El sonido interior.

(I)




Hay un mundo invisible, profundo, indefinido, autónomo y extraño del que desconocemos casi todas las cosas.

De eso no tengo duda, existe, está en nosotros.

Yo, que me considero solo un ser anodino, uso mis propios ritos para abrir esa puerta, y cruzarla, y vivirlo.

Pero voy a explicarme.

El asunto es sencillo:

Paso las horas muertas escuchando mis vísceras.

En cuanto llego a casa y me desnudo y grito, y mientras aún se expanden las palabras que digo, me tumbo boca arriba y extendido en mi cama, inerte, casi ido, como un muñeco roto al que olvidaron todos después de la batalla, escudriño la vida. Escucho mis latidos sonar desencajados y me demoro en ellos, su ritmo me acompaña, su vibración me acuna, y en ese duermevela que entonces me domina, refugiado en mi mismo, disfruto como un niño. Noto sonidos netos de una selva diáfana: los rugidos atroces que estallan en mi vientre, la lucha de volúmenes, las vísceras opuestas que chocan y se inflaman; la batalla está ahí dentro: distensiones, espasmos, rayos, hasta tormentas.

Presiento que palpitan enormes avenidas, carreteras extensas que hay en mi propio cuerpo.

En esas dimensiones hay sangre, hay muerte, hay vida.

A veces tengo miedo por todo lo que ignoro y sé que ocurre dentro, otras me puede el vértigo. Reflexiono, imagino y encuentro divertido y aterrador, y grato sentir los intestinos horadar mis entrañas desplazándose móviles, lo mismo que serpientes que reptan al unísono, o escuchar esos gases que pasan y se alejan, silbantes y atrevidos, o darles forma a arterias retractiles y huecas por las que fluye el magma que soporta mi vida, o medir los crujidos con que mis viejos huesos se quejan de su suerte cada vez que me muevo, su chirrido mecánico, su quebrada agonía que anticipa la mía.

Una tarde tras otra profundizo. Adivino.

Me noto respirar. El aire entra, se marcha, suena en los alvéolos avivando fogones y allí dentro, debajo, sigue el latir continuo con que late la bomba que ruge sincopada.

Tic tac, sigue adelante, vital, pulsátil, nueva, la que nunca me falla.

Hasta ahora.

Se ha parado.









(II)





Después, pese al silencio y pese al abandono, hay un instante lúcido, un destello, una isla, una última morada.

Y se me ocurre entonces, mientras todo se apaga y se me nubla el cielo porque muero despacio, que no he debido hacerlo.

Que tal vez crucé el límite y al romper el enigma del sonido profundo y escudriñar la vida buceando en sus entrañas para encontrar sus claves cometí un error grave.

De pronto me doy cuenta de lo que estoy haciendo.

¿Pretendo arrepentirme?

Aunque no queda tiempo para sentir más nada, dudo, me siento absurdo.

Entonces, sabiamente, hay un gran estallido que me lleva hacia dentro.

Vuelvo a escuchar las notas que ofrecían mis entrañas.

Regreso al infinito.

Al sonido interior.


APARTADO III: NARRATIVA

Autor: Francisco Cañabate Reche


El sonido interior.

(I)




Hay un mundo invisible, profundo, indefinido, autónomo y extraño del que desconocemos casi todas las cosas.

De eso no tengo duda, existe, está en nosotros.

Yo, que me considero solo un ser anodino, uso mis propios ritos para abrir esa puerta, y cruzarla, y vivirlo.

Pero voy a explicarme.

El asunto es sencillo:

Paso las horas muertas escuchando mis vísceras.

En cuanto llego a casa y me desnudo y grito, y mientras aún se expanden las palabras que digo, me tumbo boca arriba y extendido en mi cama, inerte, casi ido, como un muñeco roto al que olvidaron todos después de la batalla, escudriño la vida. Escucho mis latidos sonar desencajados y me demoro en ellos, su ritmo me acompaña, su vibración me acuna, y en ese duermevela que entonces me domina, refugiado en mi mismo, disfruto como un niño. Noto sonidos netos de una selva diáfana: los rugidos atroces que estallan en mi vientre, la lucha de volúmenes, las vísceras opuestas que chocan y se inflaman; la batalla está ahí dentro: distensiones, espasmos, rayos, hasta tormentas.

