Versiones de un mismo Gato.

LOS GATOS EN LA POESÍA
ÁNGEL SIMÓN MARIBEL CEREZUELA

Las sibilas y los temidos brujos
en su profesión aman a sus gatos
por ser portadores de su ciencia
de los misterios pasados,
de los futuros inciertos,
que sólo ellos parecen compartir.


Miran, indiferente y distantes,
con fríos ojos de Esfinge,
el mundo de los hombres.
Solitarios y en silencio
habitan los hogares humanos
y la noche profunda de las calles
donde la Parca los respeta.
Reconozco, asombrado e inquieto,
el noble orgullo, la serenidad,
el desapego divino de la especie;
y los veo caminar, seductores,
firmes en la sabiduría
de su trato familiar con lo desconocido.

Las sibilas y los temidos brujos,
en su profesión aman a sus gatos,
por ser portadores de su ciencia, …
misterios pasados, futuros inciertos,
que sólo ellos parecen conocer.


Les atrae lo desconocido,
su capacidad de conocimiento,
se mueven en silencio en noches
donde la parca les respeta
con orgullo reconocido
como divinos entre humanos
que parecen domesticados
en la soledad de muchos
en efigies esculpidos..


Versiones de un mismo Gato.

LOS GATOS EN LA POESÍA
ÁNGEL SIMÓN MARIBEL CEREZUELA

Las sibilas y los temidos brujos
en su profesión aman a sus gatos
por ser portadores de su ciencia
de los misterios pasados,
de los futuros inciertos,
que sólo ellos parecen compartir.


Miran, indiferente y distantes,
con fríos ojos de Esfinge,
el mundo de los hombres.
Solitarios y en silencio
habitan los hogares humanos
y la noche profunda de las calles
donde la Parca los respeta.
Reconozco, asombrado e inquieto,
el noble orgullo, la serenidad,
el desapego divino de la especie;
y los veo caminar, seductores,
firmes en la sabiduría
de su trato familiar con lo desconocido.

Las sibilas y los temidos brujos,
en su profesión aman a sus gatos,
por ser portadores de su ciencia, …
misterios pasados, futuros inciertos,
que sólo ellos parecen conocer.


Les atrae lo desconocido,
su capacidad de conocimiento,
se mueven en silencio en noches
donde la parca les respeta
con orgullo reconocido
como divinos entre humanos
que parecen domesticados
en la soledad de muchos
en efigies esculpidos..


Versiones de un mismo Gato.

MARIBEL CEREZUELA


LOS GATOS EN LA POESÍA


ÁNGEL SIMÓN
versión de mi poema 
MARIBEL CEREZUELA, 
el original 


Las sibilas y los temidos brujos
en su profesión aman a sus gatos
por ser portadores de su ciencia
de los misterios pasados,
de los futuros inciertos,
que sólo ellos parecen compartir.


Miran, indiferente y distantes,
con fríos ojos de Esfinge,
el mundo de los hombres.
Solitarios y en silencio
habitan los hogares humanos
y la noche profunda de las calles
donde la Parca los respeta.
Reconozco, asombrado e inquieto,
el noble orgullo, la serenidad,
el desapego divino de la especie;
y los veo caminar, seductores,
firmes en la sabiduría
de su trato familiar con lo desconocido.

Las sibilas y los temidos brujos,
en su profesión aman a sus gatos,
por ser portadores de su ciencia, …
misterios pasados, futuros inciertos,
que sólo ellos parecen conocer.


Les atrae lo desconocido,
su capacidad de conocimiento,
se mueven en silencio en noches
donde la parca les respeta
con orgullo reconocido
como divinos entre humanos
que parecen domesticados
en la soledad de muchos
en efigies esculpidos..



Versiones de un mismo Gato.

LOS GATOS EN LA POESÍA
ÁNGEL SIMÓN MARIBEL CEREZUELA

Las sibilas y los temidos brujos
en su profesión aman a sus gatos
por ser portadores de su ciencia
de los misterios pasados,
de los futuros inciertos,
que sólo ellos parecen compartir.


Miran, indiferente y distantes,
con fríos ojos de Esfinge,
el mundo de los hombres.
Solitarios y en silencio
habitan los hogares humanos
y la noche profunda de las calles
donde la Parca los respeta.
Reconozco, asombrado e inquieto,
el noble orgullo, la serenidad,
el desapego divino de la especie;
y los veo caminar, seductores,
firmes en la sabiduría
de su trato familiar con lo desconocido.

Las sibilas y los temidos brujos,
en su profesión aman a sus gatos,
por ser portadores de su ciencia, …
misterios pasados, futuros inciertos,
que sólo ellos parecen conocer.


Les atrae lo desconocido,
su capacidad de conocimiento,
se mueven en silencio en noches
donde la parca les respeta
con orgullo reconocido
como divinos entre humanos
que parecen domesticados
en la soledad de muchos
en efigies esculpidos..


