Ciudad de Viento y Sol. Emilio Barón Palma


Mírala. Es la tierra que te vio crecer. Recatada y aparte. Al norte, campos verdes y montes de los Vélez, con el castillo aquel empinado entre riscos, fantasmal y soberbio. Las playas arenosas de Levante,  Rodalquilar, El Plomo, Aguamarga, Las Negras, ... En su mitad más honda, el río Almanzora, canteras de mármol, agua y frutales. La herida blanca luego, abierta al sol, de Sierra Nevada. Y las Alpujarras altas, que bajan para morir entre parrales y plásticos.


Mírala. En su centro, bien arriba, la Sierra, los Filabres, el valle rumoroso de la infancia, adelfas y retamas, almendros y olivos. Olula, Castro, Senés, Velefique... nombres árabes y romanos de sus pueblos. Bajando luego, campos y desiertos de Tabernas, naranjales del río - Andarax exhausto- con frutos dorados como en sueños. Y la ciudad por fin (ciudad de viento y sol, sustancia de tus días), entre el azul del mar y el ocre restallante y desnudo de las peñas.


Mírala. Como entonces, de niño; como luego, por dentro, viviendo en tierra ajena, más viva en el recuerdo. Y piénsala ahora, aquí junto al mar, en este rincón del Cabo, donde Torregarcía eleva su figura de piedra, antigua y solitaria, entre las dunas. Mientras contemplas esa ciudad desvanecerse.



EMILIO BARÓN PALMA
LOS DÍAS (1978-1999 POESÍA).
DEPÓSITO LEGAL. AL-319-99
ISBN: 84-8240-230-7
PUBLICADO POR LA UNIVERSIDAD DE ALMERÍA.
CIUDAD DE VIENTO Y SOL- ALMERÍA

Ciudad de Viento y Sol. Emilio Barón Palma


Mírala. Es la tierra que te vio crecer. Recatada y aparte. Al norte, campos verdes y montes de los Vélez, con el castillo aquel empinado entre riscos, fantasmal y soberbio. Las playas arenosas de Levante,  Rodalquilar, El Plomo, Aguamarga, Las Negras, ... En su mitad más honda, el río Almanzora, canteras de mármol, agua y frutales. La herida blanca luego, abierta al sol, de Sierra Nevada. Y las Alpujarras altas, que bajan para morir entre parrales y plásticos.


Mírala. En su centro, bien arriba, la Sierra, los Filabres, el valle rumoroso de la infancia, adelfas y retamas, almendros y olivos. Olula, Castro, Senés, Velefique... nombres árabes y romanos de sus pueblos. Bajando luego, campos y desiertos de Tabernas, naranjales del río - Andarax exhausto- con frutos dorados como en sueños. Y la ciudad por fin (ciudad de viento y sol, sustancia de tus días), entre el azul del mar y el ocre restallante y desnudo de las peñas.


Mírala. Como entonces, de niño; como luego, por dentro, viviendo en tierra ajena, más viva en el recuerdo. Y piénsala ahora, aquí junto al mar, en este rincón del Cabo, donde Torregarcía eleva su figura de piedra, antigua y solitaria, entre las dunas. Mientras contemplas esa ciudad desvanecerse.



EMILIO BARÓN PALMA
LOS DÍAS (1978-1999 POESÍA).
DEPÓSITO LEGAL. AL-319-99
ISBN: 84-8240-230-7
PUBLICADO POR LA UNIVERSIDAD DE ALMERÍA.
CIUDAD DE VIENTO Y SOL- ALMERÍA

Ciudad de Viento y Sol.

DIARIOVOZ. REVISTA DE LITERATURA

Mírala. Es la tierra que te vio crecer. Recatada y aparte. Al norte, campos verdes y montes de los Vélez, con el castillo aquel empinado entre riscos, fantasmal y soberbio. Las playas arenosas de Levante,  Rodalquilar, El Plomo, Aguamarga, Las Negras, ... En su mitad más honda, el río Almanzora, canteras de mármol, agua y frutales. La herida blanca luego, abierta al sol, de Sierra Nevada. Y las Alpujarras altas, que bajan para morir entre parrales y plásticos.


