Enrique Myro y Pablo de Olavide



La Voz de Todas Partes


La primera biografía novelada
 de don Pablo de Olavide, 

por Enrique Myro, 

publicada por Editorial MaLuma

Antonio Ortiz, La Voz de Todas Partes, junio 2018

He pasado multitud de veces por La Aldea de los Ríos, sobre todo antes cuando no estaba abierta la autovía N-IV, y la carretera nacional atravesaba todos los pueblos: Bailén, Guarromán, la Aldea de los Ríos, Carboneros, La Carolina, y así toda una lista hasta Madrid. Pero la verdad es que nunca me había parado en la Aldea, y hoy en casi 30 años, aparco por primera vez en su plaza en buscando la casa del escritor Enrique Myro.

ENRIQUE MYRO

Tras llamar dos veces, un hombre corpulento con chepa y una no pequeña cabeza, pelo muy cano y barriga oronda, al fin me abre la puerta.
- Perdone, estoy un poco sordo. En realidad, no le he oído, he abierto por qué intuía que iba a venir y le estaba esperando.
- Gracias Don Enrique, soy Antonio Martín de La Voz de Todas Partes.
- Le dejaré entrar si me suspende el don.
- Sin problemas.

ENRIQUE MYRO
ENRIQUE MYRO

Le contesto.
Se aparta y me cede el paso a la vivienda. Sin más preámbulos cruzamos el zaguán y un distribuidor que nos conduce al salón donde en una esquina a la izquierda está su despacho.
- Siéntese por favor.
Me indica una silla de madera con asiento de anea frente a su mesa.
- Bueno, usted dirá. Perdone, ¿le importa que fume?
- Por favor, se lo agradezco, yo también lo hago.

Ambos encendemos un cigarrillo y amablemente me acercó un cenicero.
- Como le comenté en nuestra conversación telefónica de ayer, me interesaría que me hablara de su reciente novela “El Renacer de la Rebelión Ilustrada, Don Pablo de Olavide y el Ingeniero Izquierdo”.
- Por mí encantado, adelante.
- ¿Le importa que grabe la conversación?
- En lo absoluto.
- Gracias.
Manipulo el móvil y lo pongo sobre la mesa.

ENRIQUE MYRO
EL RENACER DE LA REBELIÓN ILUSTRADA.
DON PABLO DE OLAVIDE Y EL INGENIERO IZQUIERDO


- Lo primero que me gustaría preguntarle es, ¿Por qué el Superintendente don Pablo de Olavide?
- Es muy sencillo, yo he vivido por motivos profesionales en muchas partes del mundo y en cada una de ellas he procurado estudiar la historia del entorno. Cuando hace veintitantos años llegué a las Nuevas Poblaciones, me encontré con el personaje de Don Pablo de Olavide, alguien increíble tanto desde un punto de vista humano e intelectual, aunque algo menos como político, y ahí empezó todo.
- Pero concréteme algo acerca de su obra, ¿es una novela histórica?
- Pues realmente no lo es. En mi novela se cuentan siete historias entremezcladas, de las cuales dos son realmente históricas. La primera historia, la más importante claro está, es acerca de Pablo de Olavide. En ella se novela la biografía de don Pablo, pero fundamentalmente desde un punto de vista humano, aunque es obvio que se tocan sus aspectos políticos. A través de un artilugio literario Don Pablo y el ingeniero Izquierdo nos cuentan los aspectos más domésticos y entrañables de la vida del Superintendente, sus amores y sus desamores, sus inquietudes y sus vicisitudes, fiel reflejo de su, digamos, impresionante personalidad y capacidad vital.
- ¿Y las otras historias?
-Pues mire, claro es que se cuenta la historia del ingeniero Izquierdo, en el fondo un pre triunfador que tuvo que enfrentarse con el poder establecido al igual que lo hizo Don Pablo.
- Por favor, explíqueme eso de pretriunfadores a los que ya he visto que le dedica la novela.
- El concepto de pretriunfador en realidad es el de perdedor, aquél que debe existir para que luego alguien con su idea sea el triunfador. A lo largo de la historia vemos que el que triunfa siempre es el segundo. Primero tiene que haber un fracasado, así le ocurrió a Don Pablo y no sabemos todavía si le ocurrirá lo mismo al ingeniero Izquierdo.
- Si no le importa, volvamos a las historias de su novela.
- Bueno, luego está la de Fernando Izquierdo, que se enfrenta con el poder comarcal establecido, y también la de Esperanza, su mujer, una ejecutiva de una importante cooperativa oleícola que se tiene que enfrentar con algo por desgracia muy frecuente en nuestro país, con la corrupción.
- Pero eso son historias actuales en contraposición de la biografía de Don Pablo que ocurrido hace 200 y pico de años.
- Efectivamente. Pero yo creo que ahí está el interés de esta novela, el mezclar los hechos ocurridos hace tanto tiempo con los que estamos viviendo hoy. En la comparativa que obviamente se plantea, veremos que hay cosas en las que hemos mejorado y otras que en las que no. Por ejemplo, Don Pablo le cuenta a Fernando que una de las cosas más grandiosas que la sociedad actual había conseguido era el control del sol. En sus tiempos, dice Don Pablo, el sol marcaba sus vidas. Cuando desaparecía en el ocaso sus vidas cambiaban, no podían viajar, no podía leer, casi no podían hacer nada, y eso que los ricos tenían sus artilugios que les permitieron disminuir dichos efectos. En cambio, vosotros, decía el Superintendente, le dais un pellizco a la pared y el sol aparece de nuevo.


