A las siguientes generaciones. (Manifiesto).

A las siguientes generaciones (Manifiesto):  David Meza

voz y vídeo:  Pliyo Senpai







Libro: El sueño de Visnu  El Gaviero Ediciones, 2012

Quiero que la muerte de México sea hermosa
Quiero que su muerte sea un acto bello e inexplicable como los pájaros
Quiero que el pasado sea un hecho maravilloso que se forja en el futuro
Quiero que mi nombre sea la vida
Quiero que América se desdoble y se muestre como un acantilado de ovnis
Quiero que mi sexo sea la vida
Quiero que la tradición literaria de las personas sea el movimiento de las cometas
Quiero que mi patria sea la vida
Quiero que los literatos suban de nuevo a los árboles y renombren cada noche las constelaciones del abecedario
Quiero que los poetas dejen de llamarse poetas y comiencen a llamarse sueños y que los sueños comiencen a llamarse estrellas o luciérnagas o arroyos o triciclos
Quiero que la juventud sea una postura frente al mundo y no una postura frente a los años
Quiero que la poesía se confunda con la narrativa y la narrativa con un tratado científico y este con un nuevo sistema planetario
Quiero que mi clase social sea la vida
Quiero que los poetas tengan miedo a la inmortalidad y a la permanencia
Quiero ser llamado universitario no por estar en la universidad sino por estar en el uni-verso
Quiero que el poema se confunda con un tratado filosófico o un tratado político o un venado herido en la mitad del bosque
Quiero que mi nacionalidad sea la vida
Quiero que cuanta persona lea este manifiesto lo destruya y construya otro más auténtico y hermoso
Quiero que los grupos literarios de esta época contemplen entre sus integrantes a las rocas y a los ríos y a los superhéroes del espacio
Quiero que los artistas arrojen sus obras a los mares y comiencen a escribir sobre sus cuerpos
Quiero que mi edad sea la vida
Quiero que la literatura universal sea llamada en el futuro la historia de la preliteratura
Y quiero que los poemas más hermosos de mi generación sean escritos en las paredes del metro
***
David Meza

Viajes por Andalucía. Pilar Vinyet

PILAR VINYET BARNOLAS
7dimension



TARDE LARGA

Descansa en la tarde larga
ya se cumplió tu andadura
el crujir de tu espinazo
el jadear de tu pecho
el adiós de tus ansias.

Poeta deseado tu vivirás
tus poesías me abrazan
alimentan mi pensamiento
 moviendo mis labios
en cada tarde larga.

Hace ya un largo invierno
se perdió mi tímida pisada
en el Puerto dejé en la arena
laberinto, cañas, versos y
entre marismas mi huella marcada.

Sólo el viento ahora suena
riego los geranios del silencio
amarro barcas estropeadas
perfumo lejanías soñadas
en la certeza que te tengo.

...en esta tarde larga...
...en esta larga tarde...

Viajes por Andalucía. Pilar Vinyet

PILAR VINYET BARNOLAS
TARDE LARGA

Descansa en la tarde larga
ya se cumplió tu andadura
el crujir de tu espinazo
el jadear de tu pecho
el adiós de tus ansias.

Poeta deseado tu vivirás
tus poesías me abrazan
alimentan mi pensamiento
 moviendo mis labios
en cada tarde larga.

Hace ya un largo invierno
se perdió mi tímida pisada
en el Puerto dejé en la arena
laberinto, cañas, versos y
entre marismas mi huella marcada.

Sólo el viento ahora suena
riego los geranios del silencio
amarro barcas estropeadas
perfumo lejanías soñadas
en la certeza que te tengo.

...en esta tarde larga...
...en esta larga tarde...

Viajes por Andalucía. Pilar Vinyet

PILAR VINYET BARNOLAS
TARDE LARGA

Descansa en la tarde larga
ya se cumplió tu andadura
el crujir de tu espinazo
el jadear de tu pecho
el adiós de tus ansias.