A veces me falla la infame memoria. Josefina Escobar Niebla




En este nuevo camino que me ha trazado el destino, no puedo permitirme ningún contratiempo.


A veces me lastima la infame memoria, que acude implacable las noches más oscuras.

Ahora intento liberar mi yo presente de heridas pasadas, inmiscuyendo mi alma en otros asuntos


A veces me miro al espejo de mis días, y no veo a esa chiquilla que ríe, grita, llora y no calla…

Ahora doy voz a compases ajenos, que me duelen…pero, de otra manera, más lenta, más sensata.


A veces me inclino de hurtadillas para ver un ayer no muy lejano, tan de cerca me muevo que me parece oír tu voz animando a mi alma… ya entonces no era real

Ahora la lucha es dividir lo real de lo irreal…quizás no solté bien los nudos del pasado


A veces me dejo llevar por las hojas de los frondosos árboles que adornan mi casa, solo puedo mirar al cielo en contadas ocasiones…

Ahora sé que no te irás nunca, ni tu voz, ni tu presencia en aquellas noches de magia


A veces creo verte cruzar cualquier calle, oír tu sonrisa, o leer tus pensamientos

Ahora no puedo permitirme olvidarte
Josefina Niebla

A veces me falla la infame memoria. Josefina Escobar Niebla




En este nuevo camino que me ha trazado el destino, no puedo permitirme ningún contratiempo.


A veces me lastima la infame memoria, que acude implacable las noches más oscuras.

Ahora intento liberar mi yo presente de heridas pasadas, inmiscuyendo mi alma en otros asuntos


A veces me miro al espejo de mis días, y no veo a esa chiquilla que ríe, grita, llora y no calla…

Ahora doy voz a compases ajenos, que me duelen…pero, de otra manera, más lenta, más sensata.


A veces me inclino de hurtadillas para ver un ayer no muy lejano, tan de cerca me muevo que me parece oír tu voz animando a mi alma… ya entonces no era real

Ahora la lucha es dividir lo real de lo irreal…quizás no solté bien los nudos del pasado


A veces me dejo llevar por las hojas de los frondosos árboles que adornan mi casa, solo puedo mirar al cielo en contadas ocasiones…

Ahora sé que no te irás nunca, ni tu voz, ni tu presencia en aquellas noches de magia


A veces creo verte cruzar cualquier calle, oír tu sonrisa, o leer tus pensamientos

Ahora no puedo permitirme olvidarte
Josefina Niebla

A veces me falla la infame memoria. Josefina Escobar Niebla




En este nuevo camino que me ha trazado el destino, no puedo permitirme ningún contratiempo.


A veces me lastima la infame memoria, que acude implacable las noches más oscuras.

Ahora intento liberar mi yo presente de heridas pasadas, inmiscuyendo mi alma en otros asuntos


A veces me miro al espejo de mis días, y no veo a esa chiquilla que ríe, grita, llora y no calla…

Ahora doy voz a compases ajenos, que me duelen…pero, de otra manera, más lenta, más sensata.


A veces me inclino de hurtadillas para ver un ayer no muy lejano, tan de cerca me muevo que me parece oír tu voz animando a mi alma… ya entonces no era real

Ahora la lucha es dividir lo real de lo irreal…quizás no solté bien los nudos del pasado


A veces me dejo llevar por las hojas de los frondosos árboles que adornan mi casa, solo puedo mirar al cielo en contadas ocasiones…

Ahora sé que no te irás nunca, ni tu voz, ni tu presencia en aquellas noches de magia


A veces creo verte cruzar cualquier calle, oír tu sonrisa, o leer tus pensamientos

Ahora no puedo permitirme olvidarte
Josefina Niebla

A veces me falla la infame memoria. Josefina Escobar Niebla




En este nuevo camino que me ha trazado el destino, no puedo permitirme ningún contratiempo.


A veces me lastima la infame memoria, que acude implacable las noches más oscuras.

Ahora intento liberar mi yo presente de heridas pasadas, inmiscuyendo mi alma en otros asuntos


A veces me miro al espejo de mis días, y no veo a esa chiquilla que ríe, grita, llora y no calla…

Ahora doy voz a compases ajenos, que me duelen…pero, de otra manera, más lenta, más sensata.


A veces me inclino de hurtadillas para ver un ayer no muy lejano, tan de cerca me muevo que me parece oír tu voz animando a mi alma… ya entonces no era real

Ahora la lucha es dividir lo real de lo irreal…quizás no solté bien los nudos del pasado


A veces me dejo llevar por las hojas de los frondosos árboles que adornan mi casa, solo puedo mirar al cielo en contadas ocasiones…

Ahora sé que no te irás nunca, ni tu voz, ni tu presencia en aquellas noches de magia


A veces creo verte cruzar cualquier calle, oír tu sonrisa, o leer tus pensamientos

Ahora no puedo permitirme olvidarte
Josefina Niebla