La lluvia. Maribel Cerezuela

Mi máquina de escribir




Ansiabamos la lluvia tanto
como esperábamos
que acampara para irnos a coger caracoles. 

Las paredes reflejan la luz, 
y las sombras parecen hablarte. 

El cielo se hace inmenso, 
al tiempo que te dice lo pequeño que eres.

La escalera de hierro verde Andalucía, 
contrasta con la pared encalada, 
y, a lo lejos, le sonríe a la menor, 
aquella que se quedó para astilla,
leña del recuerdo, 
madera de olivo que ya nadie utiliza.

El cuadro en la pared
acumula experiencia de tiempos pasados,
que se recuerdan como buenos aunque no mejores. 

Mientras le alargaba la sábana,
con una mano temblona, 
sentía que su tiempo 
ya no lo recuperaría.