Poeta deseado tu vivirás
tus poesías me abrazan
alimentan mi pensamiento
 moviendo mis labios
en cada tarde larga.

Hace ya un largo invierno
se perdió mi tímida pisada
en el Puerto dejé en la arena
laberinto, cañas, versos y
entre marismas mi huella marcada.

Sólo el viento ahora suena
riego los geranios del silencio
amarro barcas estropeadas
perfumo lejanías soñadas
en la certeza que te tengo.

...en esta tarde larga...
...en esta larga tarde...

Viajes por Andalucía. Pilar Vinyet

PILAR VINYET BARNOLAS
TARDE LARGA

Descansa en la tarde larga
ya se cumplió tu andadura
el crujir de tu espinazo
el jadear de tu pecho
el adiós de tus ansias.

Poeta deseado tu vivirás
tus poesías me abrazan
alimentan mi pensamiento
 moviendo mis labios
en cada tarde larga.

Hace ya un largo invierno
se perdió mi tímida pisada
en el Puerto dejé en la arena
laberinto, cañas, versos y
entre marismas mi huella marcada.

Sólo el viento ahora suena
riego los geranios del silencio
amarro barcas estropeadas
perfumo lejanías soñadas
en la certeza que te tengo.

...en esta tarde larga...
...en esta larga tarde...

Viajes por Andalucía. Pilar Vinyet

PILAR VINYET BARNOLAS
TARDE LARGA

Descansa en la tarde larga
ya se cumplió tu andadura
el crujir de tu espinazo
el jadear de tu pecho
el adiós de tus ansias.

Poeta deseado tu vivirás
tus poesías me abrazan
alimentan mi pensamiento
 moviendo mis labios
en cada tarde larga.

Hace ya un largo invierno
se perdió mi tímida pisada
en el Puerto dejé en la arena
laberinto, cañas, versos y
entre marismas mi huella marcada.

Sólo el viento ahora suena
riego los geranios del silencio
amarro barcas estropeadas
perfumo lejanías soñadas
en la certeza que te tengo.

...en esta tarde larga...
...en esta larga tarde...

Viajes por Andalucía. Pilar Vinyet

PILAR VINYET BARNOLAS
TARDE LARGA

Descansa en la tarde larga
ya se cumplió tu andadura
el crujir de tu espinazo
el jadear de tu pecho
el adiós de tus ansias.

Poeta deseado tu vivirás
tus poesías me abrazan
alimentan mi pensamiento
 moviendo mis labios
en cada tarde larga.

Hace ya un largo invierno
se perdió mi tímida pisada
en el Puerto dejé en la arena
laberinto, cañas, versos y
entre marismas mi huella marcada.

Sólo el viento ahora suena
riego los geranios del silencio
amarro barcas estropeadas
perfumo lejanías soñadas
en la certeza que te tengo.

...en esta tarde larga...
...en esta larga tarde...

El domingo pasado. Userix

       El domingo pasado quedé conmigo y discutimos.

      A los dos nos gusta pasear, y aprovechamos la gran extensión del mayor parque de la ciudad, para perdernos por ese gran pulmón verde de naturaleza que oxigena a la urbe y descontamina a sus habitantes desde las afueras.

     Ahora recuerdo que al principio de nuestra afición pedestre, ésta sí tenía una función curativa y de desintoxicación del estrés cotidiano. Pero después de los años, ni uno ni otro pensamos en nuestra caminata dominical como en un descanso, ni en un evadirse de los problemas. Ni siquiera en una forma de afrontar las preocupaciones debajo de un árbol, ver mejor un eclipse, o respirar aire puro.

     Salías, pensabas en nuestras cosas y en las de los demás, (o mejor aún, no pensabas en nada sin querer) y el cansancio físico de moverte durante más de dos horas, te producía un agotamiento muy relajante para el resto del día. 

