Aires nuevos. Maribel Cerezuela


El aire, a lo largo de la mañana, va tejiendo su especial tela de hilos de diverso grosor. El fax no para de emitir sonidos, reencuentros con otras geografías que le hablan en el mismo léxico. La máquina trituradora, - se avecinan cambios- se come la confidencialidad. La fotocopiadora se empecina en liarse con hojas que van de dos en dos, aunque tú te reiteras para convencerla de que sólo se puede de una en una para mantener un orden en el día. Archivo en estanterías metálicas, cajas de distintos tamaños, que gritan ¡fuera! con pena porque le han cambiado el anagrama.
Otra semana más y el calendario nos dice que estamos en febrerillo “el loco”. Olor a granja, jornalero que viene a dar de alta un animal para su traslado, nos dejará para bastante rato su recuerdo más inmediato. 
 
Tacones de moda vienen y van, en un pueblo, donde las cuestas interminables te llevan a tocar las nubes de colores... y, las escaleras, nos señala quién viene, sin hablar.

maribel cerezuela