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Mostrando entradas de junio 11, 2013

El cólera y la gripe en Almería. Maribel Cerezuela

ÍNDICE INTRODUCCIÓN EL CÓLERA PERDURACIÓN DE LA CRISIS DE SUBSISTENCIAS EL CÓLERA EN ALMERÍA EN 1855 EL CÓLERA EN ALMERÍA EN 1885. Datos Estadísticos para Almería y su provincia GRÁFICO ESTADÍSTICO Y SUMAS TOTALES DE CADA UNA DE LAS INVASIONES Y DEFUNCIONES HABIDAS EN ALMERIA Y SU PROVINCIA. CRÓNICA MERIDIONAL 1910. Datos estadísticos sobre el cólera de 1885. LA GRIPE EN ALMERIA Y SU PROVINCIA EN 1918 MAPA DE ALMERIA CON LA SITUACIÓN DE TODAS LAS ZONAS AFECTADAS. BIBLIOGRAFÍA. INTRODUCCIÓN Ya en la primera mitad de esta centuria, los progresos de la Medicina y la Higiene se combinan con los de la Economía y la Política para sobreañadir, a la reducción de la mortalidad epidémica, que continúa, el descenso de la mortalidad no epidémica u ordinaria.  Por este conducto se asiste, en los años comprendidos entre 1800 y 1850, a una crecimiento demográfico elevado. De año en año, se acumulan los excedentes y la población aumenta con rapidez. La práctica vacunatoria contra la viruela, que salva

El Centauro. Leopoldo Alas "Clarín"

EL  CENTAURO Este cuento forma parte del libro El Señor y lo demás, son cuento. Leopoldo Alas “Clarin”   (1892) Violeta Pagés, hija de un librepensador catalán, opulento industrial, se educó, si aquello fue educarse, hasta los quince años, como el diablo quiso, y de los quince años en adelante como quiso ella. Anduvo por muchos colegios extranjeros, aprendió muchas lenguas vivas, en todas las cuales sabía expresar correctamente las herejías de su señor padre, dogmas en casa. Sabía más que un bachiller y menos que una joven recatada. Era hermosísima; su cabeza parecía destacarse en una medalla antigua, como aquellas sicilianas de que nos habla el poeta de los Trofeos; su indumentaria, su figura, sus posturas, hablaban de Grecia al menos versado en las delicadezas del arte helénico; en su tocador, de gusto arqueológico, sencillo, noble, poético, Violeta parecía una pintura mural clásica, recogida en alguna excavación de las que nos descubrieron la elegancia antigua. En el Manual de arque

El Centauro. Leopoldo Alas "Clarín"

EL  CENTAURO Este cuento forma parte del libro El Señor y lo demás, son cuento. Leopoldo Alas “Clarin”   (1892) Violeta Pagés, hija de un librepensador catalán, opulento industrial, se educó, si aquello fue educarse, hasta los quince años, como el diablo quiso, y de los quince años en adelante como quiso ella. Anduvo por muchos colegios extranjeros, aprendió muchas lenguas vivas, en todas las cuales sabía expresar correctamente las herejías de su señor padre, dogmas en casa. Sabía más que un bachiller y menos que una joven recatada. Era hermosísima; su cabeza parecía destacarse en una medalla antigua, como aquellas sicilianas de que nos habla el poeta de los Trofeos; su indumentaria, su figura, sus posturas, hablaban de Grecia al menos versado en las delicadezas del arte helénico; en su tocador, de gusto arqueológico, sencillo, noble, poético, Violeta parecía una pintura mural clásica, recogida en alguna excavación de las que nos descubrieron la elegancia antigua. En el Manual de arque

El Centauro. Leopoldo Alas "Clarín"