     Comentamos, pero sin hablarnos, claro, cómo el aire va inclinando los árboles que están más arriba en la montaña, cómo vamos perdiendo, él y yo, la capacidad de amar con el paso del tiempo, y lo rápido que pasan las bicicletas de montaña a nuestro lado, sin poder molestarnos.

     Qué bonito atravesar los dos solos las interminables coníferas del Parque Nacional J. F. Kennedy al sur de Irlanda, o bordear las más de 9 millas del lago Neagh, a veces, bajo la lluvia. O no tan atrás en el tiempo, qué maravilloso conducir el verano pasado a través de las Montañas Blancas del estado de New Hamshire, aunque en aquella ocasión no estábamos solos.

     No sabría decir por qué nos enfadamos el domingo, pero ya hace tiempo que me conozco bien y seguro que se nos ha pasado. Somos Piscis y a los dos nos gusta pasear. 
userix

El domingo pasado. Userix

       El domingo pasado quedé conmigo y discutimos.

      A los dos nos gusta pasear, y aprovechamos la gran extensión del mayor parque de la ciudad, para perdernos por ese gran pulmón verde de naturaleza que oxigena a la urbe y descontamina a sus habitantes desde las afueras.

     Ahora recuerdo que al principio de nuestra afición pedestre, ésta sí tenía una función curativa y de desintoxicación del estrés cotidiano. Pero después de los años, ni uno ni otro pensamos en nuestra caminata dominical como en un descanso, ni en un evadirse de los problemas. Ni siquiera en una forma de afrontar las preocupaciones debajo de un árbol, ver mejor un eclipse, o respirar aire puro.

     Salías, pensabas en nuestras cosas y en las de los demás, (o mejor aún, no pensabas en nada sin querer) y el cansancio físico de moverte durante más de dos horas, te producía un agotamiento muy relajante para el resto del día. 

     Comentamos, pero sin hablarnos, claro, cómo el aire va inclinando los árboles que están más arriba en la montaña, cómo vamos perdiendo, él y yo, la capacidad de amar con el paso del tiempo, y lo rápido que pasan las bicicletas de montaña a nuestro lado, sin poder molestarnos.

     Qué bonito atravesar los dos solos las interminables coníferas del Parque Nacional J. F. Kennedy al sur de Irlanda, o bordear las más de 9 millas del lago Neagh, a veces, bajo la lluvia. O no tan atrás en el tiempo, qué maravilloso conducir el verano pasado a través de las Montañas Blancas del estado de New Hamshire, aunque en aquella ocasión no estábamos solos.

     No sabría decir por qué nos enfadamos el domingo, pero ya hace tiempo que me conozco bien y seguro que se nos ha pasado. Somos Piscis y a los dos nos gusta pasear. 
userix

El domingo pasado. Userix

      
Diariovoz




El domingo pasado quedé conmigo y discutimos.


      A los dos nos gusta pasear, y aprovechamos la gran extensión del mayor parque de la ciudad, para perdernos por ese gran pulmón verde de naturaleza que oxigena a la urbe y descontamina a sus habitantes desde las afueras.
     Ahora recuerdo que al principio de nuestra afición pedestre, ésta sí tenía una función curativa y de desintoxicación del estrés cotidiano. Pero después de los años, ni uno ni otro pensamos en nuestra caminata dominical como en un descanso, ni en un evadirse de los problemas. Ni siquiera en una forma de afrontar las preocupaciones debajo de un árbol, ver mejor un eclipse, o respirar aire puro.
     Salías, pensabas en nuestras cosas y en las de los demás, (o mejor aún, no pensabas en nada sin querer) y el cansancio físico de moverte durante más de dos horas, te producía un agotamiento muy relajante para el resto del día. 

     Comentamos, pero sin hablarnos, claro, cómo el aire va inclinando los árboles que están más arriba en la montaña, cómo vamos perdiendo, él y yo, la capacidad de amar con el paso del tiempo, y lo rápido que pasan las bicicletas de montaña a nuestro lado, sin poder molestarnos.