Mírala. En su centro, bien arriba, la Sierra, los Filabres, el valle rumoroso de la infancia, adelfas y retamas, almendros y olivos. Olula, Castro, Senés, Velefique... nombres árabes y romanos de sus pueblos. Bajando luego, campos y desiertos de Tabernas, naranjales del río - Andarax exhausto- con frutos dorados como en sueños. Y la ciudad por fin (ciudad de viento y sol, sustancia de tus días), entre el azul del mar y el ocre restallante y desnudo de las peñas.


Mírala. Como entonces, de niño; como luego, por dentro, viviendo en tierra ajena, más viva en el recuerdo. Y piénsala ahora, aquí junto al mar, en este rincón del Cabo, donde Torregarcía eleva su figura de piedra, antigua y solitaria, entre las dunas. Mientras contemplas esa ciudad desvanecerse.



EMILIO BARÓN PALMA
LOS DÍAS (1978-1999 POESÍA).
DEPÓSITO LEGAL. AL-319-99
ISBN: 84-8240-230-7
PUBLICADO POR LA UNIVERSIDAD DE ALMERÍA.
CIUDAD DE VIENTO Y SOL- ALMERÍA

Ciudad de Viento y Sol. Emilio Barón Palma


Mírala. Es la tierra que te vio crecer. Recatada y aparte. Al norte, campos verdes y montes de los Vélez, con el castillo aquel empinado entre riscos, fantasmal y soberbio. Las playas arenosas de Levante,  Rodalquilar, El Plomo, Aguamarga, Las Negras, ... En su mitad más honda, el río Almanzora, canteras de mármol, agua y frutales. La herida blanca luego, abierta al sol, de Sierra Nevada. Y las Alpujarras altas, que bajan para morir entre parrales y plásticos.


Mírala. En su centro, bien arriba, la Sierra, los Filabres, el valle rumoroso de la infancia, adelfas y retamas, almendros y olivos. Olula, Castro, Senés, Velefique... nombres árabes y romanos de sus pueblos. Bajando luego, campos y desiertos de Tabernas, naranjales del río - Andarax exhausto- con frutos dorados como en sueños. Y la ciudad por fin (ciudad de viento y sol, sustancia de tus días), entre el azul del mar y el ocre restallante y desnudo de las peñas.


Mírala. Como entonces, de niño; como luego, por dentro, viviendo en tierra ajena, más viva en el recuerdo. Y piénsala ahora, aquí junto al mar, en este rincón del Cabo, donde Torregarcía eleva su figura de piedra, antigua y solitaria, entre las dunas. Mientras contemplas esa ciudad desvanecerse.



EMILIO BARÓN PALMA
LOS DÍAS (1978-1999 POESÍA).
DEPÓSITO LEGAL. AL-319-99
ISBN: 84-8240-230-7
PUBLICADO POR LA UNIVERSIDAD DE ALMERÍA.
CIUDAD DE VIENTO Y SOL- ALMERÍA

Un inciso. Un proyecto. Maribel Cerezuela



Los proyectos siguen intactos.
El bote de pintura verde almendra
aguarda su turno detrás del aglomerado gris que un día,
bastante lejano ya, fue una puerta de entrada hacia el sosiego.

Pedir presupuestos. Alzar la voz,
y acallar el orgullo de quien no puede pagarse las ideas.

La paciencia es la virtud del fuerte
pero en esta morada nadie la posee.

Las batallas que enardecen los espíritus
otrora callados… ahora aflojan cinturones
queriendo sobresalir.

Es la vanidad. ¡Dejadle paso!

01/01/2007

Un inciso. Un proyecto. Maribel Cerezuela


Un proyecto


Los proyectos siguen intactos.
El bote de pintura verde almendra
aguarda su turno detrás del aglomerado gris que un día,
bastante lejano ya, fue una puerta de entrada hacia el sosiego.

Pedir presupuestos. Alzar la voz,
y acallar el orgullo de quien no puede pagarse las ideas.

La paciencia es la virtud del fuerte
pero en esta morada nadie la posee.

Las batallas que enardecen los espíritus
otrora callados… ahora aflojan cinturones
queriendo sobresalir.

Es la vanidad. ¡Dejadle paso!

01/01/2007