Grandes Catástrofes. Maribel Cerezuela


El tema que hoy me ha llamado la atención, y me atrevo a señalar, es lo que llamo "nunca estoy del todo conforme", o lo que es lo mismo, "lo que Google me da..., Google me quita".

Así dicho parece algo, pero no llega la sangre al río. Google se inventó, no hace mucho, la posibilidad real de insertar en un espacio que está en el universo de la red, todos los libros que tienes en tu biblioteca, los leídos, los favoritos, los que están siendo leídos o los que tienes encima de la mesita de noche y que jamás ven la página final.. pero que son como el adorno necesario de recuerdo de tus promesas diarias.

El caso es que en este espacio, con la opción de insertar ISSN o ISBN, Google te deja escribir y compartir aquellos libros de los que quieres que todo el mundo se entere que has leído, disfrutado, llorado, sufrido o reído sin parar.

Pero, como no todo es perfecto, me llama la atención con cierto regusto de impotencia, que no me deje escribir, o no deje insertar aquellos libros que, anteriores en el tiempo, no llevan más que un Depósito Legal de la ciudad donde fueron impresos y punto pelota. No hay forma ni espacio para dar cabida a los libros que no existen en la red de los últimos cuarenta años, y algunos ni eso si no se han reeditado convenientemente con el ISBN.

Algunos simplemente son revistas que pocos tienen, pero que tuvieron su alta como tales por la editorial que los editó; otros son libros del año 63, o del 73 que ni buscándolos en la red aparecen o están en librerías especializadas para reventa. Que por cierto, esto si que ha sido un buen descubrimiento. Un día de estos, en vez de soltar libros por ahí para que los cojan y me los dejen aparcados en la papelera más cercana, lo mismo me lío la manta a la cabeza y los vendo. Aunque sea a dos euros por libro, y sin contar los cientos que he dado a asociaciones sin ánimo de lucro o a Centro Betel, o dejado por la calle, o a Bancos que decían recogerlos para entregarlos a los niños de África, el caso es que más de tres mil euros me sacaba... Seguro, y sin contar con los libros de ajedrez o revistas varias.

Insisto. Google tiene que darle un repaso a la aplicación de "MI BIBLIOTECA", en la sección LIBROS, y dejarme escribir, anotar o hablar de los libros que tengo en casa.
  
A todo esto, del libro que quería hablar es de una reliquia, de 192 páginas, de la editorial FERMA, 1963, traducido por J. TOMEO, que lleva por título "Grandes Catástrofes" del autor JOHN D. ALDWIN, que, como decía, no me deja insertar en "mi biblioteca" porque no existe en la red, salvo en ventas de segunda mano y sin portada.

Le hago una fotografía a la portada y lo inserto en esta llamada de atención. No es que sea el no va más de la literatura, pero si tiene más de estudio periodístico que de relato, o de realismo novelado.

El autor divide el libro en veinte capítulos que van desde El caos y el orden al cap. V, "El terremoto de Lisboa", pasando por el cap. XIII sobre "Hundimiento del Titánic" que se lee del tirón en una tarde como ésta, de viento, frío y sin ganas de salir a la calle. Mejor aquí, con la estufa puesta, la mesa con sus enaguas de invierno calentita y mañana será otro día.

Grandes Catástrofes. Maribel Cerezuela


El tema que hoy me ha llamado la atención, y me atrevo a señalar, es lo que llamo "nunca estoy del todo conforme", o lo que es lo mismo, "lo que Google me da..., Google me quita".

Así dicho parece algo, pero no llega la sangre al río. Google se inventó, no hace mucho, la posibilidad real de insertar en un espacio que está en el universo de la red, todos los libros que tienes en tu biblioteca, los leídos, los favoritos, los que están siendo leídos o los que tienes encima de la mesita de noche y que jamás ven la página final.. pero que son como el adorno necesario de recuerdo de tus promesas diarias.

El caso es que en este espacio, con la opción de insertar ISSN o ISBN, Google te deja escribir y compartir aquellos libros de los que quieres que todo el mundo se entere que has leído, disfrutado, llorado, sufrido o reído sin parar.

Pero, como no todo es perfecto, me llama la atención con cierto regusto de impotencia, que no me deje escribir, o no deje insertar aquellos libros que, anteriores en el tiempo, no llevan más que un Depósito Legal de la ciudad donde fueron impresos y punto pelota. No hay forma ni espacio para dar cabida a los libros que no existen en la red de los últimos cuarenta años, y algunos ni eso si no se han reeditado convenientemente con el ISBN.

Algunos simplemente son revistas que pocos tienen, pero que tuvieron su alta como tales por la editorial que los editó; otros son libros del año 63, o del 73 que ni buscándolos en la red aparecen o están en librerías especializadas para reventa. Que por cierto, esto si que ha sido un buen descubrimiento. Un día de estos, en vez de soltar libros por ahí para que los cojan y me los dejen aparcados en la papelera más cercana, lo mismo me lío la manta a la cabeza y los vendo. Aunque sea a dos euros por libro, y sin contar los cientos que he dado a asociaciones sin ánimo de lucro o a Centro Betel, o dejado por la calle, o a Bancos que decían recogerlos para entregarlos a los niños de África, el caso es que más de tres mil euros me sacaba... Seguro, y sin contar con los libros de ajedrez o revistas varias.

