Iris Sierra Sánchez
L A AMISTAD Una vez creí conocer la verdadera amistad, pero me equívoqué. Esa amistad se encarnaba en una gran mentira, tenía una máscara de hierro macizo; la cual impedía que la verdad surgiera a la luz. Pero las máscaras por muy duras que sean, no duran para la eternidad sino que acaban rompiéndose. Lo peor de todo es que cuando se rompe sufres tanto que parece que no puedes seguir hacia delante, pero al cabo del tiempo te armas de valor y, te dices: ¡vamos allá, tú puedes!. Sigue tu vida, y de pronto alguien se vuelve a cruzar en tu camino y te preguntas si será auténtica o no. Vas con cautela, pero vuelves a caer en la misma trampa, sufriendo de nuevo la misma decepción. Mi conclusión a todo esto, es que hoy en día abunda la maldad y escasea la bondad en todo el mundo. No caigáis en mis mismos