Tamboriles y calles empedradas, casas blancas, macetas en las ventanas, en aquel balcón una linda muchacha, pero no era ella.
Tabernas y aguardientes, fandangos y plateando los tejados la luna, Andévalo. Encinares, terrazas y cortas de brillos metálicos y sobre las aguas rojas de las minas la luna no puede verse la cara.
Terminó la noche, ríos arriba hasta la sierra, castillos de Aroche, de Cortegana y de Aracena y tú no estabas, subió el ave hasta casi el techo azul del cielo y no pudo divisarte, Encinasola y solos en el mundo estaban, el ave y aquel loco.
Vuela, vuela el ave, pequeñas fuentes, Río Ardila, Río Frío, castaños y quejigos, quejidos del loco, un grito lastimero de soledad.
Eucaliptos y flores de jara y romero, Erika Andevalensis y entre el brezo de las minas los jabalíes, colmillos afilados y hocicos hurgando entre la tierra, vuela el ave de nuevo al Norte. Castaños del Robledo, robles, paisajes verdes de Linares de la Sierra y allá la peña de Arias Montano y al fondo, allá abajo cerrando los ojos para no encandilarse el loco busca el mar confundido entre la bruma.
Tabernas y aguardientes, fandangos y plateando los tejados la luna, Andévalo. Encinares, terrazas y cortas de brillos metálicos y sobre las aguas rojas de las minas la luna no puede verse la cara.
Terminó la noche, ríos arriba hasta la sierra, castillos de Aroche, de Cortegana y de Aracena y tú no estabas, subió el ave hasta casi el techo azul del cielo y no pudo divisarte, Encinasola y solos en el mundo estaban, el ave y aquel loco.
Vuela, vuela el ave, pequeñas fuentes, Río Ardila, Río Frío, castaños y quejigos, quejidos del loco, un grito lastimero de soledad.
Eucaliptos y flores de jara y romero, Erika Andevalensis y entre el brezo de las minas los jabalíes, colmillos afilados y hocicos hurgando entre la tierra, vuela el ave de nuevo al Norte. Castaños del Robledo, robles, paisajes verdes de Linares de la Sierra y allá la peña de Arias Montano y al fondo, allá abajo cerrando los ojos para no encandilarse el loco busca el mar confundido entre la bruma.
voy soñando dormir contigo."
Y el loco sueña y el ave vuela, Cumbres y de nuevo al sur, botos camperos, sombreros y el Odiel que hacia Huelva camina.
Tierra en calma, trigos, fresas y algunos olivos, viñas al Este, vinos y el
loco se emborracha, mira la garzas reflejadas en las marismas, las espátulas y miles de aves cerca de una ermita blanca.
Playas del Guadalquivir, un burro y otro loco, y otro loco más mirando por la ventana de aquel convento un nuevo mundo. Fray Marchena está convencido y las naves zarpan, y el loco y el ave se apuntan, esperadnos comandante esperadnos. Punta Umbría a un lado y otras playas, el ave pierde la estela de los barcos y vuelve a tierra, playas de arena fina, y el loco nada hasta la orilla, suerte comandante, y de vuelta de los barcos en las playas de Isla besos y abrazos, vino verde y calor.
Tierra en calma, trigos, fresas y algunos olivos, viñas al Este, vinos y el
loco se emborracha, mira la garzas reflejadas en las marismas, las espátulas y miles de aves cerca de una ermita blanca.
Playas del Guadalquivir, un burro y otro loco, y otro loco más mirando por la ventana de aquel convento un nuevo mundo. Fray Marchena está convencido y las naves zarpan, y el loco y el ave se apuntan, esperadnos comandante esperadnos. Punta Umbría a un lado y otras playas, el ave pierde la estela de los barcos y vuelve a tierra, playas de arena fina, y el loco nada hasta la orilla, suerte comandante, y de vuelta de los barcos en las playas de Isla besos y abrazos, vino verde y calor.
Y a pesar de que la pasión todo lo enreda, no era ella la simpar María, Guadiana arriba, a un lado Portugal a otro España, y al Oeste Huelva. Conquero pero desde aquel mirador no la halla. Tras el loco pinos y Paco Isidro que canta, Parque Moret.
que no las tiene Madrid
la Rábida, Punta Umbría
y ver los barcos venir
al amanecer del día. Vuela el ave y camina el loco en busca de ella, mientras por el horizonte ya de anochecida, como si de la luna se tratase al oeste de Castilleja sale Sevilla.
Nota:
Erika Andevalensis: Planta autóctona de Huelva, denominada brezo de las minas por darse en los lugares donde se concentran masas minerales.
Un cordial saludo. Fernando Rebollo