     Qué bonito atravesar los dos solos las interminables coníferas del Parque Nacional J. F. Kennedy al sur de Irlanda, o bordear las más de 9 millas del lago Neagh, a veces, bajo la lluvia. O no tan atrás en el tiempo, qué maravilloso conducir el verano pasado a través de las Montañas Blancas del estado de New Hamshire, aunque en aquella ocasión no estábamos solos.

     No sabría decir por qué nos enfadamos el domingo, pero ya hace tiempo que me conozco bien y seguro que se nos ha pasado. Somos Piscis y a los dos nos gusta pasear. 

userix

El domingo pasado. Userix

       El domingo pasado quedé conmigo y discutimos.

      A los dos nos gusta pasear, y aprovechamos la gran extensión del mayor parque de la ciudad, para perdernos por ese gran pulmón verde de naturaleza que oxigena a la urbe y descontamina a sus habitantes desde las afueras.

     Ahora recuerdo que al principio de nuestra afición pedestre, ésta sí tenía una función curativa y de desintoxicación del estrés cotidiano. Pero después de los años, ni uno ni otro pensamos en nuestra caminata dominical como en un descanso, ni en un evadirse de los problemas. Ni siquiera en una forma de afrontar las preocupaciones debajo de un árbol, ver mejor un eclipse, o respirar aire puro.

     Salías, pensabas en nuestras cosas y en las de los demás, (o mejor aún, no pensabas en nada sin querer) y el cansancio físico de moverte durante más de dos horas, te producía un agotamiento muy relajante para el resto del día. 

     Comentamos, pero sin hablarnos, claro, cómo el aire va inclinando los árboles que están más arriba en la montaña, cómo vamos perdiendo, él y yo, la capacidad de amar con el paso del tiempo, y lo rápido que pasan las bicicletas de montaña a nuestro lado, sin poder molestarnos.

     Qué bonito atravesar los dos solos las interminables coníferas del Parque Nacional J. F. Kennedy al sur de Irlanda, o bordear las más de 9 millas del lago Neagh, a veces, bajo la lluvia. O no tan atrás en el tiempo, qué maravilloso conducir el verano pasado a través de las Montañas Blancas del estado de New Hamshire, aunque en aquella ocasión no estábamos solos.

     No sabría decir por qué nos enfadamos el domingo, pero ya hace tiempo que me conozco bien y seguro que se nos ha pasado. Somos Piscis y a los dos nos gusta pasear. 
userix

San Valentín. Maribel Cerezuela

Cerró la puerta, dejó la cartera y las llaves en la mesita del recibidor y pasó a la cocina. Como cada día, el sol entraba a esa hora dando luz y calor. Le habían dejado una caja azul enorme, con agujeros estratégicos, encima de la mesa. En un lateral una nota: Ricardo, me ha dicho el repartidor de Seur que perdones la urgencia, que saben que San Valentín es dentro de tres días, pero que están saturados de trabajo; que lo entenderías. Como te conocen desde hace años, se han permitido traerte el regalo que le han encargado antes de lo acordado. Que les perdones la osadía. Un saludo. Manuela.


Abrió la caja con cuidado y quedó sorprendido de la belleza de la planta. La observó un rato y se fue a ver la televisión. Si algo le gustaba, o tal vez, lo que más le gustaba, era ver el telediario mientras almorzaba. Zapeó un momento, cansado de las mismas noticias de siempre que no cambiaban para nada la situación ya de por sí caótica, y se encontró con que la CNN hablaba de un desplazamiento glacial que, al parecer, se iba acercando mucho más deprisa de lo que los analistas habían predecido. Londres corría un serio peligro. Pusieron una fotografía retocada con photoshop de lo que sería la isla en menos de dos años. Cerró la televisión y se acostó a echar la siesta.