Presiento que palpitan enormes avenidas, carreteras extensas que hay en mi propio cuerpo.

En esas dimensiones hay sangre, hay muerte, hay vida.

A veces tengo miedo por todo lo que ignoro y sé que ocurre dentro, otras me puede el vértigo. Reflexiono, imagino y encuentro divertido y aterrador, y grato sentir los intestinos horadar mis entrañas desplazándose móviles, lo mismo que serpientes que reptan al unísono, o escuchar esos gases que pasan y se alejan, silbantes y atrevidos, o darles forma a arterias retractiles y huecas por las que fluye el magma que soporta mi vida, o medir los crujidos con que mis viejos huesos se quejan de su suerte cada vez que me muevo, su chirrido mecánico, su quebrada agonía que anticipa la mía.

Una tarde tras otra profundizo. Adivino.

Me noto respirar. El aire entra, se marcha, suena en los alvéolos avivando fogones y allí dentro, debajo, sigue el latir continuo con que late la bomba que ruge sincopada.

Tic tac, sigue adelante, vital, pulsátil, nueva, la que nunca me falla.

Hasta ahora.

Se ha parado.









(II)





Después, pese al silencio y pese al abandono, hay un instante lúcido, un destello, una isla, una última morada.

Y se me ocurre entonces, mientras todo se apaga y se me nubla el cielo porque muero despacio, que no he debido hacerlo.

Que tal vez crucé el límite y al romper el enigma del sonido profundo y escudriñar la vida buceando en sus entrañas para encontrar sus claves cometí un error grave.

De pronto me doy cuenta de lo que estoy haciendo.

¿Pretendo arrepentirme?

Aunque no queda tiempo para sentir más nada, dudo, me siento absurdo.

Entonces, sabiamente, hay un gran estallido que me lleva hacia dentro.

Vuelvo a escuchar las notas que ofrecían mis entrañas.

Regreso al infinito.

Al sonido interior.


APARTADO III: NARRATIVA

Autor: Francisco Cañabate Reche


ALMERÍA VOZ

ALMERÍA VOZ

ALMERÍA VOZ

ALMERÍA VOZ

CENTRO DE LA MUJER

María del Mar de los Ríos y Feliciano Ramos, ganadores del certamen literario del Centro de la Mujer

 Esteban Torres obtiene el segundo premio en Relato corto y José Luis Martínez Clares,  en el de Poesía

Vícar, 7 de marzo de 2018:
El jurado del XXI Certamen Mujer y Literatura, convocado por  el Centro Municipal de Información a la Mujer (CMIM), con motivo de la celebración del 8 de marzo,  Día Internacional de la Mujer,  ha dado a conocer su fallo, una vez examinados los trabajos presentados en cada una de las modalidades convocadas, Relato corto y Poesía.  Una edición a la que han concurrido un total de veinticinco obras, catorce de ellas en el apartado de relato corto.  Los profesores del departamento de Lengua del IES Puebla de Vícar, María del Pilar Sobrino Carrillo y del IES Villa de Vícar, José García Cárdenas, junto a las concejalas de Mujer, Mari Carmen García Rueda, Cultura, Vanesa Lidueña Montoya, Educación, Almudena Jiménez Jiménez, y Bienestar Social, Clementina Ortiz Puga y la técnica del CMIM Vícar, Sonia Ortega García, han conformado el jurado de esta edición, en la que ha destacado la buena calidad de las obras presentadas.
El alcalde de Vícar, Antonio Bonilla, ha mostrado su satisfacción por la acogida dispensada al certamen que en esta edicón ha visto aumentada la cuantía de los premios. Asi mismo el alcalde felicita a los premiados, haciendo extensiva esta feliciatación a todos aquelos autores que han presentado obras a esta vigesimoprimera edición de un certamen que en palabras de Antonio Bonilla, "es el embrión de la amplia programación con la que Vícar conmemora el Dïa Internacional de la Mujer, y que va mas alláde la propia efemérides.
María del Mar de los Ríos, residente en Aguadulce ha obtenido el  primer premio de Relato corto, dotado con 400 euros, con la obra titulada ‘Contra el viento’, mientras que el segundo premio en este apartado, dotado con 200 euros, ha sido para el funcionario ubetense, Esteban Torres Sagra, primer premio en la anterior edición y  que ha concursado en ésta con la obra 'La viuda negra'. Las obras presentadas a concurso han tenido un nivel medio alto, según el jurado, lo que ha hecho difícil el fallo,   
Por  su parte, el cordobés de Montoro,  Feliciano Ramos, maestro jubilado,  ha sido el ganador  en la modalidad de Poesía, con la obra titulada  'No quiero mi niñez para mis hijas',  siendo segundo José Luis Martínez Clares, maestro residente en Roquetas de Mar, por la poesía titulada  'La niña del Napalm' . Ambos premios han contado con la misma cuantía que la otra modalidad
Los premios serán entregados, el viernes 23 de marzo, en el vestíbulo del Teatro Auditorio Ciudad de Vícar, dentro de los actos programados con motivo del Día Internacional de la Mujer, e irá acompañado de la representación teatral 'La voz de las víctimas', a cargo del alumnado del CEIP Félix Rodríguez de la Fuente, de Llanos de Vícar.

