Sueños Líquidos. Patricia Marí de Diego

Patricia Marí Diego.- enviadas para la revista lavozdelacometa.org año 2002 

Sueños Líquidos

Hay un elixir de menta y lágrimas en la boca
de perlas polvorientas con limo amarillento
que abate la calma.
Te retuerces entre brillos desesperados
y alimentas el ansia de fuga
ante la huida de tu propio tiempo
al llegar la fuente de mareas en la noche,
la belleza y alegría de diez eternas mariposas,
de colores entre tanta mansedumbre apagada
que rezumo dolorida,
sin cesar el gorgoteo de energía luminosa.
Y algo se duerme entre hojarasca,
algo expandido entre fríos invernales,
los labios han callado tras la hierba nocturna
para dejar paso a la delicada madrugada de rocío
que congela silenciosa los lamentos.
Oigo susurros enlutados que llaman sin decir una palabra
donde apartarse es acunar a la verdad,
y es dejar enamorados los cipreses
tras la luna lejana de azafrán y penas,
de silencio moruno y verde.
Oigo el aire desde lejos,
huelo su líquido lamento,
aquel congelado entre mareas que vuelan
desde hace mucho tiempo atrapadas
por la distancia.
Y la música sola,
que enmudece,
llora la vida que no pasa en vano
por manos deshojadas entretanto.
Y lloro yo mi noche,
mis bellas y solas noches,
tan hermosas como un sueño no alcanzado.

Sueños Líquidos. Patricia Marí de Diego

Patricia Marí Diego.- enviadas para la revista lavozdelacometa.org año 2002 

Sueños Líquidos

Hay un elixir de menta y lágrimas en la boca
de perlas polvorientas con limo amarillento
que abate la calma.
Te retuerces entre brillos desesperados
y alimentas el ansia de fuga
ante la huida de tu propio tiempo
al llegar la fuente de mareas en la noche,
la belleza y alegría de diez eternas mariposas,
de colores entre tanta mansedumbre apagada
que rezumo dolorida,
sin cesar el gorgoteo de energía luminosa.
Y algo se duerme entre hojarasca,
algo expandido entre fríos invernales,
los labios han callado tras la hierba nocturna
para dejar paso a la delicada madrugada de rocío
que congela silenciosa los lamentos.
Oigo susurros enlutados que llaman sin decir una palabra
donde apartarse es acunar a la verdad,
y es dejar enamorados los cipreses
tras la luna lejana de azafrán y penas,
de silencio moruno y verde.
Oigo el aire desde lejos,
huelo su líquido lamento,
aquel congelado entre mareas que vuelan
desde hace mucho tiempo atrapadas
por la distancia.
Y la música sola,
que enmudece,
llora la vida que no pasa en vano
por manos deshojadas entretanto.
Y lloro yo mi noche,
mis bellas y solas noches,
tan hermosas como un sueño no alcanzado.

Josep Antoni Martínez Tarragó


                        Tranquilo y soleado se levanta el día sereno

Espero desvelado y ansioso tu huracán de amor

Viento que dejará en mi rostro marcas de aire
Cansado de no sentir tu aliento ausente y lejano
Aire caliente que dibujaba amor en mis mejillas
Tu ciclón arrasaba mi tierra que es mi cuerpo
Tus labios y mis labios como prólogo se unían
La pasión dejaba desnudos nuestros cuerpos
Manos como epicentros de terremotos en carne
Seguíamos amándonos con todas nuestras fuerzas
Tu soplabas amor y yo era asolado con placer
Mi cuerpo sufría seísmos, ciclones y tormentas
Como la tierra era mojado con tu lengua rebelde
Como una nube dejabas caer tu humedad sobre mi
Unidos por el amor salvaje del lujurioso baile
Danza rota por una lluvia final y agotadora
Tras las tempestades del amor llegaba la calma
Luego tú me dejabas por otros amantes del viento
Y yo aquí sigo esperando y mirando el cielo
Nubes que me dicen que no vienes y que amas a otros
Si un día no sabes a quien amar, yo aquí te espero.