Manuela, como era su costumbre, llegó el viernes por la mañana, abrió la puerta y pasó directamente a cambiarse. En la mesa de la cocina la planta seguía bella, fragante. Desconocía su procedencia ni cómo se llamaba. Pasó a la habitación dormitorio y gritó: ¡Ricardo! ¿a qué hora te acostaste anoche?


¿Te vistes y nos vamos a comer? Le zarandeó el hombro y se conmovió viendo lo pálido que estaba. Vaya nochecita. Corrió la cortina, subió la persiana y se volvió a mirarlo. En ese momento un ciempiés caminaba por encima de la almohada. ¡Ricardo¡

San Valentín.

San Valentín



Cerró la puerta, dejó la cartera y las llaves en la mesita del recibidor y pasó a la cocina. Como cada día, el sol entraba a esa hora dando luz y calor. Le habían dejado una caja azul enorme, con agujeros estratégicos, encima de la mesa. En un lateral una nota: 

Ricardo, me ha dicho el repartidor de Seur que perdones la urgencia, que saben que San Valentín es dentro de tres días, pero que están saturados de trabajo; que lo entenderías. Como te conocen desde hace años, se han permitido traerte el regalo que le han encargado antes de lo acordado. Que les perdones la osadía. Un saludo. Manuela.

Abrió la caja con cuidado y quedó sorprendido de la belleza de la planta. La observó un rato y se fue a ver la televisión. Si algo le gustaba, o tal vez, lo que más le gustaba, era ver el telediario mientras almorzaba. Zapeó un momento, cansado de las mismas noticias de siempre que no cambiaban para nada la situación ya de por sí caótica, y se encontró con que la CNN hablaba de un desplazamiento glacial que, al parecer, se iba acercando mucho más deprisa de lo que los analistas habían predicho. Londres corría un serio peligro. Pusieron una fotografía retocada con photoshop de lo que sería la isla en menos de dos años. Cerró la televisión y se acostó a echar la siesta.

Manuela, como era su costumbre, llegó el viernes por la mañana, abrió la puerta y pasó directamente a cambiarse. En la mesa de la cocina la planta seguía bella, fragante. Desconocía su procedencia ni cómo se llamaba. Pasó a la habitación dormitorio y gritó: ¡Ricardo! ¿a qué hora te acostaste anoche? ¿Te vistes y nos vamos a comer? Le zarandeó el hombro y se conmovió viendo lo pálido que estaba. Vaya nochecita. Corrió la cortina, subió la persiana y se volvió a mirarlo. En ese momento un ciempiés caminaba por encima de la almohada. ¡Ricardo¡


Maribel Cerezuela 12/02/2014

San Valentín.

San Valentín



Cerró la puerta, dejó la cartera y las llaves en la mesita del recibidor y pasó a la cocina. Como cada día, el sol entraba a esa hora dando luz y calor. Le habían dejado una caja azul enorme, con agujeros estratégicos, encima de la mesa. En un lateral una nota: 

Ricardo, me ha dicho el repartidor de Seur que perdones la urgencia, que saben que San Valentín es dentro de tres días, pero que están saturados de trabajo; que lo entenderías. Como te conocen desde hace años, se han permitido traerte el regalo que le han encargado antes de lo acordado. Que les perdones la osadía. Un saludo. Manuela.

Abrió la caja con cuidado y quedó sorprendido de la belleza de la planta. La observó un rato y se fue a ver la televisión. Si algo le gustaba, o tal vez, lo que más le gustaba, era ver el telediario mientras almorzaba. Zapeó un momento, cansado de las mismas noticias de siempre que no cambiaban para nada la situación ya de por sí caótica, y se encontró con que la CNN hablaba de un desplazamiento glacial que, al parecer, se iba acercando mucho más deprisa de lo que los analistas habían predicho. Londres corría un serio peligro. Pusieron una fotografía retocada con photoshop de lo que sería la isla en menos de dos años. Cerró la televisión y se acostó a echar la siesta.