CENTRO DE LA MUJER

María del Mar de los Ríos y Feliciano Ramos, ganadores del certamen literario del Centro de la Mujer

 Esteban Torres obtiene el segundo premio en Relato corto y José Luis Martínez Clares,  en el de Poesía

Vícar, 7 de marzo de 2018:
El jurado del XXI Certamen Mujer y Literatura, convocado por  el Centro Municipal de Información a la Mujer (CMIM), con motivo de la celebración del 8 de marzo,  Día Internacional de la Mujer,  ha dado a conocer su fallo, una vez examinados los trabajos presentados en cada una de las modalidades convocadas, Relato corto y Poesía.  Una edición a la que han concurrido un total de veinticinco obras, catorce de ellas en el apartado de relato corto.  Los profesores del departamento de Lengua del IES Puebla de Vícar, María del Pilar Sobrino Carrillo y del IES Villa de Vícar, José García Cárdenas, junto a las concejalas de Mujer, Mari Carmen García Rueda, Cultura, Vanesa Lidueña Montoya, Educación, Almudena Jiménez Jiménez, y Bienestar Social, Clementina Ortiz Puga y la técnica del CMIM Vícar, Sonia Ortega García, han conformado el jurado de esta edición, en la que ha destacado la buena calidad de las obras presentadas.
El alcalde de Vícar, Antonio Bonilla, ha mostrado su satisfacción por la acogida dispensada al certamen que en esta edicón ha visto aumentada la cuantía de los premios. Asi mismo el alcalde felicita a los premiados, haciendo extensiva esta feliciatación a todos aquelos autores que han presentado obras a esta vigesimoprimera edición de un certamen que en palabras de Antonio Bonilla, "es el embrión de la amplia programación con la que Vícar conmemora el Dïa Internacional de la Mujer, y que va mas alláde la propia efemérides.
María del Mar de los Ríos, residente en Aguadulce ha obtenido el  primer premio de Relato corto, dotado con 400 euros, con la obra titulada ‘Contra el viento’, mientras que el segundo premio en este apartado, dotado con 200 euros, ha sido para el funcionario ubetense, Esteban Torres Sagra, primer premio en la anterior edición y  que ha concursado en ésta con la obra 'La viuda negra'. Las obras presentadas a concurso han tenido un nivel medio alto, según el jurado, lo que ha hecho difícil el fallo,   
Por  su parte, el cordobés de Montoro,  Feliciano Ramos, maestro jubilado,  ha sido el ganador  en la modalidad de Poesía, con la obra titulada  'No quiero mi niñez para mis hijas',  siendo segundo José Luis Martínez Clares, maestro residente en Roquetas de Mar, por la poesía titulada  'La niña del Napalm' . Ambos premios han contado con la misma cuantía que la otra modalidad
Los premios serán entregados, el viernes 23 de marzo, en el vestíbulo del Teatro Auditorio Ciudad de Vícar, dentro de los actos programados con motivo del Día Internacional de la Mujer, e irá acompañado de la representación teatral 'La voz de las víctimas', a cargo del alumnado del CEIP Félix Rodríguez de la Fuente, de Llanos de Vícar.

