Del dogma al psicópata. Marcelo D. Ferrer

  
Me ataba el pudor...
crujiente cáscara bajo la cual padecía:
pasión y cobardía, devoción e hipocresía.

La contemplé desnuda... prohibida,
en pecado concebida, endemoniada ...
excitadamente maldecida.  
--Profana tú mi temblorosa carne
pero evita el alma condenarme...
-Instintos repugnantes
que harán luego lacerarme.
Seguía fresca, blasfema...
tentando mi carne que quema.
Luego de tocarle... -apenas-
junté valor para evitar condena...
y empuñando apocalíptica daga de santo jinete,
le abrí el pecho y el vientre hasta verle inerte.
He dejado otro demonio tieso
que en su pecaminoso lecho 
turbó mi alma por pocos pesos.
Salvé mi cuerpo y el espíritu de incautos muertos,
para que vague en el infierno
hasta la redención de los cuerpos.
La tentación no lacera 
mi legado de inquisición suprema
disponiendo de mi daga contra toda blasfema.
Largas cabelleras y delicados pliegues...
 cuidadas manos y aromas que queman
urden engaños bajo sedosos paños... 
donde habita el diablo en peregrinación terrena. 

SINO LUNAR
Marcelo D. Ferrer
Dibuja la luna
su cara
en la superficie del agua,
o deambula solitaria...
por valles
o nevadas montañas.
Su sino la persigue: 
ser única
en las noches estrelladas
y etérea
al despuntar
la madrugada.
Luna sonámbula,
tenue luz del alba,
por unos días...
descansa...
te veré nueva
como espectro en el alma.

SU CABELLO COMO ALAS
Marcelo D. Ferrer
Un aire de golpeteo lento
transformó su cabello en alas...
Y antes de que se evaporara,
junto con la brisa...
llevándose mi alma!
petrifiqué esa imagen para no olvidarla...
¿Qué razón importó más
que el amor que nos profesáramos?
¿Acaso no era amor lo que de nosotros esperaban?
¿Quién determina que pasará mañana
de manera tan arbitraria de regalar dicha
para después quitarla?
Sí comprendiera el plan
que sobre nosotros se traza ...
o alguien me dijera: 
espera! volverás a besarla!
sabría que al pasarme la vida
volvería a encontrarla ...
Quizá ella me aguarda ...
o me mira desde el cielo
con la pena de no poder decirme nada...
Ojalá supiera que soy esperanza...
Este plan, que es amor a ultranza,
debe concebir que de nuevo la encontrara.
Aquí, en un limbo de ausencia,
por donde hurguetean brisas furtivas que evaporan vida,
merodea un esqueleto deshabitado de alma...
Tiene, la secreta esperanza, de que sus cabellos ... como alas!
vuelvan a la vida su imagen petrificada...

¿IMPROVISAMOS?
Marcelo D. Ferrer
¡La improvisación es el sesgo!
Un instante, sacudidos de vida,  nacemos
sin tiempo para planificar lo que haremos.
Así entre la tranquilidad y el desvelo,
entre risas y desconsuelos,
entre ardores y desamores,
extendiendo la mano! 
o esquivando el sayo...
día por día avanzamos improvisando.
Y mientras giramos por el universo
en milenaria rutina celestial,
amamos, odiamos...
nos educamos.
Avanzamos! 
Nos desmoralizamos...
Creemos en la divinidad y rezamos
o excomulgados andamos
a merced de la inequidad de los
que igualan castidad con libertad.

En ese universal suspiro de vida 
Buscamos la huella de una utopía
o nos marcan con la huella de la hipocresía.
Nos mecemos con el viento de lo ya inventado
o modelamos sueños y los inmortalizamos
 
Al fin la muerte, en uso de su fundamento,
irrumpe la apatía una noche o durante el día
exhumando al alma del cuerpo sin vida...
En ese inerte santificado segundo,
en medio de la divinidad
o asándonos para redimimos,
es premio descubrir que,
aún improvisando...
hicimos cuanto pudimos.
 

TU MISMO

Marcelo D. Ferrer
 
Busca la perfección sabiendo que la no hallarás en una sola vida.
Ello, te proporcionará mas esperanzas que desesperanzas
y te mantendrá listo cada vez que el camino de la vuelta.
 
Encuentra el rumbo enalteciendo la belleza de todo cuanto te rodea,
cada cosa que te envuelve es un sendero a recorrer.
 
Procura ser sincero contigo mismo
y juzga con justeza tus actitudes, sin renunciamientos,
hasta saber el origen de cada una de ellas,
eso, te abrirá el corazón de tus semejantes.
 
Disfruta con alegría de todo lo que hoy tienes transitoriamente,
ya que nada posees en este mundo más que la esencia de tu vida.
 
Se prudente en tus expresiones,
tus palabras pueden confundir y desolar a quienes tengan una visión distinta y no tan fortalecida de las cosas.
 
Educa tu sexto sentido ejercitando la mente.
Sumérgete en la meditación,
aprenderás a conocer la paz y cada rincón de tu espíritu.
 
No olvides que el mañana se levanta por sobre el hoy
y que no existen más límites a tus sueños que los que tu cristalices frente a tus ojos.
 
Domina tu ego,
en todo momento ten presente tu pequeñez respecto del universo al que perteneces.
 
Fortalece tu espíritu tratando de no quebrar la unión mística que hay entre el leal saber y el obrar.
 
Enaltece tus dones y habilidades, deposita amor en su ejercicio, tus obras hablarán por ti.
 

Busca, encuentra, procura, disfruta, se prudente, educa, no olvides, domina, fortalece, enaltece...
tu mismo eres la llave.



Marcelo D. Ferrer
La Plata, Buenos Aires, Argentina. (22/10/2004)