena.

    Jelly Roll estaba en el piano marcando suavemente el compás con el zapato a falta de mejor percusión, Jelly Roll podía cantar Mamie’s Blues hamacándose un poco, los ojos fijos en una moldura del cielo raso, o era una mosca que iba y venía o una mancha que iba y venía en los ojos de Jelly Roll. Two-nineteen done took my baby away … La vida había sido eso, trenes que se iban llevándose y trayéndose a la gente mientras uno se quedaba en la esquina con los pies mojados, oyendo un piano mecánico y carcajadas manoseando las vitrinas amarillentas de la sala donde no siempre se tenía dinero para entrar. Two-nineteen done took my baby away … Babs había tomado tantos trenes en la vida, le gustaba viajar en tren si al final había algún amigo esperándola, si Ronald le pasaba la mano por la cadera, dulcemente como ahora, dibujándole la música en la piel, Two-seventeen’ll bring her back some day , por supuesto algún día otro tren la traería de vuelta, pero quien sabe si Jelly Roll iba a estar en ese andén, en ese piano, en esa hora en que había cantado los blues de Marie Desdume, la lluvia sobre una claraboya de París a la una de la madrugada, los pies mojados y la puta que murmura If you can´t give dollar, gimme a lousy dime , Babs se hacía una idea muy especial de las camas de los reyes pero de todos modos alguna mujer habría dicho una cosa así, If you can´t give a million, gimme a lousy ground , cuestión de proporciones, y por qué el piano de Jelly Roll era tan triste, tan esa lluvia que había despertado a Guy, que estaba haciendo llorar a la Maga, y Wong que no venía con el café.

- Es demasiado –dijo Etienne, suspirando-. Yo no sé cómo puedo aguantar esa basura. Es emocionante pero es una basura.

- Por supuesto no es una medalla de Pisanello –dijo Oliveira.

- Ni un opus cualquier cosa de Schoenberg –dijo Ronald-.¿Por qué me lo pediste? Aparte de inteligencia te falta caridad. ¿Alguna vez tuviste los zapatos metidos en el agua a medianoche? Jelly Roll si, se ve cuando canta, es algo que se sabe, viejo.

- Yo pinto mejor con los pies secos –dijo Etienne-. Y no me vengas con argumentos de la Salvation Army. Mejor harías en poner algo inteligente, como esos solos de Sonny Rollins. Por lo menos los tipos de la West Coast hacen pensar en Jackson Pollock o en Tobey, se ve que ya han salido de la edad de la pianola y la caja de acuarelas.

- Es capaz de creer en el progreso del arte –dijo Oliveira, bostezando-. No le hagás caso, Ronald, con la mano libre que te queda sacá el disquito del Stack O’Lee Blues , al fin y al cabo tiene un solo de piano que me parece meritorio.

- Lo del progreso en el arte son tonterías archisabidas –dijo Etienne -. Pero en el jazz como en cualquier arte hay siempre un montón de chantajistas. Una cosa es la música que puede traducirse en emoción y otra la emoción que pretende pasar por música. Dolor paterno en fa sostenido, carcajada sarcástica en amarillo, violeta y negro. No, hijo, el arte empieza más acá o más allá, pero no es nunca eso.

