Abraham Ferreira. Indicios

INDICIOS Porque buscar indicios es caer en los acantilados de las ausencias y volver a alzarse con las plumas de un soplo enamorado. Caer eternamente, huir de la tiniebla; abrirse paso en una jungla de párpados sumisos a la inquietud de los que beben, a la inacción de los que palpan el hambre redentora de los mitos. Porque avistar el faro del suplicio inmediato es resignarse a transitar por esas costas donde promesas surgen al levantar la leve inmesidad de alguna roca, al penetrar nosotros, perdidos, curiosos y alocados, en alguna gruta para quedar cautivos como moluscos ínfimos en la piedra. Y allí nos recluirán estas ausencias, estos oleajes que van estremeciéndonos como si algún relámpago surcara aquellos cuerpos y espíritus extintos. Y extintos nos juzgamos, sin más músicas. Perderse nuestras manos en la sal del horizonte absorto; hablarse con los cánticos del faro que siempre nos congrega y, a la vez, nos distancia. Y extintos nos juzgamos. Porque buscar indicios es caer en los