- ¿Y con qué más historias nos vamos a encontrar?
- Pues mire hay una, la cuarta, a la cual le tengo especial cariño, es la que desarrollo en base a una idea recogida de la obra de Buero Vallejo, Un Soñador para un Pueblo. Resulta que Carlos III, al cual don Pablo no era muy afín, vivió una década realmente ilustrada que fue desde 1766 cuando expulsó a los jesuitas hasta 1776 cuando permitió que la inquisición encerrara en sus cárceles a nuestro biografiado.
- ¿Y cómo se explica ese cambio?
- Eso es lo que hago o intento hacer en la cuarta historia, pero para saber qué ocurrió si me lo permite, hay que leer la novela.
- ¿Que más nos puede referir de su obra?
- Hay otro tema interesante como es el de los amores complementarios o paralelos. Sobre ellos don Pablo nos dice que nuestra sociedad actual como consecuencia del rancio romanticismo, es mucho más restrictiva en relación con los amores personales de lo que era en la segunda mitad del XVIII. Es un asunto muy atractivo para mí, sobre el que me he permitido novelar en diferentes ejemplos. Es lo que podríamos decir que constituye la quinta historia.

ZABALETA

- Pero dígame una cosa, ¿por qué situada la novela en Quesada y no en La Carolina o en Guarromán o incluso en la propia Aldea de los Ríos, por miedo a caer en el autobiografísmo?
- No, que va, no soy tan presuntuoso. Espero que la mayoría de los lectores no sepan sobre mí más que mi nombre y las cuatro líneas de la solapa del libro. Pero me alegra que me haga la pregunta porque la sexta historia narra la vida de un pueblo, Quesada, pero que podía haber sido cualquier otro. En el fondo creo que la vida en la mayoría de los pueblos andaluces es igual y todas tienen su centro neurálgico en el bar. Por cierto, que en esta historia utilizo a un narrador sui generis, del que me encuentro muy satisfecho.
- ¿Nos puede decir algo más sobre ese tema?
- No creo que fuera oportuno, además perdería interés la novela.

- Lo que usted diga.

ZABALETA

- Además, déjeme decir que Quesada es el pueblo de Zabaleta uno de los grandes pintores del siglo xx español, y tenía deseos de novelar acerca de su vida y su estética.



Al entrar al salón vi que en el testero de la derecha había una excelente reproducción del Niño del Pollo y al sentarme me encontré con el Viejo de la Garrota, colgado tras el despacho del escritor, donde todos los próceres cuelgan su presuntuoso retrato.
- Por otra parte, geográficamente las historias que cuento se desarrollan en el marco andaluz que va desde Quesada hasta La Carolina pasando por Úbeda y Baeza en el eje horizontal, y desde Guarromán hasta El Porrosillo pasando por El Acebuchar, la Isabela y el increíble castillo de Canena en la vertical. Unos parajes espectaculares que he intentado describir lo mejor que he podido.


- Por mi parte puedo asegurar que lo conseguido.
- Gracias.
- Me parece que nos ha hablado de seis historias y creo recordar que dijo que eran siete.
- Efectivamente, en la séptima aparece el contrapunto histórico de don Pablo, un descendiente llamado Isabelo, que junto con el ingeniero forman un triángulo que nos permite apuntalar la historia de los tres. Creo que Isabelo es un personaje entrañable que va a cautivar a los lectores.
- Muy bien, ingeniero Myro, porque usted también es ingeniero como Fernando ¿no?
- Efectivamente, lo soy.
- ¿Le gustaría añadir algún a cosa más?
- Pues mire, sí, gracias. Verá, yo como lector reivindico que el narrador sea absolutamente honesto conmigo, que no me oculte nada, ni sepa algo que yo no sé. Es decir que entre las diferentes formas de narrar, la que no soporto es la que el narrador lo sabe todo, omnisciente, y la que prefiero es la del narrador no omnisciente, esto es, que no sabe nada más que lo ve y oye, como si fuera una cámara de cine. Esta técnica es la más difícil, porque para describir si un personaje, por ejemplo, está contento sólo podemos hacerlo por lo que dice o por las expresiones de su cara, o por los gestos que hace.
- Comprendo.
- He procurado narrar la mayor parte de la novela con esa técnica, me ha costado mucho trabajo, pero lo he disfrutado. Espero que los lectores también disfruten de los resultados.
- Por último, por favor hábleme de la Editorial MaLuma.
- Sólo le puedo decir que le envié mi manuscrito por indicación de una amiga y que desde el primer momento he recibido un trato rápido, exquisito y eficaz, y sin coste alguno para el autor, como si uno fuera un escritor de bestseller.
- Me alegro porque no suele ser lo habitual para los escritores noveles.
Me acompaña hasta la puerta y cuando la cierra, me quedo un rato disfrutando de la aldeana belleza urbanística de La Aldea de los Ríos que Don Pablo de Olavide diseñó hace 250 años, como se cuenta en la novela de Enrique Myro.
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