Josep Antoni Martínez Tarragó


                        Tranquilo y soleado se levanta el día sereno

Espero desvelado y ansioso tu huracán de amor

Viento que dejará en mi rostro marcas de aire
Cansado de no sentir tu aliento ausente y lejano
Aire caliente que dibujaba amor en mis mejillas
Tu ciclón arrasaba mi tierra que es mi cuerpo
Tus labios y mis labios como prólogo se unían
La pasión dejaba desnudos nuestros cuerpos
Manos como epicentros de terremotos en carne
Seguíamos amándonos con todas nuestras fuerzas
Tu soplabas amor y yo era asolado con placer
Mi cuerpo sufría seísmos, ciclones y tormentas
Como la tierra era mojado con tu lengua rebelde
Como una nube dejabas caer tu humedad sobre mi
Unidos por el amor salvaje del lujurioso baile
Danza rota por una lluvia final y agotadora
Tras las tempestades del amor llegaba la calma
Luego tú me dejabas por otros amantes del viento
Y yo aquí sigo esperando y mirando el cielo
Nubes que me dicen que no vienes y que amas a otros
Si un día no sabes a quien amar, yo aquí te espero.

Albert Guiu Bagés



Verás amanecer los sueños en una estancia de color sin definir

 

Será como alba pero con matiz que llamaremos amor.
La nube más cercana será invisible en ella dormirá un pájaro
De búsquedas cansado, aleteará sobre el tapiz  de tu ventana
Y te mirará con los ojos cerrados, y te escribirá sin palabras,
Una canción de aniversario que dirá tu nombre susurrándolo
Y cerrará los secretos que callas en tu diario de tinta herida
Y querrá sanar las manchas que el olvido haya dejado en tu piel
Y quizás querrá abrazar tu piel con el tacto de un pianista
Lo seguro es que alguien te amará desde una ventana vacía
Un simple gorrión, un ruiseñor de voz fantástica,
Una oscura golondrina que por ti volverá a hacer el viaje
O yo en el éxtasis de estos versos que como águilas
Desbandadas buscan tu aroma de cierva en su hambre
De sabanas por descuidar en arrebatos de naturaleza viva
Quisiera que Cernuda supiera quien le lee y como le lee
Y que al conocerte se sintiera como el mismo dijo
Justificando su existencia de carne mediante su tinta
Adiós chiquilla, adiós mujer de tierras que  centran
Una piel de toro un corazón tinto de sangre que te escribe.


                                                           Albert Guiu Bagés.

Albert Guiu Bagés



Verás amanecer los sueños en una estancia de color sin definir

 

Será como alba pero con matiz que llamaremos amor.
La nube más cercana será invisible en ella dormirá un pájaro
De búsquedas cansado, aleteará sobre el tapiz  de tu ventana
Y te mirará con los ojos cerrados, y te escribirá sin palabras,
Una canción de aniversario que dirá tu nombre susurrándolo
Y cerrará los secretos que callas en tu diario de tinta herida
Y querrá sanar las manchas que el olvido haya dejado en tu piel
Y quizás querrá abrazar tu piel con el tacto de un pianista
Lo seguro es que alguien te amará desde una ventana vacía
Un simple gorrión, un ruiseñor de voz fantástica,
Una oscura golondrina que por ti volverá a hacer el viaje
O yo en el éxtasis de estos versos que como águilas
Desbandadas buscan tu aroma de cierva en su hambre
De sabanas por descuidar en arrebatos de naturaleza viva
Quisiera que Cernuda supiera quien le lee y como le lee
Y que al conocerte se sintiera como el mismo dijo
Justificando su existencia de carne mediante su tinta
Adiós chiquilla, adiós mujer de tierras que  centran
Una piel de toro un corazón tinto de sangre que te escribe.


                                                           Albert Guiu Bagés.