Manuela, como era su costumbre, llegó el viernes por la mañana, abrió la puerta y pasó directamente a cambiarse. En la mesa de la cocina la planta seguía bella, fragante. Desconocía su procedencia ni cómo se llamaba. Pasó a la habitación dormitorio y gritó: ¡Ricardo! ¿a qué hora te acostaste anoche? ¿Te vistes y nos vamos a comer? Le zarandeó el hombro y se conmovió viendo lo pálido que estaba. Vaya nochecita. Corrió la cortina, subió la persiana y se volvió a mirarlo. En ese momento un ciempiés caminaba por encima de la almohada. ¡Ricardo¡


Maribel Cerezuela 12/02/2014

San Valentín.

San Valentín



Cerró la puerta, dejó la cartera y las llaves en la mesita del recibidor y pasó a la cocina. Como cada día, el sol entraba a esa hora dando luz y calor. Le habían dejado una caja azul enorme, con agujeros estratégicos, encima de la mesa. En un lateral una nota: 

Ricardo, me ha dicho el repartidor de Seur que perdones la urgencia, que saben que San Valentín es dentro de tres días, pero que están saturados de trabajo; que lo entenderías. Como te conocen desde hace años, se han permitido traerte el regalo que le han encargado antes de lo acordado. Que les perdones la osadía. Un saludo. Manuela.

Abrió la caja con cuidado y quedó sorprendido de la belleza de la planta. La observó un rato y se fue a ver la televisión. Si algo le gustaba, o tal vez, lo que más le gustaba, era ver el telediario mientras almorzaba. Zapeó un momento, cansado de las mismas noticias de siempre que no cambiaban para nada la situación ya de por sí caótica, y se encontró con que la CNN hablaba de un desplazamiento glacial que, al parecer, se iba acercando mucho más deprisa de lo que los analistas habían predicho. Londres corría un serio peligro. Pusieron una fotografía retocada con photoshop de lo que sería la isla en menos de dos años. Cerró la televisión y se acostó a echar la siesta.

Manuela, como era su costumbre, llegó el viernes por la mañana, abrió la puerta y pasó directamente a cambiarse. En la mesa de la cocina la planta seguía bella, fragante. Desconocía su procedencia ni cómo se llamaba. Pasó a la habitación dormitorio y gritó: ¡Ricardo! ¿a qué hora te acostaste anoche? ¿Te vistes y nos vamos a comer? Le zarandeó el hombro y se conmovió viendo lo pálido que estaba. Vaya nochecita. Corrió la cortina, subió la persiana y se volvió a mirarlo. En ese momento un ciempiés caminaba por encima de la almohada. ¡Ricardo¡


Maribel Cerezuela 12/02/2014

Tom Wolfe

¡Salgan a la calle y hablen con la gente! ¡No se queden encerrados en la redacción! El gran espectáculo está fuera y no podrán narrarlo si no lo ven.

PERIODISMO 


Tom Wolfe

¡Salgan a la calle y hablen con la gente! ¡No se queden encerrados en la redacción! El gran espectáculo está fuera y no podrán narrarlo si no lo ven.




Tom Wolfe

¡Salgan a la calle y hablen con la gente! ¡No se queden encerrados en la redacción! El gran espectáculo está fuera y no podrán narrarlo si no lo ven.

PERIODISMO 


Tom Wolfe

¡Salgan a la calle y hablen con la gente! ¡No se queden encerrados en la redacción! El gran espectáculo está fuera y no podrán narrarlo si no lo ven.




Tom Wolfe

¡Salgan a la calle y hablen con la gente! ¡No se queden encerrados en la redacción! El gran espectáculo está fuera y no podrán narrarlo si no lo ven.




