Tú, la invisible. Andrés Rubia

TÚ,  LA INVISiBLE

Por Andrés Rubia


Escucha el silencio de la noche.
Mira la calle huérfana de sustancia,
es como el universo
como si el exceso inmortal fuese fecundado por un magma copulado con el semen de la esperanza,
una feliz amenaza para el triunfo de un mundo imperfecto.
Es como si todos los contertulios dioses hubieran estrechado sus manos en un pacto,
bajo los capiteles dóricos del Olimpo,
con la venia del Parnaso,
brindando con sus vasos de primeras lluvias Septembrinas  tras el paro nirvano del verano.

Abrígate tu piel bronceada aún.

Escucha el silencio de esta madrugada.
En esa casa hay unos niños que duermen con su mascota.
Hay un acuario que denota la existencia de un mar lleno de deseos, cuántos por ti se pidieron. Cuántos tuyos por otros se hundieron.
Unos colores en la zona abisal, como los besos que a tiempo no te llegaron.
Es como si la vida fuera a resultar distinta nada más abrir los ojos el panadero que te cae tan mal.

Todos me dicen cuídate, pero es fácil decirlo, es mecánico y no queda mal.


Es como si al levantarme con el noticiario hubiera por fin dejado de fumar.
Como si mañana, al despertar hubiera vuelto desde el pasado al futuro para alegrar los ojos de mi presente, contagiado otra vez por fin de la inocencia que se llevaron las gentes con las que sobreviví.

Ahora que todos están muertos te hablo a ti.
Tú que eres la mujer invisible de mi vida.
Te hablo a ti porque tengo la sensación de que nadie me quiere y yo estoy tan falto de amor…

¿Me has preguntado en la agencia de viajes si hay algún lugar que se llame mundo Feliz?

Escucha el silencio de la noche.
Tú que eres la mujer invisible de mi vida.
Ahora que todos están muertos y te hablo a ti.

"Posiblemente tenga la posibilidad de  lo imposible ponerlo al revés; pero    ¿ qué es posible en este mundo una vez que has regresado a la vigilia ?. 

Almería  2,47 horas      5-8-03