Insisto. Google tiene que darle un repaso a la aplicación de "MI BIBLIOTECA", en la sección LIBROS, y dejarme escribir, anotar o hablar de los libros que tengo en casa.
  
A todo esto, del libro que quería hablar es de una reliquia, de 192 páginas, de la editorial FERMA, 1963, traducido por J. TOMEO, que lleva por título "Grandes Catástrofes" del autor JOHN D. ALDWIN, que, como decía, no me deja insertar en "mi biblioteca" porque no existe en la red, salvo en ventas de segunda mano y sin portada.

Le hago una fotografía a la portada y lo inserto en esta llamada de atención. No es que sea el no va más de la literatura, pero si tiene más de estudio periodístico que de relato, o de realismo novelado.

El autor divide el libro en veinte capítulos que van desde El caos y el orden al cap. V, "El terremoto de Lisboa", pasando por el cap. XIII sobre "Hundimiento del Titánic" que se lee del tirón en una tarde como ésta, de viento, frío y sin ganas de salir a la calle. Mejor aquí, con la estufa puesta, la mesa con sus enaguas de invierno calentita y mañana será otro día.

Flashdance - Final Dance. Maribel Cerezuela



Mi aportación cursi, a la invitación de "Los Banderines" por el día de los enamorados.....

                                                                                     "Te he visto un instante,
 eras ese pétalo que vuela, ...
ha sido fugaz, pero te he pensado,
 ... no volverá a pasar.. 
Cumplí los setenta por navidad,... 
Te tenía como el mar y la arena.
  Me traicionó tu musa,
te abrazó sin preguntar...
Muchos amigos te despedimos..
Ha sido un instante...
 olí a pétalo que vuela.
Ábreme la puerta cuando llegue. 
¿Quién me abrazará por carnaval? "
 

Flashdance - Final Dance. Maribel Cerezuela

Los banderines del Zaguán





Mi aportación cursi, a la invitación de "Los Banderines" por el día de los enamorados.....


                                 "Te he visto un instante,
 eras ese pétalo que vuela, ...
ha sido fugaz, pero te he pensado,
 ... no volverá a pasar.. 
Cumplí los setenta por navidad,... 
Te tenía como el mar y la arena.
  Me traicionó tu musa,
te abrazó sin preguntar...
Muchos amigos te despedimos..
Ha sido un instante...
 olí a pétalo que vuela.
Ábreme la puerta cuando llegue. 
¿Quién me abrazará por carnaval? "

Flashdance - Final Dance. Maribel Cerezuela

Mi aportación cursi, a la invitación de "Los Banderines" por el día de los enamorados.....

                                 "Te he visto un instante,
 eras ese pétalo que vuela, ...
ha sido fugaz, pero te he pensado,
 ... no volverá a pasar.. 
Cumplí los setenta por navidad,... 
Te tenía como el mar y la arena.
  Me traicionó tu musa,
te abrazó sin preguntar...
Muchos amigos te despedimos..
Ha sido un instante...
 olí a pétalo que vuela.
Ábreme la puerta cuando llegue. 
¿Quién me abrazará por carnaval? "

VIAJANDO A TRAVÉS DE LA RED. Maribel Cerezuela


CANDIL RADIO
He encontrado buscando en la red, aunque me consta que los mp3 al completo los tendrá Candil Radio en su base de datos, estos enlaces de algunos trozos de entrevistas que hacíamos unos cuantos amigos para divertirnos con el sano propósito de compartir la cultura "a nuestra manera". Risas.


CANDIL RADIO, 107.3 FM

Entrevistas de la época de "La Cafetera Radio", Candil Radio. ¡Qué bien nos lo pasábamos!

El director del programa, Antonio Almécija.
Como siempre el genial amigo con esa voz increíble para la radio, con mucho respeto a todos los demás, pero ahí está.

Entrevistadores en las tardes de tertulia cultural: Oscar García, Maribel Cerezuela, Inma, Carmen, Antonio, Juanma, y más amigos que lograban que las risas nunca faltasen.



Resumen de algunas entrevistas:

Antonio Orejudo, escritor

    Alfonso Viciana, escritor
      J. Victor G. Segura, fotógrafo
        J.A. Garrido, escritor
          Angel Simón, poeta
            Jover, pintor
              Ana Santos. Editorial Gaviero
                Tatoumanía con Sergio Alonso
                  Jesús Cortés, cantante
                    José Ruiz Fernández, escritor
                      J. Luis L. Bretones, poeta
                        Manuel López músico

                          la entrevista de Antonio Orejudo está "cortada", casi más de la mitad, y no puedo decir quién ni porqué lo hizo.