Transatlánticos 11 (Poesía contemporánea iberoamericana)


EL HUMANISMO NO SE RESPIRABA

VÍCTOR MANGEL


Como era en un principio, pero, sin ser igual ni semejante… tertulias que florecen rubricadas con ese apelativo, pero parecidas más a sesiones de escuela con nombres, algunos, que desmerecen a quienes mencionan. Clubs sociales de tercera o cuarta edad mal dirigidos… Justo por el hecho de estar dirigidos y no ser una bulliciosa reunión de mentes inquietas, oficios variados y algún que otro pícaro. Celia Viñas te plagian de la forma más torpe que puedas recodar. Impartir turno de palabra y sacarse un tema para la próxima reunión tienen estructura inmutable. Regida y corregida por una – reina-presidenta- asistida por una sonora campanilla. Lo versátil, la energía atractiva, viva, curiosa, contagiosa a tomado la torpe forma de con el sobrenombre que existe en la memoria(pero al que le dan mal uso). Nada hay que sobreviva a un orden de escuela. Más les valdría a esa forma de dirigir… Hacer calceta, dejar pensar y cuestionar porque monólogo por turno y “temas para la próxima poesía”..en la próxima reunión no tienen nada de atractivo, vivo, bulliciosamente enriquecedor y no es así como la mente que comparte y gana, se enriquece y discute sino un alma dirigida como en escuela, No Respira, No Produce o Crea; es conducida.. Y lo conducido no es empático sugestivo, aliciente y alentador, espontáneo sin ser en su extremo un circo. Pero ese impersonal y mal asistido orden es un estanque..no es un río que vaya al Océano, no es enriquecedoramente personal, natural y menos aún, humanista. Si la escuela platónica de los Médici levantara la cabeza, si los que participaron activa e irregularmente en las charlas de gentes con inquietudes de reuniones no sólo de Perceval, pero contando con su participación, levantaran la cabeza: mirarían ese orden y respirarían entre sí ”esto parece un mal chiste” nada fluye porque una conversación no se dirige, evoluciona y contagia, desnuda y enseña, instruye y alienta más de un sabor. ¿Habrá que volver al principio… visto lo visto?


VÍCTOR MÄNGEL