Tristezas. José Ángel Valente

Afuera hacía calor... Cogí el libro y lo abrí sin saber por donde. Y alli estaba la poesía... la poesía que buscaba desde hacía apenas unas horas. La poesía que hubiera podido escribir yo cuando la noche anterior me sentí tan perdida y sola. ¡Pero no supe hacerla! Comprendí en ese instante que el sentimiento de la tristeza me inundaba, que a veces viene o está y que ninguna tristeza es igual a otra... Valente seguía caminando conmigo de la mano:





A veces viene la tristeza

A veces viene desde la tierra misma la tristeza; viene desde el amor, desde la ausencia del amor, desde la piedra o el vegetal al hombre.
A veces está ahí oscura o despedida por un pecho inocente.
A veces viene la tristeza de un lugar o del aire, del sueño o de la infancia, de una palabra que no pronunciamos, de lo que creímos y ya no creemos, de la esperanza y la desesperanza, de la dura corteza del amor.
A veces viene la tristeza.
A veces hay en la tristeza odio, ausencia y odio, ceniza y rostros olvidados, viejas fotografías y silencio y una larga desposesión.
A veces viene, irrumpe como un don invertido, como un don que se da y no se recibe, como lo nunca dado a la esperanza o lo que, en fin, se acepta y da, pero no puede vivir.
A veces viene. Viene o está. A veces hay en la tristeza odio y arrepentimiento y amor.

José Ángel Valente


enviado a lavozdelacometa.org y publicado el 15 de mayo de 2005