    Nadie parecía dispuesto a contradecirlo porque Wong esmeradamente aparecía con el café y Ronald, encogiéndose de hombros, había soltado a los Warring’s Pennsylvanians y desde un chirriar terrible llegaba el tema que encantaba a Oliveira, una trompeta anónima y después el piano, todo entre un humo de fonógrafo viejo y pésima grabación, de orquesta barata y como anterior al jazz, al fin y al cabo de esos viejos discos, de los show boats y de las noches de Storyville había nacido la única música universal del siglo, algo que acercaba a los hombres más y mejor que el esperanto, la Unesco o las aerolíneas, una música bastante primitiva para alcanzar universalidad y bastante buena para hacer su propia historia, con cismas, renuncias y herejías, su charleston, su black bottom, su shimmy, su foxtrot, su stomp, sus blues, para admitir las clasificaciones y las etiquetas, el estilo esto y aquello, el swing, el bebop, el cool, ir y volver del romanticismo y el clasicismo, hot y jazz cerebral, una música-hombre, una música con historia a diferencia de la estúpida música animal de baile, la polka, el vals, la zamba, una música que permitía reconocerse y estimarse en Copenhague como en Mendoza o en Ciudad del Cabo, que acercaba a los adolescentes con sus discos bajo el brazo, que les daba nombres y melodías como cifras para reconocerse y adentrarse y sentirse menos solos rodeados de jefes de oficina, familias y amores infinitamente amargos, una música que permitía todas las imaginaciones y los gustos, la colección de afónicos 78 con Freddie Keppard o Bunk Johnson, la exclusividad reaccionaria del Dixieland, la especialización académica en Bix Beiderbecke o el salto a la gran aventura de Thelonius Monk, Horace Silver o Thad Jones, la cursilería de Erroll Garner o Art Tatum, los arrepentimientos o las abjuraciones, la predilección por los pequeños conjuntos, las misteriosas grabaciones con seudónimos y denominaciones impuestas por marcas de discos o caprichos del momento y toda esa francmasonería de sábado por la noche en la pieza del estudiante o en el sótano de la peña, con muchachas que prefieren bailar mientas escuchan Star Dust o When your man is going to put you down , y huelen despacio y dulcemente a perfume y a piel y a calor, se dejan besar cuando es tarde y alguien ha puesto The blues with a feeling y casi no se baila, solamente se está de pie, balanceándose, y todo es turbio y sucio y canalla y cada hombre quisiera arrancar esos corpiños tibios mientras las manos acarician una espalda y las muchachas tienen la boca entreabierta y se van dando al miedo delicioso y a la noche, entonces sube una trompeta poseyéndolas por todos los hombres, tomándolas con una sola frase caliente que las deja caer como una planta cortada entre los brazos de los compañeros, y hay una inmóvil carrera, un salto al aire de la noche, sobre la ciudad, hasta que un piano minucioso las devuelve a sí misma, exhaustas y reconciliadas y todavía vírgenes hasta el sábado siguiente, todo eso en una música que espanta a los cogotes de platea, a los que creen que nada es de verdad si no hay programas impresos y acomodadores, y así va el mundo y el jazz es como un pájaro que migra o emigra o inmigra o transmigra, saltabarreras, burlaaduanas, algo que corre y se difunde y esta noche en Viena está cantando Ella Fitzgerald mientras en París Kenny Clarke inaugura una cave y en Perpignan brincan los dedos de Oscar Peterson, y Satchmo por todas partes con el don de ubicuidad que le ha prestado el Señor, en Birmingham, en Varsovia, en Milán, en Buenos Aires, en Ginebra, en el mundo entero, es inevitable, es la lluvia y el pan y la sal, algo absolutamente indiferente a los ritos nacionales, a las tradiciones inviolables, al idioma y al folklore: una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego central olvidado, torpe y mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizás había otros caminos y que el que tomaron no era el único y no era el mejor, o que quizá había otros caminos y que el que tomaron era el mejor, pero que quizá había otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron a medias, y que un hombre es siempre más que un hombre y siempre menos que un hombre, más que un hombres porque encierra eso que el jazz alude y soslaya y hasta anticipa, y menos que un hombre porque de esa libertad ha hecho un juego estético o moral, un tablero de ajedrez donde se reserva ser el alfil o el caballo, una definición de libertad que se enseña en las escuelas, precisamente en las escuelas donde jamás se ha enseñado y jamás se enseñará a los niños el primer compás de un ragtime y la primera frase de un blues, etcétera, etcétera.



Un inciso. Un proyecto. Maribel Cerezuela



Los proyectos siguen intactos.
El bote de pintura verde almendra
aguarda su turno detrás del aglomerado gris que un día,
bastante lejano ya, fue una puerta de entrada hacia el sosiego.

Pedir presupuestos. Alzar la voz,
y acallar el orgullo de quien no puede pagarse las ideas.

La paciencia es la virtud del fuerte
pero en esta morada nadie la posee.

Las batallas que enardecen los espíritus
otrora callados… ahora aflojan cinturones
queriendo sobresalir.

Es la vanidad. ¡Dejadle paso!

01/01/2007

Un inciso. Un proyecto. Maribel Cerezuela


Un proyecto


Los proyectos siguen intactos.
El bote de pintura verde almendra
aguarda su turno detrás del aglomerado gris que un día,
bastante lejano ya, fue una puerta de entrada hacia el sosiego.

Pedir presupuestos. Alzar la voz,
y acallar el orgullo de quien no puede pagarse las ideas.

La paciencia es la virtud del fuerte
pero en esta morada nadie la posee.

Las batallas que enardecen los espíritus
otrora callados… ahora aflojan cinturones
queriendo sobresalir.

Es la vanidad. ¡Dejadle paso!

01/01/2007