Antes te quejabas, ahora también. ¿Mañana?

Eran cuarenta y algo más




Antes querías progreso,
decían que era bueno para ti.
Luchaste por abrirte paso entre montes,
abriste bocas de túnel,
presumías de barrenar la tierra,
hacia un mejor futuro para los dos.

Bebías cerveza y celebrabas
que la comunicación había llegado a tu puerta.



Antes talabas árboles sin pudor alguno,
construías chalet, pisos,
mausoleos con columnas jónicas.

Embargabas tierras de regadío,
para construir jardines con flores
y parques a granel en las ciudades,

no demasiados, cerca de un museo,
un campo de fútbol.. los mantenía callados.



Antes, sin complejos cogías el metro
y presumías de ello en TV y diarios.

Hoy, ahora, criticas el desorden,
el ruido, el caos, la prisa de la gente.

Te quejas de todo, de la indiferencia
del viajero, del niño, del anciano.


Te quejas del descontrol del tráfico
de un día ebrio de sol.

Te quejas del ruido infernal
de un día de pelota que llaman fútbol.

Te quejas del cine de barrio
del precio de la entrada y de las palomitas.

Te quejas de las colas del metro,
de los hospitales, de las salas de espera.

Te quejas de todo. Te quejas de antes y de ahora.
Te quejas hoy del precio y ayer de que no había.
Te quejas del olor humano y de la peluquería.
Ayer de que no había ninguna en tu barrio.

Hoy quieres bañarte en las cálidas aguas
de un Mediterráneo tranquilo de arenas cálidas.

Ayer te quejabas del viento, la arena
que entraba en tu casa en ese océano
que llaman Atlántico.


Antes te quejabas de la escasa vida social de tu barrio.
Hoy te quejas de gente, su ruido, sus fiestas

Hoy te quejas... y ¿mañana?