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Mostrando entradas de abril 3, 2016

Tomoscopia(II). Enrico Radelassi

II DEL CAMINANTE Y DEL VIAJERO DE CIUDADES... 11. DECLARACIÓN DE INTENCIONES. Yo gusto mi existencia utilizar, a instantes, lo mejor del tiempo atesorar, compartir cuanto posea y transitar, el camino que permite de la vida disfrutar. 12. MERCENARIOS DEL ÁFRICA AUSTRAL. Yo lo vi: Tenía una paloma en la mano, y una flor, y algo más. Lo miraba con sus huecos ojos, miraba al vacío. No sabía morir de otra manera. No sabe... No sabía leer, no sabía de lo que no es de comer. Yo lo vi: Tenía una paloma en la mano, y una flor, y algo más. Lo apretaba con sus encallecidos dedos, apretaba el fusil. No sabía morir de otra manera. No sabe... No sabía ser, no sabía más que obedecer. Yo lo vi: Tenía una paloma en la mano, y una flor, y algo más. Lo aplastaba con la suela de su bota, aplastaba el suelo... No sabía morir de otra manera. No sabe... No sabía oler, no sabía que es no imponer. Yo lo vi: Tenía una paloma en la mano, y una flor, y algo más. Le alcanzó un viento gélido, le alc

Tomoscopia(I). Enrico Radelassi

I. DEL PASADO, DEL PRESENTE Y DEL FUTURO... 1. UN DÍA... Un día vino un viento, a visitarme. Vino volando, como viajan los vientos. Me trajo olores, muchos... y buenos y malos vientos, y dolores de cabeza y sensaciones, me trajo recuerdos, muchos... y pasados y futuros vientos; y amores, odios y pasiones, me trajo vida, mucha... y cuando ya no tuvo más que mostrar, o yo no lo supe ver, me propuso sobre él cabalgar, y acepté, y desde entonces, con él voy viviendo, volando, como sólo los vientos saben. 2. RECUERDO INFANTIL. En la atardecida tarde del mes de enero, sombras, soledad y silencio pueblan el mundo afuera de los cristales. Algunos niños, distraídos, allí miran y el maestro, juez severo, les increpa y amenaza con la tiza, golpeando al otro lado de la noche, en la pared. Sobre ella, tres testigos, de soslayo nos vigilan: un general, un martir y Jesús agonizando. Tiene en su centro el aula, una estufa humeante y quejumbrosa. Insinúa el calor de sus entrañas, la tib