N2O. Ángel Molina Paredes



Así se establecen
los vínculos
entre el orden y el caos
sembrando
el veneno
que crece
junto a la llaga
cercana

Herida abierta
sin fin
sin retorno
que la contemple
en la distancia

 Escondo los bultos
de la apoplejía 
que se extiende
 no vaya a ser
que estalle
y me olvide
 que soy
 que me defino
 que me encuentro
 perdido
 sin ti
 sin nadie
 que me socorra

 Vacío de noche
 de ausencia
 de deseo
 rompo
los recuerdos
 cual naves
acorraladas
en dique seco
y me pierdo
 entre suspiros
de mares
venideros

 Oh calma
 Oh dicha
 Oh voces
 que fueron
aliento
 especie
 recuerdo voraz

 Hago el puzle
de tu memoria
infinita
 de la que ni supe
ni conozco
paradero alguno
 recojo el fruto
caído
 ese que perece
 que se ausenta
 la mano
grácil
que lo reclama

 Hago recuento
de los espacios
 en blanco
 que han sido
 surco
 huella efímera
 ansia de lluvia
que germine
raíces

Ángel Molina Paredes

N2O. Ángel Molina Paredes



Así se establecen
los vínculos
entre el orden y el caos
sembrando
el veneno
que crece
junto a la llaga
cercana

Herida abierta
sin fin
sin retorno
que la contemple
en la distancia

 Escondo los bultos
de la apoplejía 
que se extiende
 no vaya a ser
que estalle
y me olvide
 que soy
 que me defino
 que me encuentro
 perdido
 sin ti
 sin nadie
 que me socorra

 Vacío de noche
 de ausencia
 de deseo
 rompo
los recuerdos
 cual naves
acorraladas
en dique seco
y me pierdo
 entre suspiros
de mares
venideros

 Oh calma
 Oh dicha
 Oh voces
 que fueron
aliento
 especie
 recuerdo voraz

 Hago el puzle
de tu memoria
infinita
 de la que ni supe
ni conozco
paradero alguno
 recojo el fruto
caído
 ese que perece
 que se ausenta
 la mano
grácil
que lo reclama

 Hago recuento
de los espacios
 en blanco
 que han sido
 surco
 huella efímera
 ansia de lluvia
que germine
raíces

Ángel Molina Paredes

N2O. Ángel Molina Paredes



Así se establecen
los vínculos
entre el orden y el caos
sembrando
el veneno
que crece
junto a la llaga
cercana

Herida abierta
sin fin
sin retorno
que la contemple
en la distancia

 Escondo los bultos
de la apoplejía 
que se extiende
 no vaya a ser
que estalle
y me olvide
 que soy
 que me defino
 que me encuentro
 perdido
 sin ti
 sin nadie
 que me socorra

 Vacío de noche
 de ausencia
 de deseo
 rompo
los recuerdos
 cual naves
acorraladas
en dique seco
y me pierdo
 entre suspiros
de mares
venideros

 Oh calma
 Oh dicha
 Oh voces
 que fueron
aliento
 especie
 recuerdo voraz

 Hago el puzle
de tu memoria
infinita
 de la que ni supe
ni conozco
paradero alguno
 recojo el fruto
caído
 ese que perece
 que se ausenta
 la mano
grácil
que lo reclama

 Hago recuento
de los espacios
 en blanco
 que han sido
 surco
 huella efímera
 ansia de lluvia
que germine
raíces

Ángel Molina Paredes

N2O. Ángel Molina Paredes



Así se establecen
los vínculos
entre el orden y el caos
sembrando
el veneno
que crece
junto a la llaga
cercana

Herida abierta
sin fin
sin retorno
que la contemple
en la distancia

 Escondo los bultos
de la apoplejía 
que se extiende
 no vaya a ser
que estalle
y me olvide
 que soy
 que me defino
 que me encuentro
 perdido
 sin ti
 sin nadie
 que me socorra

 Vacío de noche
 de ausencia
 de deseo
 rompo
los recuerdos
 cual naves
acorraladas
en dique seco
y me pierdo
 entre suspiros
de mares
venideros

 Oh calma
 Oh dicha
 Oh voces
 que fueron
aliento
 especie
 recuerdo voraz

 Hago el puzle
de tu memoria
infinita
 de la que ni supe
ni conozco
paradero alguno
 recojo el fruto
caído
 ese que perece
 que se ausenta
 la mano
grácil
que lo reclama

 Hago recuento
de los espacios
 en blanco
 que han sido
 surco
 huella efímera
 ansia de lluvia
que germine
raíces

Ángel Molina Paredes