Sé que fuisteis vosotros. Andrés Rubia

  Sé que fuisteis vosotros. Sé que hubo una bomba dentro de uno de aquellos vagones, de aquellos trenes de cercanías, el once de Marzo del 2004 que no estalló. Vuestro Alá no era el perfecto ni el auténtico Alá. Y es que el cielo es justo y providencial.

 Ahora ya sabemos quienes sois.

Allí me tuvisteis enlutado el día 12, con mis manos blancas, con mis minutos de silencio en el horizonte, con mi lazo negro en la antena del coche, consternado, rodeado junto a doce millones de criaturas humanas pidiendo por la deportación de vuestro ingenio para matar. Esta vez habéis pegado fuerte y bien. Más de doscientos muertos y una generosa propina de casi mil quinientos heridos, algunos de los cuales, graves, muy graves, pasaran a la lista de los más de doscientos antes mencionados.  ¿Tan bien remunerado está ese trabajo? ¿Tan justa es vuestra causa?. Si tan sólo son banderas y dioses. ¿Independencia de qué? ¿Héroes en el paraíso de Alá?. ¿Pero quién es Alá? Nadie de los ya muertos os esclavizaba ni os robaba el cus cus para que hubierais de matarlos con esas maneras. Enclavasteis hasta metralla. Nadie de ellos os estaba maltratando ni a vosotros ni a vuestras familias. Sois seres humanos como el resto de personas de esta esfera todavía azul, y me consta que el mundo sigue preocupado porque todos continuemos haciendo un mundo mejor, más digno y sin violencia. ¡Así No!
¿Acaso las victimas de ese atentado tenían culpa? Vaya por dios – por cierto que locución tan suspirante acabo de suscitar… por dios, qué ironía— ¡Cuánto lo siento!.
 Vale, pues leed a continuación lo que he decidido que ocurra tras los incidentes del pasado 11-M..

 Sé que fuisteis vosotros. Pero tranquilos.

Ahora soy un nuevo dios -aquí por lo visto es fácil decidir quien tiene que morir y quien ha de seguir viviendo, al fin y al cabo estaréis conmigo que  vosotros mismos es así como lo habéis demostrado.  ¿Os extrañáis, verdad? ¿Os estaréis averiguando de qué va este tío al cual seguramente ni estaréis leyendo? No os preocupéis, qué más da, este derecho me lo otorgaré sólo durante lo que dure este texto para libraros de la cárcel, o de la silla eléctrica e incluso de la muerte. Quiero que viváis, tenedlo claro ¿de acuerdo?, así pues, prestad atención: Yo soy un nuevo dios,  el cual, va libraros de la ley de los hombres. Estáis a salvo de esa ley. Este que escribe reniega de la justicia convencional, de la justicia de las togas. Estad tranquilos, a mi omnipotencia deífica nadie jamás le hace imploraciones con jaculatorias oraciones de la Biblia o el Corán, es más, desaprueba hasta incluso la inmolación inclusive cuando son para con motivos terroristas. Está a favor de la vida y de la paz. Simplemente soy una nueva deidad fruto de la locura y de los reconcomios que habéis detonado, pero insisto, estad tranquilos, no voy a pedir la silla eléctrica para todos y cada uno de vosotros, no os voy a meter en la cárcel, entre otras cosas porque yo soy tan  sólo un dios que quiere vuestra libertad fuera de presidio. Recordad que la utopía y su frustración me otorgan este derecho para dar veredicto por encima incluso de los tribunales internacionales. Paso de ellos.

En principio solamente soslayo el sumario del atentado. (Para qué menear más el asunto si sé quienes fuisteis), por otro lado, rechazo la posibilidad de obligaros a careo alguno con las familias afectadas, con el resto de victimas y por supuesto con esos cientos de millones de personas que incluso como testigos asistieron a las manifestaciones en contra del terrorismo, proyecto el cual, vosotros ejecutasteis en toda su dimensión. ¿Para qué citar tanta gente en un juzgado?  si en ningún tribunal de este planeta cabrían en su sala, y por ende, sé que todos declararían en vuestra contra. Además seamos cerebrados, existiría otro conflicto, correríais el peligro de ser cruelmente atropellados, violentamente destrozados en un incontenible gesto histérico de cólera y venganza colectiva. Uf, si vosotros supierais, la gente está muy sensibilizada con este tema, tanto que durante un par de semanas la violencia de género va a quedar relegada a un secundario plano. No, no señor, creo que no, demasiado riesgo. No sería lo más acertado porque alguien de vosotros –estoy seguro-- podría salir brutalmente lastimado  y no resultaría un juicio justo.

Bueno, no andaré mucho más de la Ceca a la Meca y concluiré esta sentencia para de paso, acabar con este tiempo autoproclamado de dios, necesario por cierto, pero digamos que en estos momentos es una muy incómoda identidad para mí: Andrés Rubia, ese al que tanta caña le dan tantos y tantos necios, me dijo hace un ratito que “Hay decisiones que los dioses deberían evitar poner en manos de los hombres para que así, estos nunca pudieran decidir la muerte de ninguno de su homogéneos en nombre de dios”.  Ser un dios de tinta caído es incómodo. No es mi personalidad natural. Tanto las religiones fanáticas, como las políticas imperialistas, como las mayorías absolutas en una democracia -a lo antecedido me remito-- me hacen vomitar.

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Fallo:

En la ciudad Almería a día (Festividad de Sta Cristina) 13 de Marzo de 2004.

El Ilustrísimo señor poeta cuyo nombre no os importa, porque a nadie importo, aunque todos sabéis quien soy, otorgado el derecho de seudoconvertirse en dios con d minúscula, magistrado en el juzgado de instrucción zona cero, ejercitando la acción pública su Ministerio Fiscal de Justicia pro derechos humanos.

Que debo condenar y condeno a todos los responsables causantes de los hechos probados el pasado 11 de Marzo de 2004 en la estación de Atocha y otras líneas férreas de cercanías a Madrid, a que vivan en libertad, sin ser encarcelados, ni sean increpados, ni por supuesto condenados a penas de muerte, pero adoleciendo tanto física como psíquicamente, sin opción a suicidarse, ni inmolarse, durante el tiempo que dure la siguiente pena impuesta, a que cada 11 minutos (en solidaridad con el 11-S) de cada hora de las 24 del día, y durante un periodo de 202 meses (un mes por cada una de las víctimas mortales del atentado) sufran la agonía, el dolor, la desesperación, el terror, el pánico que durante aquel momento del trance mortal, sufrieron los viajeros que vilmente fueron asesinados en el anterior y ya mencionado atentado. Quedando prohibida cualquier asistencia ciudadana, sanitaria o psiquiátrica sin previo, expreso y consensuado permiso de todos y cada uno de los familiares de las victimas.

Frente a esta sentencia cabe interponer Recurso de Apelación en un plazo indefinido de tiempo, siempre y cuando haya sucedido otro periodo igual o mayor a 202 meses (pena completa), en el cual, demostradamente quede probado que en el transcurso de dicho periodo no haya habido ningún otro atentado terrorista en el mundo por parte de ninguna organización terrorista islámica, militar o política.

Así por esta mi sentencia, definitivamente y deíficamente juzgando, lo pronuncio, mando y firmo.

11-M: SÉ QUE FUISTEIS VOSOTROS
 por Andrés Rubia
Almería a 21 de marzo de 2004