Tom Wolfe

¡Salgan a la calle y hablen con la gente! ¡No se queden encerrados en la redacción! El gran espectáculo está fuera y no podrán narrarlo si no lo ven.

PERIODISMO 


Tom Wolfe

¡Salgan a la calle y hablen con la gente! ¡No se queden encerrados en la redacción! El gran espectáculo está fuera y no podrán narrarlo si no lo ven.




Tom Wolfe

¡Salgan a la calle y hablen con la gente! ¡No se queden encerrados en la redacción! El gran espectáculo está fuera y no podrán narrarlo si no lo ven.




Almería contará con un Museo de la Minería del Hierro en Beires

Un itinerario con seis paradas por distintos rincones de la trama urbana de Beires recrearán la memoria de la minería del hierro, desarrollada en la sierra de la localidad desde finales del siglo XIX hasta los años treinta del siglo pasado. Será un museo abierto que además contará con restos materiales y cuantiosa información de lo que supuso para la zona, tanto económica como socialmente este desarrollo empresarial que se enmarca dentro de las actuaciones del Plan Turístico de la Alpujarra Almeriense. (Foto: Pako Manzano)



 Escrito por Redacción Alborán Digital  

Lunes, 03 de Febrero de 2014 13:11

Antonio Manuel Ortiz Oliva, alcalde de Abla y también presidente del ADR Alpujarra Almeriense y del Plan Turístico, destaca la importancia de esta actuación para el municipio “con la que proponemos una historia apasionante, en muchos casos desconocida para los almerienses, de una transcendencia social y económica que merece la pena conocer”.

La primera de las seis paradas contextualiza ‘Las Montañas de Hierro de Beires’, un acercamiento al coto minero, a casi 1.800 metros de altura, a la arqueología industrial de la Alpujarra, donde el mineral ofrecía una gran pureza y era de fácil extracción al ser galerías de poca profundidad. La segunda parada, ‘A La Búsqueda de los tesoros de la tierra’, explica la llegada de compañías foráneas como Societé des Mines de Beires, The Soria Mining o Echevarrieta y Campbell, que arrendaron los derechos de explotación de los concesionarios locales.

La tercera parada analiza la ‘Conflictividad Social’, derivada de las duras condiciones de trabajo y la alta siniestralidad laboral, a la vez que se documenta el poblado minero promovido por el ingeniero Walter McLellan, con casas obreras, escuelas, hospital, economato, ejemplo del denominado ‘paternalismo social’. La cuarta aborda la vida y obra de técnicos, ingenieros y empresarios como el citado McLellan, Jakob Hoeltz, Horacio Echevarrieta y Andrés Cassinello.

La quinta de las paradas del museo relata ‘Los Problemas del Transporte Ferroviario’, recordando el enorme cable aéreo de más de 15 kilómetros de longitud construido en 1904, segundo más largo de España. La última, está dedicada al ‘Cierre, emigración y olvido’, pese a que la empresa Adaro intentara su reapertura y se construyera la actual carretera de acceso recuperando parte del poblado minero, en 1962 se abandonaron totalmente las minas.

Para la alcaldesa de Beires, Carmen González, “este museo permitirá descubrir las raíces de nuestra gente, se ha agrupado todo para darle un valor y que tanto los que nos visitan como los propios ciudadanos de la Alpujarra conozcan su propia historia”. “El turismo pasa por ser una de las opciones de futuro más importantes para la zona y para ello es necesaria la unión de todos”, asegura.

El gerente en funciones del Plan Turístico, Agustín Cabrera, valora este nuevo museo como “un gran valor para la zona por el carácter histórico y cultural del que se ha dotado, con escenas realizadas en acero y recordando un pasado muy concreto y vital para la zona”.

Los interesados en información del Plan Turístico de la Alpujarra Almeriense pueden visitar
 http://ptalpujarraalmeriense.blogspot.com,
 así como en
 http://www.youtube.com/user/Ptalpujarra.

More Sharing ServicesShare