EL  CENTAURO Este cuento forma parte del libro El Señor y lo demás, son cuento. Leopoldo Alas “Clarin”   (1892) Violeta Pagés, hija de un librepensador catalán, opulento industrial, se educó, si aquello fue educarse, hasta los quince años, como el diablo quiso, y de los quince años en adelante como quiso ella. Anduvo por muchos colegios extranjeros, aprendió muchas lenguas vivas, en todas las cuales sabía expresar correctamente las herejías de su señor padre, dogmas en casa. Sabía más que un bachiller y menos que una joven recatada. Era hermosísima; su cabeza parecía destacarse en una medalla antigua, como aquellas sicilianas de que nos habla el poeta de los Trofeos; su indumentaria, su figura, sus posturas, hablaban de Grecia al menos versado en las delicadezas del arte helénico; en su tocador, de gusto arqueológico, sencillo, noble, poético, Violeta parecía una pintura mural clásica, recogida en alguna excavación de las que nos descubrieron la elegancia antigua. En el Manual de arque

Tryptichon. Alessandro Bavari.

Imagen
Revista El Tranco II. pág. 22-23 con más imágenes. TRYPTICHON Decostruzione di un Eroe e ricostruzione dell'Uomo Quando ho realizzato TRYPTICHON , Decostruzione di un Eroe e Ricustruzione dell'Uomo, ancora una volta ho ritratto un corpo umano senza volto, dove la sua assenza, surrogata dai frammenti della testa di una statua, questa volta non e' sinonimo di anonimia ma esaltazione di un ideale anti individualistico, teso a rappresentare l'uomo in tutta la sua universalita'. In TRYPTICHON il protagonista assoluto e' un corpo vitale, impulsivo e fremente, che come una scultura viene disassemblato e riassemblato, diventando l'allegoria della storia dell'intera umanita'. Questo corpo andra' a placare la propria esuberanza trasfigurandosi in un oggetto sublime e trascendentale ma al contempo fragile e precario, dove l'equilibrio dello spirito e del corpo e' mantenuto da una sottile corda legata ad un fuscello, e quello della

La cometa y la niña. Fernando Rebollo

"La niña jugaba con la cometa, allí junto al bosque, en aquella pequeña colina, un hilo de cáñamo unía la mano a ese cruce de pequeñas maderas y tela que era la cometa, o pandorga, así la llamaban en otros lugares de Andalucía, larga cola verde, de serpiente o mas bien culebra que juega con el aire. Las lavanderas pasaban por el camino al pie de la colina y se internaban entre los álamos, con sus canastas de mimbre en los costados, en los cuadriles como ellas solían decir. Las ropas golpearían las piedras entre las que discurría el Nacimiento, aguas frías que enrojecen las manos, aguas que irían quitando manchas de tierra, sudores del trabajo diario con la azada y con el arado. La cometa, dirigía sus alcahuetos ojos hacía el bosque. Maribel había pintado dos ojos y una boca sobre la tela blanca con unos tizones. Por entre los troncos de los árboles se colaba el canto de Pilar, que restriega que restriega, cantaba,  "Cuando anochece en

La cometa y la niña. Fernando Rebollo

"La niña jugaba con la cometa, allí junto al bosque, en aquella pequeña colina, un hilo de cáñamo unía la mano a ese cruce de pequeñas maderas y tela que era la cometa, o pandorga, así la llamaban en otros lugares de Andalucía, larga cola verde, de serpiente o mas bien culebra que juega con el aire. Las lavanderas pasaban por el camino al pie de la colina y se internaban entre los álamos, con sus canastas de mimbre en los costados, en los cuadriles como ellas solían decir. Las ropas golpearían las piedras entre las que discurría el Nacimiento, aguas frías que enrojecen las manos, aguas que irían quitando manchas de tierra, sudores del trabajo diario con la azada y con el arado. La cometa, dirigía sus alcahuetos ojos hacía el bosque. Maribel había pintado dos ojos y una boca sobre la tela blanca con unos tizones. Por entre los troncos de los árboles se colaba el canto de Pilar, que restriega que restriega, cantaba,  "Cuando anochece en